Más de 800 ejecutados en las matanzas de Costa de Marfil Violencia étnica en Costa de Marfil. En la última semana, al menos 800 personas han muerto en los enfrentamientos en la localidad de Duekoue, al oeste del país, entre los partidarios del presidente electo, Alassane Ouattara, y los rebeldes del presidente saliente Laurent Gbagbo, según denunció ayer el Comité Internacional de la Cruz Roja. Caritas elevó la cifra de la matanza a más de mil.
Dominique Liengme, delegada de la primera organización en el país africano, aseguró sentirse impactada por la «brutalidad» de unos hechos que exponen la ola de violencia étnica que sufre Costa de Marfil. El panorama no es nuevo. Como señala el analista de origen marfileño Ronald Kacou, el actual conflicto étnico y político es consecuencia de la crisis económica que está azotando el país en las últimas dos décadas. «A medida que el pastel económico comenzó a disminuir, la población se embarcó a la desesperada en un movimiento nacionalista que les impidiera perder el estatus político. Y en un país donde más de un tercio de sus habitantes son inmigrantes, tan solo era cuestión de tiempo que la cuestión étnica explotara», asegura el analista.
En 1995, el ex mandatario Henri Konan Bédié introdujo la doctrina nacionalista «Ivoirité» que, entre otras cuestiones, tan solo permitía presentarse a cargos políticos a los marfileños de segunda generación. A Alassane Ouattara —vencedor en las presidenciales de noviembre— se le impidió participar en los comicios de 1995 y 2000 debido a que su padre era originario de Burkina Faso. «En su esfuerzo por aumentar el precio del cacao, el Gobierno decidió limitar los derechos de los inmigrantes que lo cultivaban. Ahora esta cuestión se le vuelve en contra», reconoce Kacou.
Un millón de desplazados Pero, en un país que tiene de facto a dos presidentes desde noviembre, la violencia étnica no para. Según denunciaba el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, se estima que los últimos combates habrían provocado al menos un millón de desplazados internos, en un éxodo que se extiende al resto de la región, con más de 150.000 refugiados.
Los enfrentamientos por la toma de Abiyán, principal ciudad del país y sede del palacio presidencial, se recrudecieron ayer, sobre todo tras la reciente desaparición pública de Gbagbo, que se niega a dejar el poder pese a su derrota en los últimos comicios. Su portavoz, Alphonse Guano, apeló a una movilización general «para proteger las instituciones». Es decir, de un contingente de apenas 2.000 hombres, en el que tiene importancia el «tan odiado» extranjero. Ayer estas tropas dispararon e hirieron de forma muy grave en el centro de Abidjan a cuatro soldados de la Misión de la ONU mientras llevaban a cabo una misión humanitaria.
Más de 800 ejecutados en las matanzas de Costa de Marfil
ResponderEliminarViolencia étnica en Costa de Marfil.
En la última semana, al menos 800 personas han muerto en los enfrentamientos en la localidad de Duekoue, al oeste del país, entre los partidarios del presidente electo, Alassane Ouattara, y los rebeldes del presidente saliente Laurent Gbagbo, según denunció ayer el Comité Internacional de la Cruz Roja. Caritas elevó la cifra de la matanza a más de mil.
Dominique Liengme, delegada de la primera organización en el país africano, aseguró sentirse impactada por la «brutalidad» de unos hechos que exponen la ola de violencia étnica que sufre Costa de Marfil. El panorama no es nuevo. Como señala el analista de origen marfileño Ronald Kacou, el actual conflicto étnico y político es consecuencia de la crisis económica que está azotando el país en las últimas dos décadas. «A medida que el pastel económico comenzó a disminuir, la población se embarcó a la desesperada en un movimiento nacionalista que les impidiera perder el estatus político. Y en un país donde más de un tercio de sus habitantes son inmigrantes, tan solo era cuestión de tiempo que la cuestión étnica explotara», asegura el analista.
En 1995, el ex mandatario Henri Konan Bédié introdujo la doctrina nacionalista «Ivoirité» que, entre otras cuestiones, tan solo permitía presentarse a cargos políticos a los marfileños de segunda generación. A Alassane Ouattara —vencedor en las presidenciales de noviembre— se le impidió participar en los comicios de 1995 y 2000 debido a que su padre era originario de Burkina Faso. «En su esfuerzo por aumentar el precio del cacao, el Gobierno decidió limitar los derechos de los inmigrantes que lo cultivaban. Ahora esta cuestión se le vuelve en contra», reconoce Kacou.
Un millón de desplazados
Pero, en un país que tiene de facto a dos presidentes desde noviembre, la violencia étnica no para. Según denunciaba el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, se estima que los últimos combates habrían provocado al menos un millón de desplazados internos, en un éxodo que se extiende al resto de la región, con más de 150.000 refugiados.
Los enfrentamientos por la toma de Abiyán, principal ciudad del país y sede del palacio presidencial, se recrudecieron ayer, sobre todo tras la reciente desaparición pública de Gbagbo, que se niega a dejar el poder pese a su derrota en los últimos comicios. Su portavoz, Alphonse Guano, apeló a una movilización general «para proteger las instituciones». Es decir, de un contingente de apenas 2.000 hombres, en el que tiene importancia el «tan odiado» extranjero. Ayer estas tropas dispararon e hirieron de forma muy grave en el centro de Abidjan a cuatro soldados de la Misión de la ONU mientras llevaban a cabo una misión humanitaria.