La resistencia de los cristianos en el mundo árabe.

Por una parte, viejos regímenes totalitaristas; por otra, la incógnita de los nuevos extremismos. Pero sigue viva la esperanza de una mayor libertad, según el embajador iraquí en la Santa Sede
Redacción
Roma


El embajador de Irak en la Santa Sede, Habeeb Mohammed Hadi Ali Al Sadr, con respecto al papel de los cristianos frente a las revoluciones árabes, expresó sus ideas ante la Radio Vaticana: una mezcla de esperanzas y preocupaciones



El análisis de Al Sadr parte del hecho de que las revoluciones árabes que han involucrado diferentes países del Medio oriente han puesto a los cristianos «ante decisiones muy difíciles»: deben decidir entre un futuro incierto, en el que tendrían que convivir con los extremistas o soportar regímenes totalitaristas.



«Los cristianos árabes –dijo el embajador– forman parte integral del tejido social árabe, por ello les afecta todo lo que afecta a este tejido, en las buenas y en las malas [...] En cuanto a sus temores por las revoluciones de los países árabes –indicó– debemos entender las causas. Basta pensar que uno de los efectos de estas protestas ha sido que los cristianos del Medio Oriente tendrán que tomar decisiones difíciles; entre ellas, destacan el soportar regímenes totalitaristas, con los que ya han sufrido tanto los ciudadanos, o afrontar un destino desconocido en el que se podría asistir al incremento de una fuerza radical y extremista capaz de eliminar este pequeño margen de libertad religiosa que los gobiernos actuales garantizan».



«El escenario más incierto –añadió el embajador– lo ofrece la sociedad árabe que sigue estando dividida con respecto al cambio, a los líderes de los movimientos, a las identidades de los manifestantes y sus propuestas. Como consecuencia, todo lo que sucederá es poco claro. También provoca temor la falta de una alternativa verdadera. Esta tendría que ser confiable para mantener las prerrogativas del gobierno y afrontar las diferentes posturas internacionales con respecto a las protestas».