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martes, 7 de julio de 2015

El P. Miguel Ángel Fuentes concede una entrevista a InfoCatólica.

El P. Miguel Ángel Fuentes publica un libro para defender la fe de la Iglesia sobre el matrimonio
El P. Miguel Ángel Fuentes, IVE, ha publicado un nuevo libro: «Salvar el matrimonio o hundir la civilización. Aportes para el Sínodo de la familia». En la entrevista concedida a InfoCatólica, el sacerdote argentino analiza y refuta desde el Magisterio las tesis del cardenal Kasper y advierte que uno de los peligros a los que se enfrenta la Iglesia en el próximo sínodo son los «troyanos» que querrán dejar aquellos heterodoxos que saben que no pueden lograr la victoria en esta ocasión.


 (InfoCatólica) El P. Miguel Ángel Fuentes es sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, doctor en teología moral con especialidad en matrimonio y familia, por el Instituto Giovanni Paolo II, de la Universidad de Letrán, en Roma. Tiene treinta años de sacerdocio y es actualmente profesor de teología moral, ética y otros cursos en la Casa de Formación que su Instituto tiene en Argentina, además de dictar cursos de formación teológica para sacerdotes en diversas partes del mundo.
Es autor de unos 20 libros, tres sobre el matrimonio: Los hizo varón y mujer (San Rafael, 1998; traducido al inglés, italiano, portugués y árabe, siendo el primer libro sobre el tema en lengua árabe, publicado con prólogo del Patriarca Latino de Jerusalén), Matrimonio cristiano, natalidad y anticoncepción (New York, 2009), y el que ahora nos interesa, Salvar el matrimonio o hundir la civilización. Aportes para el Sínodo de la familia (Magthas Ediciones, Madrid 2015, 288 páginas).

¿Por qué el título?

Porque creo que expresa la importancia de esta batalla y los riesgos que supone no dar una buena pelea. Pío XI habló en 1922 de «la santa batalla –pro aris et focis– por el altar y el hogar». Principalmente el título me lo inspiró una frase de san Juan Pablo II, durante el Simposio de Obispos de Europa, en 1989: «Nuestra batalla –decía– es una batalla no solamente en favor de la fe, sino en favor de la civilización». Considero que la defensa del plan de Dios sobre el matrimonio y la familia, fundamento de toda civilización al que Jesús se refiere como «el Principio» (o sea, momento fundante de la naturaleza de las cosas), es parte de la pelea final de la historia, dure ésta cuanto tenga que durar. Es por este motivo que no solo he escrito este libro, sino que junto a un grupo de sacerdotes hemos también fundado un blog para reunir lo que consideramos como los mejores aportes para el Sínodo de octubre de 2015, llamado Familiaris consortio (http://familiarisconsortio.ive.org).

Sabemos que va a ser publicado en papel, ¿por qué entonces lanzó una edición digital y gratuita?

En realidad ya ha sido publicado en edición impresa, en España, por la editorial Magthas. Ojalá surjan propuestas en otros países, porque se trata de un tema del que es necesario estar bien enterados. De todos modos, considerando que el principal aporte del libro será el que haga antes del Sínodo de octubre de 2015, he querido hacer una edición digital y ofrecerla gratuitamente a quien la pida. Me interesa principalmente que se entienda bien qué es lo que se discute, para que se luche del lado limpio de la batalla.

Durante este tiempo se ha escrito mucho sobre el matrimonio y los temas surgidos durante la primera parte del Sínodo. ¿Por qué escribir un libro más?

Es cierto que se ha escrito mucho, y debo decir que algunos aportes han sido de muy buen nivel teológico. Sin embargo, no es suficiente. Por un lado, no todos los escritos llegan al mismo público, sea por la diversa difusión, o bien por el nivel del lenguaje o de los análisis. Hay personas que entienden más el lenguaje de algunos escritores que el de otros. Siempre se puede, por tanto, llegar a alguien al que nadie había llegado antes. Además, cada escrito tiene sus aportes personales.

¿El suyo los tiene?

Pienso que sí. Quizá la manera de presentar los temas, o de decir lo que otros han dicho de otro modo. Y también algunos puntos que no habían sido tratados o, al menos, no con la misma amplitud con que lo he hecho en este escrito.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, he querido mencionar con más amplitud una de las fuentes principales del cardenal Kasper, que él no cita pero que ningún conocedor del tema ignora que ha sido el precursor de todas sus propuestas. Me refiero al libro que el P. Bernard Häring publicó en alemán en 1989, traducido a otros idiomas al año siguiente. En español se lo conoce con el título: Pastoral para divorciados. ¿Un camino sin salida? Este libro estaba agotado y «curiosamente» fue republicado seis meses antes del Consistorio de los cardenales en el que Kasper presentó sus tesis. Entre Häring y Kasper hay plena comunión de ideas.
Dos años antes de su fallecimiento (en 1996), Häring, en un artículo de la revista «America», representante de la vanguardia progresista norteamericana, aludía a la carta pastoral del año 1993, de tres obispos alemanes, Lehman (de Mainz), Saier (de Freiburg), y Kasper (de Rottenburg-Stuttgart), sobre la pastoral de los católicos divorciados y vueltos a casar, elogiando su «tono pastoral de franqueza y apertura». Calificaba los argumentos con que estos obispos defendían la admisión de esos católicos a la eucaristía como «sabios principios de discernimiento». No podía decir menos, pues se trataba de los principios que él había expuesto en su libro tres años antes. Ponderaba también el «espíritu de candor y sinceridad» y el «ánimo de no violencia» con que los tres obispos habían recibido «la respuesta discordante de la Congregación vaticana para la Doctrina de Fe». Candor y sinceridad, pero no aceptación, como se ha visto a lo largo de todos estos años.

¿Hace usted algún otro aporte?

Pienso que puede considerarse así el capítulo que dedico a analizar las posibilidades de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar que mantienen una vida sexual activa. Quise estudiar con toda objetividad por dónde podría encontrarse una posibilidad de conceder lo que postulaba el cardenal Kasper (y otros que opinan lo mismo que él). Por esa razón analicé las tres únicas posibilidades que hay: 1º O bien, que el adulterio no sea pecado grave; 2º O bien que la recepción de la Eucaristía sea compatible con el estado actual de pecado mortal consciente; 3º O bien que el adúltero que no se arrepiente ni tiene propósito cambiar de vida sea irresponsable de su estado y de los actos que comete y, por tanto, ni aquél ni éstos puedan serles imputados como pecados. La conclusión no tiene ninguna novedad, pues es la que ya ha dado el Magisterio en sus documentos (la exhortación Familiaris consortio, la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Catecismo, etc.), pero aporté el análisis de todas las circunstancias que pueden atenuar la responsabilidad de los actos, como sugería la Relatio post sinodal, lo que no he visto en otros escritos.
Otro punto que considero importante es que aludo mucho tanto al texto de Juan Pablo II sobre este problema en la exhortación Familiaris consortio, cuanto a la Carta de laCongregación para la Doctrina de la Fe, sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados vueltos a casar, de 1994. El cardenal Kasper no aludió a esta última en su discurso al Consistorio, a pesar de que tiene un valor incuestionable. Tampoco se ha aludido mucho en los distintos artículos que he podido leer, salvo alguna alusión esporádica, al libro publicado por la misma Congregación para la Doctrina de la Fe, Sobre la atención pastoral de los divorciados vueltos a casar. Documentos, comentarios y estudios (Editrice Vaticana, 1997), que contiene valiosos estudios de los cardenales Joseph Ratzinger y Dionigi Tettamanzi, y de los canonistas y teólogos Mario Pompedda, Ángel Rodríguez Luño, Piero Marcuzzi, Gilles Pelland. Esto me ha sorprendido mucho. Respecto de algunos temas mal presentados por el cardenal Kasper, ya se había dado allí una respuesta completa y definitiva. Por ejemplo, a la errónea presentación que hace el cardenal sobre la epiqueya en la doctrina de santo Tomás de Aquino y san Alfonso, profundamente analizadas en el libro que acabo de mencionar por mons. Ángel Rodríguez Luño.

¿Qué peligros ve en el próximo Sínodo de octubre?

Coincido en este punto con una clarividente conferencia que pronunció el P. Edouard Adé, profesor de la Universidad Católica de África Occidental, en el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, reunido en Accra, a comienzos de junio. En su opinión, vistas las fuertes reacciones que las propuestas del cardenal Kasper y las ambigüedades que suscitó la Relatio post disceptationem, de parte de cardenales (quiero destacar las de los cardenales Caffarra, Müller, De Paolis, Burke, Antonelli, Brandmüller y otros), obispos, teólogos, laicos, etc., no parece que quienes quieren cambios sustanciales puedan insistir en esta línea (aunque, de mi parte, no estaría tan seguro), sino que lo más probable es que intenten dejar brechas abiertas para retomar sus intentos más adelante.

¿Y cuáles serían esas brechas?

El P. Adé las llama «troyanos», como el presente que los griegos le dejaron a la posteriormente arrasada Troya. Señala, por ejemplo, el abandono del lenguaje tradicional para referirse a las verdades inviolables de la fe, adoptando una nueva terminología que no corresponde completamente al contenido de esas verdades (él aduce como ejemplo el cambio de la expresión de san Juan Pablo II «teología del cuerpo» por «teología del amor», que son realidades no completamente intercambiables, menos en este momento en que el principal error filosófico es la llamada «ideología de género», que combate desaforadamente la realidad del lenguaje corporal).
También la insistencia en señalar «los valores positivos» en las situaciones irregulares, lo que tiene un sentido impreciso y cuestionable, ya que valores positivos le podemos encontrar hasta a un mafioso que se preocupe por el bienestar de sus hijos. También las ambigüedades y palabras engañosas de las que, a su juicio, tenemos varios ejemplos en las dos Relationes sinodales; y, finalmente, la «idealización» de los ideales evangélicos, es decir, exaltarlos, pero considerándolos fuera del alcance del cristiano medio, lo cual, como señala Adé, es convertirlos no en la Buena Nueva traída por Cristo, sino en una carga.

¿Y qué es lo que considera más grave en todo esto?

A decir verdad, lo que personalmente considero más peligroso en toda esta discusión es que se intente eludir la cruz de Cristo y el misterio de la gracia inseparable de ella. El cardenal Kasper, al ser interrogado sobre la solución ya dada por los documentos anteriores (que los católicos divorciados vueltos a casar que desean comulgar se separen o al menos vivan como hermanos) dijo textualmente: «[vivir como hermanos] «es un acto heroico, y el heroísmo no es para el cristiano promedio» (Boudway - Gallicho, An Interview with Cardinal Walter Kasper, «Commonweal», 7-05-2014). Afirmación sorprendente en un pastor que debería alentar a vivir el Evangelio de la Cruz, en una época que ha sido calificada por el Papa Francisco como «Iglesia de los mártires»: «Hoy la Iglesia es la Iglesia de los mártires» (21-04-2015).
Entiendo muy bien la dificultad de quienes viven situaciones matrimoniales no ya difíciles sino hasta trágicas (hace más de 25 años que trabajo ayudando a personas con estos dramas). Pero ¿puede eludirse la cruz de la vida cristiana; de «toda» la vida cristiana? ¿No es la cruz parte de la vida de todo discípulo de Cristo crucificado? ¿No dijo Cristo a todo hombre y a toda mujer que si querían ser discípulos suyos era necesario cargar con la propia cruz y seguirle detrás? ¿Tendrán que cargar la cruz nuestros hermanos de Medio Oriente, quienes han perdido todo –sus familias, o sus hijos, o sus esposos, o su patria– y no los católicos alemanes, italianos o españoles? ¿Es la cruz el signo bajo el que viven nuestros hermanos en África, Indonesia, China, Paquistán o la India (sea la de la persecución, la de la miseria, la de ser parias en sociedades que no permiten practicar su fe con libertad, o vivir públicamente el Evangelio), pero se torna imposible de vivir bajo su sombra en nuestro occidente burgués, relajado y acomodado? ¿No puede a uno/a tocarle la dolorosa cruz de una soledad amarga, de una continencia heroica necesaria e inevitable, o de una separación penosa, pero exigida por la ley de Dios o por su providencia en ciertas circunstancias?
Al escribir un libro anterior sobre el problema de la moral católica y la anticoncepción, en 2009, titulé el primero de sus capítulos: La cruz como problema de fondo. Y quise comenzar por ese argumento, que quizá debería haber cerrado todo el discurso del libro, porque pensaba –y sigo pensando así– que detrás de muchas posturas equivocadas en temas de moral y de matrimonio, lo que tenemos es el escándalo ante la Cruz. En los primeros siglos de la Iglesia, San Ireneo ya había hecho notar que el signo mayor de la gnosis (la principal adversaria del Cristianismo, en ese entonces como ahora) era el rechazo de la «confessio fidei», del testimonio de la fe, frente al «odium fidei», a la persecución de la fe y de la moral cristianas. Las cosas siguen exactamente igual, sólo que no se trata siempre de ser arrojados a los leones sino de vivir crucificados por el mundo de maneras muy diversas, con persecuciones camufladas. Esta búsqueda enardecida de «soluciones de lo insoluble» que estamos viendo tras estas discusiones, ¿no será más bien una búsqueda de un cristianismo sin cruz, es decir, sin Cristo?

Gracias por su entrevista. Última pregunta: si alguien quiere su libro, ¿qué debe hacer?

Si lo quiere impreso, tiene la Editorial Magthas (pedidos: www.belliscovirtual.com).
Pero si quiere una edición digital del mismo basta con que me escriba a teologoresponde@ive.org

viernes, 24 de enero de 2014

Un buen abanderado de la causa nacionalista catalana y las posturas eclesiales ambiguas.

Critica a los obispos españoles por no comprender a Cataluña.

Abad de Montserrat: «no podemos pretender que la moral cristiana se convierta en ley de Estado»

El Abad de Montserrat ha participado este jueves en el ciclo de coloquios Moment Zero, organizado el diario Punt-Avui, que se ha celebrado en El Born Centre Cultura de Barcelona. Durante su intervención ha asegurado que la Conferencia Episcopal Española nunca ha comprendido la realidad nacional de Cataluña, que asegura que es anterior a la formación del actual Estado español. También ha afirmado que los cristianos no deben imponer su visión antropológica a la sociedad: «no podemos pretender que la moral cristiana se convierta en ley de Estado».

    
Ver también
(Agencias/InfoCatólica) Sin mencionar explícitamente ninguna ley en concreto, Soler ha defendido que «a la hora de legislar, el Estado lo tiene que hacer siempre de acuerdo con el bien común, sin privilegiar ni discriminar ninguna opción ideológica, ni filosófica, ni religiosa».

Aunque ha defendido la laicidad del Estado, el abad de Montserrat ha dicho que ello «no quiere decir ignorancia entre él (el Estado) y las comunidades creyentes».
Aceptar el hecho religioso

«El Estado y la sociedad en general tienen que aceptar el hecho religioso como una realidad positiva, que puede hacer una buena aportación a la convivencia social y a la maduración de las personas y por tanto tiene que acoger con respeto, sin prejuicios y con mente abierta las propuestas éticas que provienen de las instituciones religiosas y valorarlas según las competencias de cada uno», ha explicado el religioso.

«Se tienen que respetar la presencia pública del hecho religioso y de sus símbolos, siempre que no vulneren o pongan en peligro el bien común», ha puntualizado el abad.

Josep María Soler ha señalado que «creyentes y no creyentes pueden buscar juntos caminos de paz, de justicia, de calidad de la convivencia, de respeto de cada persona y a sus derechos legítimos, de atención a las personas que sufren».

El monje ha pedido a la Iglesia que no tenga miedo a «una laicidad positiva e incluso la tenemos que defender», aunque ha reconocido que «la cultura dominante está alejada en buena parte del cristianismo» y ha propuesto que se «proponga y no se imponga».

El abad ha dicho que aunque «los cristianos tenemos unas convicciones concretas por razones antropológicas, hay que respetar el juego democrático».

«Esto pide que los cristianos -ha comentado- hagamos la propia aportación al debate social sobre los diversos temas para contribuir al diálogo y a la reflexión con vista a una mejor toma de decisiones».

«A veces, sin embargo, las convicciones de los cristianos pueden entrar en contradicción con las leyes de Estado; leyes que, en democracia, algunas veces sólo pueden establecer el mal menor. Evidentemente, en estos casos, los cristianos no podemos pretender imponer nuestra visión antropológica; en una sociedad plural, no podemos pretender que la moral cristiana se convierta en ley de Estado», ha sentenciado.

Objeción de conciencia


A renglón seguido, el abad ha puntualizado que «en el caso de que haya una contradicción flagrante, se podría hacer objeción de conciencia, como ya ocurrió en los primeros siglos del cristianismo, pero se tiene que hacer sin menospreciar a los individuos que en conciencia asumen comportamientos que contradicen la ética cristiana».

Por eso, el religioso benedictino ha pedido a los miembros de la Iglesia «una gran dosis de comprensión hacia las personas concretas, sus ideas y sus problemas» y a los medios de comunicación de titularidad o inspiración cristiana «que se priven de todo clima de agresividad y no manipulen los contenidos informativos de acuerdo con prejuicios o con posiciones ideológicas determinadas».

Cataluña


El abad de Montserrat ha hecho también una reflexión sobre el debate soberanista en Cataluña y ha reprochado a la Conferencia Episcopal Española que «nunca haya comprendido» la realidad catalana y que, «sin entrar nunca a valorar el fondo de las reivindicaciones de la sociedad catalana», haya «ido repitiendo, sin matices, la defensa de la unidad de España como un bien moral que se debe cuidar y mantener».

Josep María Soler se ha mostrado favorable al reconocimiento de «la realidad nacional de Cataluña» que, ha dicho, «es previa a la formación del actual Estado español», y ha pedido abordar la cuestión «con mentalidad abierta y democráticamente dialogante».

lunes, 20 de enero de 2014

Un español en la renovación para el próximo quinquenio la Comisión Cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR).

2014-01-15 Radio Vaticana
(RV).- El mediodía del miércoles la Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público un comunicado en el que se informa que el Papa Francisco ha renovado para el próximo quinquenio la Comisión Cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), que ahora resulta compuesta por los Cardenales: Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena; Thomas Christopher Collins, Arzobispo de Toronto; Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso; Santos Abril y Castelló, Arcipreste de la Basílica Papal de Santa María la Mayor; y por Monseñor Pietro Parolin, Arzobispo titular de Acquapendente, Secretario de Estado. (RC-RV.
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"Limpieza moral y limpieza financiera. Esos son los dos frentes sobre los que trabaja con ahínco Francisco en su titánica tarea de regeneración de la Iglesia y, más concretamente, del Vaticano.
Aparte de predicar con el ejemplo y hacer de la austeridad su divisa, casi no hay día que el Papa no se descuelgue duras críticas contra la mundanidad, la ambición o el culto al dinero. Pero el pontífice también es consciente de que hay que hay que hacer cambios importantes en la forma de la Santa Sede de gestionar sus recursos financieros. Y en ese sentido el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), conocido por ser el banco vaticano y acosado desde hace décadas por los escándalos y las sospechas de que pudiera estar blanqueando dinero negro, se lleva la palma.
Es en esa misión de regeneración y transparencia donde se enmarca la decisión de Francisco de renovar casi completamente a los miembros que componen la comisión de control del IOR, el organismo que se encarga de supervisar al banco vaticano, que informa directamente al Papa y que entre otras cosas se ocupa de nombrar al consejo de administración de esa institución financiera. Francisco ha cambiado a cuatro de los cinco miembros que componían la comisión de control del IOR, sin importarle lo más mínimo que hace menos de un año que fueran nombrados para ese cargo por su antecesor, Benedicto XVI, pocos días antes de su renuncia al trono de san Pedro y por un periodo en teoría de cinco años.
Los cuatro nuevos miembros de la comisión de control del banco vaticano, que formarán parte de la misma durante los próximos cinco años, son todos ellos personas de la máxima confianza del pontífice. Se trata del nuevo secretario de estado vaticano y brazo derecho del Papa, Pietro Parolin; el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn; el arzobispo de Toronto, Thomas Christopher Collins y del cardenal español Santos Abril y Castelló, arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor en Roma.
El único miembro de la precedente comisión de control del IOR que se ha 'salvado' y que seguirá perteneciendo a la misma es el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y quien también forma parte de la comisión creada por Francisco para trabajar en la reforma del IOR.

'Jubilados' por Francisco

Los otros cuatro componentes que integraban esa comisión han sido 'jubilados' por Francisco. Se trata del ex secretario de estado vaticano, Tarcisio Bertone; el presidente de la Administración del patrimonio de la Sede Apostólica (Apsa), Domenico Calcagno, el arzobispo de Río de Janeiro Odilo Pedro Scherer (considerado el candidato preferido de la vieja guardia de la curia a suceder a Benedicto XVI como Papa tras su histórica dimisión) y Telesphore Placidus Toppo, arczobispo de la diócesis india de Ranchi.
El nuevo presidente de la renovada comisión de control del IOR será elegido por sus propios integrantes, pero todo apunta a que el elegido podría ser el cardenal español santos Abril, uno de los purpurados más próximos a Francisco.
En los diez meses que lleva como Papa Bergoglio ha dado ya numerosos pasos para tratar de sanear la podredumbre moral que en muchos casos rodea a las finanzas vaticanas. Entre otras cosas, ha encargado al grupo estadounidense Promontory que revise las cuentas del banco vaticano y las actividades de Apsa, la Administración del Patrimonio de la Santa Sede, ha puesto en manos de Ernest and Young una auditoria sobre el Gobernatorio vaticano (el organismo encargado de la gestión financiera de la Santa Sede y donde según revelaba los papeles del Vatileaks campan a sus anchas la corrupción, las contratas hinchadas y la prevaricación). Amén de crear una comisión especial de cinco miembros para conocer exactamente la situación jurídica y las actividades del IOR y una segunda comisión para aumentar los controles sobre las contratas que se llevan a cabo en el vaticano y evitar los casos de corrupción.
"Sobre el futuro del IOR ya se verá", aseguraba recientemente el Papa en una entrevista al diario 'La Stampa', sin descartar la posibilidad de que decida cerrar el banco vaticano o que lo pueda convertir en un 'banco ético'.
(Tomado de El Mundo -internacional-).

domingo, 1 de diciembre de 2013

Ideología del hedonismo y ruptura con Dios, raíz de la crisis entre padres e hijos.

Ideología del hedonismo y ruptura con Dios, raíz de la crisis entre padres e hijos. El análisis descarnado de psicólogos, sociólogos, expertos en bioética nos señalan la raíz y perfil de la crisis entre padres e hijos, entre generaciones. Pero también el testimonio de dos padres nos habla de cuál es la solución. «Los adultos están faltando a su cita con su responsabilidad de transmisión, de la vida, de lo humano y de la fe. Pero esta ruptura de la alianza entre las generaciones está relacionada con la ruptura de la alianza con Dios». (Portaluz/InfoCatólica) La afirmación, fue manifestada por Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, al abrir el debate el pasado 15 de noviembre en el evento «He recibido, he transmitido», promovido por el Pontificio Consejo para la Familia sobre la alianza inter-generacional y que se celebró en Roma en la Sala de Congresos del Palazzo San Calisto los días14 y 15 noviembre y que convocó a connotados psicólogos, sociólogos y otros profesionales para analizar la «crisis de la alianza entre las generaciones» (particularmente padres e hijos). La raíz y perfil de la crisis El psicoanalista Massimo Recalcati, uno de los conferencistas invitados, ya en 2012 y desde el diario italiano La Repubblica alertaba sobre esta crisis analizada en el referido evento: «El problema –escribía el profesional- es aquél de la ausencia de cuidados que los adultos manifiestan hacia las nuevas generaciones; el resquebrajamiento del discurso educativo, que la ideología hiperhedonista ha considerado necesario liquidar como discurso represivo. No es que los adultos en general no estén preocupados por el futuro de sus hijos, pero la preocupación no coincide con hacerse cargo. Aquello que debemos constatar con amargura es que nuestro tiempo está marcado por una profunda alteración de los procesos de filiación simbólica de las generaciones. Como en una suerte de Edipo invertido, son los padres los que matan a sus hijos…» Mauro Magatti, sociólogo también invitado por el dicasterio vaticano a la reflexión, explicitó el fondo de esa ideología hiperhedonista mencionada por Recalcati, afirmando que la crisis actual ocurre pues «una vez declarado que Dios ha muerto, el hombre reivindica para sí la omnipotencia de Dios y se convierte en prepotente, individualista y narcisista». Enriqueciendo el análisis de sus colegas, desde Chile el destacado psicólogo Cristián Saavedra apunta a una diversidad de indicadores como coadyuvantes de la referida crisis: «Un factor determinante es que la familia ha dejado de ser el núcleo básico de la sociedad y el centro es el individuo. Así principios como la vida y la libertad quedan sujetos a ser vividos según fuere la valoración y subjetividad personal, desestimando su realidad de principios ordenadores que me permiten plantearme frente a los dilemas morales... Por lo tanto domina una moral individual y no social. Pero también un positivo impulso al desarrollo de la mujer, cual es su entrada al mundo laboral, puede agudizar la crisis por dos factores; uno es que las reglas del mundo laboral están construidas bajo roles masculinos y dos que la mujer mantiene su rol en el hogar. Se exige a la mujer aceptar aquello en vez de adaptarse la sociedad a su incorporación al mundo laboral desde su rol materno. También el reinado de la tecnología que avanza más rápido de lo que somos capaces de aprehender a utilizarla y nos fomenta la cultura de lo desechable es un factor que incide en la crisis, exigiéndonos estar en constante adaptación, hiper-conectados al presente y perdiendo de vista otras realidades de nuestro ser. Olvidamos por ejemplo que según nuestros hijos ven como tratamos a nuestros abuelos o adultos mayores será el modelo de relación padre-hijo que ellos enseñamos a nuestros hijos». Continuando el análisis de Saavedra, el psicoanalista francés, Guy Corneau, en su libro «Père manquant, fils manqué» (padre faltante, hijo «malogrado», «fallido») advierte, desde su área de especialidad, una de las más conocidas consecuencias que implica para el desarrollo de los hijos la ausencia del padre: «La ausencia de atención de un padre tiene por consecuencia la dificultad en la asunción de una identidad masculina, la falta de sentirse confirmado y reconocido por la presencia del padre, para asumir una identidad adulta». A la luz de las ponencias Monseñor Paglia advertía ante los medios de comunicación que hoy está en peligro «el vínculo de herencia cultural y espiritual entre las generaciones, en la transmisión de una visión del mundo y del ser humano, y por lo tanto también la transmisión de la fe». Pero desde la fe, se abre una fuerza transformadora que hace de la crisis no sólo un hecho a constatar, analizar y denunciar, sino además una experiencia de crecimiento y que está disponible para todos… Misión de los padres: la redención Alejandro Rozitchner, escritor y filósofo argentino, declarado ateo, reconoció en una columna publicada por diario La Nación de su país, que durante sus tres primeras décadas de vida careció completamente del deseo de ser padre. «No lo entendía. No me parecía que eso de tener hijos fuera taaaaan relevante como se decía. Incluso sentía (tal vez inspirado por las dificultades de mi historia) que la familia era un formato burgués de acomodamiento». Señala luego que evolucionó gracias a su esposa y la disponibilidad que tuvo a dejarse permear. Así, hablando de la propia experiencia como padre, este filósofo ateo desafía a otros hombres señalando: «Tener hijos es lo más importante que vamos a hacer en nuestra vida (…) No vale decir «los quiero tanto que me muero por ellos» y después irse a practicar tenis encarnizadamente cuando sería el momento de estar. Amor es presencia, no impostura de emoción que no sabe abrirse camino. Amor es cuidado, detalles esmerados, atención. Amor es disfrute sensual de estar juntos y mirar el mundo en paralelo mientras nos sea posible». ¿Pero es suficiente con el afecto, el cuidado y la protección? Joseph McInerney, columnista de Fathers for good, plataforma de la organización católica «Caballeros de Colón», casado y padre de cinco hijos, responde la pregunta –completando a Rozitchner- afirmando que la experiencia de la paternidad alcanza su plenitud sólo en quien vive su alianza con Dios: «El papel de Cristo en la Tierra se puede describir como una misión. Dios Padre envía a su único Hijo para reconciliar al mundo con Dios. En otras palabras, la misión de Jesús es nada menos que salvar las almas de toda la gente de todos los tiempos. La misión de los padres modernos es, al igual que la de Cristo, la salvación de las almas… principalmente, la salvación de su familia. Más allá de la diferencia en magnitud, los padres tenemos a nuestra disposición los mismos métodos (de Cristo) para cumplir esta misión de salvación. En lo más profundo, entonces, la paternidad es un llamado a la santidad. El ejemplo de Cristo demuestra que la santidad consiste en el regalo radical de entregarse a los otros».

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cardenal Sarah: «Aun entre los bautizados hay actualmente una especie de apostasía silenciosa»

(Aica)«Aun entre los bautizados y los discípulos de Cristo hay actualmente una especie de apostasía silenciosa, un rechazo de Dios y de la fe cristiana en la política, en la economía, en la dimensión ética y moral y en la cultura post-moderna occidental». Así lo ha denunciado el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, durante su participación en el encuentro sobre la actividad caritativa de la Iglesia promovido por las Conferencias Episcopales Europeas. La reunión, que tuvo lugar del 4 al 6 de noviembre en Trieste, Italia. contó con la presencia de cincuenta obispos y responsables de las acciones de caridad de las Conferencias Episcopales de Europa, que abordaron la actividad caritativa de la Iglesia y el papel del obispo, a la luz del Motu proprio del papa Benedicto XVI sobre la naturaleza íntima de la Iglesia. El purpurado aseguró que «no es posible entender la caridad cristiana, sin tomar en cuenta su estrecho vínculo con la fe en Cristo y entender que fluye de Él, dicen los obispos en un comunicado. El presidente del Consejo Cor Unum, cardenal Sarah, prosiguió su exposición advirtiendo que «involuntariamente respiran con todos sus pulmones doctrinas que van en contra del hombre y que generan nuevas políticas que tienen un efecto de erosión, destrucción, demolición y grave agresión, lentas pero constantes, sobre todo en la persona humana, su vida, su familia, su trabajo y sus relaciones interpersonales. No tenemos ni siquiera el tiempo para vivir, amar, adorar. Este es un desafío excepcional para la Iglesia y para la pastoral de la caridad. La Iglesia, de hecho subrayó el cardenal denuncia también las diferentes formas de las que es víctima la persona humana». Humanismo sin Dios «Un humanismo sin Dios», dijo el cardenal Sarah, «al lado de un subjetivismo exacerbado, ideologías que son difundidas por los medios de comunicación y por los grupos extremadamente influyentes y financieramente potentes, se esconden detrás de las apariencias del servicio internacional y actúan incluso en el ambiente eclesial y en nuestras agencias de caridad». Para la Iglesia, «los valores cristianos que la guían y la identidad eclesial de la actividad caritativa no son negociables, se debe rechazar cualquier ideología que vaya en contra de la enseñanza divina y rechazar categóricamente cualquier apoyo económico o cultural que imponga condiciones ideológicas opuestas a la visión cristiana del hombre». Que la pastoral no sea mera filantropía Finalmente el cardenal Sarah pidió a los obispos y delegados responsables de la actividad caritativa de las Conferencias Episcopales Europeas que esta pastoral no se reduzca «a una expresión puramente filantrópica o solidaria». Nuestra primera tarea, explicó, consiste en «definir correctamente la naturaleza de la actividad caritativa, para no transformarla en una intervención de tipo político, puramente social o humanitaria». A continuación, «nos tenemos que preguntar: ‘¿Qué visión del hombre queremos promover con nuestra acción caritativa?’». «Cuántos practiquen la caridad deben ser testigos creíbles de Cristo», concluyó.

miércoles, 6 de febrero de 2013

La izquierda laicista y anticlerical española se opone al proyecto de ley educativa del gobierno.

(Agencias) Durante una rueda de prensa, representantes de Europa Laica, Izquierda Unida y el Sindicato de Estudiantes, entre otras organizaciones, han reiterado que el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa impulsado por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, otorga beneficios «educativos» y «económicos» a la Iglesia Católica y «segrega» al alumnado en virtud de la libertad de conciencia. Varias organizaciones de la extrema izquierda laicista y anticlerical española criticaron ayer el proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). «La Lomce está centrada en potenciar la asignatura de Religión en vez de desarrollar otras materias que podrían, por ejemplo, fomentar la educación cívica o profundizar en el conocimiento de los Derechos Humanos», ha afirmado el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado.
Delgado ha asegurado que van a luchar para evitar que la Lomce «salga adelante» y, además, conseguir que el Estado deje de financiar la educación religiosa dentro de los centros públicos, lo cual es contrario al mandato constitucional que indica que la educación debe ser gratuita y los padres tienen derecho a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral conforme a sus creencias. Por su parte, el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, ha indicado que la Iglesia Católica posee el 80 por ciento de los centros concertados privados en España, por lo que considera que se ven beneficiados económicamente. Por su parte, la portavoz de educación de Izquierda Unida en Madrid, Eulalia Vaquero, ha recordado que España es un país aconfesional y, por ello, los políticos deben velar por la laicidad de la escuela pública, ignorando de esa manera el artículo 27.3 de la Constitución española: Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. A pesar de lo que afirma el texto de la Carta Magna, la dirigente de IU afirma que «La educación debe darse en los colegios y la religión en las Iglesias».

martes, 22 de enero de 2013

El coordinador de IU en Córdoba falta al respeto a Mons. Demetrio Fernández en las redes sociales.

http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=13742El obispo de Córdoba se ofrece para debatir con los políticos y ante la opinión pública sobre la ideología de género El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, afirmó el pasado 3 de enero que «la ideología de género destroza la familia, rompe todo lazo del hombre con Dios a través de su propia naturaleza», como es el sexo con el que se nace, «sitúa al hombre por encima de Dios, y entonces Dios ya no es necesario para nada, sino que hemos de prescindir de Él, porque Dios es un obstáculo para la libertad del hombre».
(Agencias/InfoCatólica) «Sé que la voy a liar pero si no lo digo reviento. Pero con tanta quina como tiene a los homosexuales, ¿será que el señor Demetrio está agobiado en el armario?», afirma en su cuenta de Twitter el dirigente de IU, que utiliza el 'nick' de 'Muelapikada', aunque en su perfil se identifica con nombre y apellidos y como coordinador provincial de IU en Córdoba. El político, que es delegado provincial de la Vicepresidencia del Gobierno de Griñán, ha hecho alusión a la carta pastoral del obispo, que criticaba la «ideología de género» y el «feminismo radical» de los colegios públicos. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, afirmó el pasado 3 de enero que «la ideología de género destroza la familia, rompe todo lazo del hombre con Dios a través de su propia naturaleza», como es el sexo con el que se nace, «sitúa al hombre por encima de Dios, y entonces Dios ya no es necesario para nada, sino que hemos de prescindir de Él, porque Dios es un obstáculo para la libertad del hombre».

sábado, 3 de noviembre de 2012

Iglesias cerradas, prohibiciones y amenazas a los cristianos: la profesión de la fe negada en Sumatra.

Iglesias cerradas, prohibiciones y amenazas a los cristianos: la profesión de la fe negada en Sumatra. Medan (Agencia Fides) – La intimidación de los cristianos, la prohibición de reunirse para orar, el cierre de las iglesias, la condescendencia de las autoridades civiles: es preocupante el cuadro de la libertad de religión para los cristianos en Sumatra que emerge de la explicación del padre Markus Manurung, OFMCap, sacerdote de Medan y jefe de la Comisión “Justicia y Paz” de la Provincia de los frailes capuchinos en la isla. “En la isla de Sumatra – explica el padre Manurung a Fides - hay seis diócesis: La Archidiócesis de Medan y Palembang, las diócesis de Sibolga, Padang, Tanjung Karang y Pangkal Pinang. Existen problemas para los cristianos en Padang, Medan y Sibolga. En Padang, en las zonas rurales y aisladas, hay iglesias que a pesar de largos procedimientos burocráticos, nunca han recibido el permiso para construir o restaurar una iglesia. A la comunidad de Tirtanadi no se le concede permiso para fundar una iglesia y los fieles tienen prohibido rezar juntos. La iglesia en el oeste de Pasuruan Ijin no obtiene el permiso necesario para las reparaciones, como sucede también a la iglesia de Tembilahan, dañada por el fuego, donde los fieles se reúnen dentro de las paredes aún ennegrecidas. En la iglesia de Sawalunto, los fieles no se les permite reunirse. En Bukit Tinggi se le niega el permiso para construir una nueva iglesia, como sucede en Kerinci-Kayu Aru. A la iglesia de Pasir Pangarean se le ha revocado la licencia ya concedida en el pasado”. En la Archidiócesis de Medan, los principales obstáculos se encuentran en la provincia de Aceh en el norte de Sumatra, donde está en vigor la ley islámica (Sharia), a pesar de que sólo se aplica a las comunidades musulmanas. Sin embargo, la influencia de los grupos radicales es muy fuerte, dice a Fides el p. Teguh Bernard O Carm, sacerdote católico local. El p. Teguh párroco de la Iglesia de Sidikalang, en el distrito de Singkil, en la provincia de Aceh, narra a Fides las últimas desgracias sufridas por la comunidad cristiana (véase Fides 21/5/2012): “El Islamic Defender Forum integrado por organizaciones radicales, está presionando al gobierno para cerrar las iglesias que son consideradas ilegales, no autorizadas o salas de oración. El gobierno local, por temor a esas organizaciones violentas, está cediendo”. En el pasado, dice el párroco, un código local, aprobado en 1979 y actualizado en 2001, establecía que para mantener la armonía religiosa, el número de iglesias debía limitarse. “Pero – nota el p. Bernard - no hace distinción entre iglesias católica y protestantes”. Mediante la aplicación de restrictiva del código, en mayo, funcionarios del gobierno, policías y miembros de los grupos radicales islámicos han cerrado 23 iglesias de diferentes confesiones: 11 iglesias de la GKPPD (Protestant Christian Church of Pakpak Dairi); 6 de la Iglesia Evangélica de Indonesia; 3 iglesias católicas; 2 de la Iglesia Metodista (Methodist Gereja Indonesia); una de la iglesia Huria Kristen Indonesia”. Las tres iglesias católicas están en los distritos de Balno Lae y Suka Makmur (diócesis de Sibolga), y en el distrito de Madumpang, en la archidiócesis de Medan. El p. Bernard señala que “algunas comunidades protestantes quieren luchar contra los radicales islámicos para prevenir tales abusos, y esto podría conducir a la violencia y el conflicto. Estamos tratando de organizar una reunión con los líderes tribales locales y las autoridades civiles, para discutir y plantear cuestiones de derechos humanos y libertad religiosa”. (PA) (Agencia Fides 31/5/2012)

lunes, 30 de julio de 2012

Cuando la democracia se devora a si misma.


Actualizado 30 julio 2012
Cuando la democracia se devora a si misma

            Estupefacto, verdaderamente estupefacto, leo en este mismo medio que el Comité Olímpico Internacional ha prohibido la introducción de todo tipo de símbolos religiosos dentro del recinto olímpico, algo que ocurre en estas Olimpiadas de Londres cuando no ocurrió ni siquiera en las que se celebraron en el corazón de la que se tiene por una de las grandes dictaduras del mundo, China, hace ahora cuatro años.


            No es el único caso de intolerancia disfrazada de modernidad con el que nos desayunamos cada día: sólo a modo de ejemplo, y también en este medio, leo consternado que el nuevo Obispo de Glasgow se queja de que puede acabar en la cárcel si se le ocurre hablar de homosexualidad. Algo que en España, por cierto, hemos estado cerca de conseguir, en un espectáculo bochornoso que debería habernos llenado de oprobio y de vergüenza como ha sido el juicio de una persona que acontecía ser un obispo por hacer uso de la que todos deberíamos considerar su sacrosanta libertad de expresión. Y aunque quepa decir que por esta vez el intento ha terminado en fracaso, mejor deberíamos reconocer que el solo hecho de sentar a alguien, mitrado o no, en un banquillo, por expresar su opinión sobre un determinado hecho o fenómeno, constituye en sí mismo un fracaso que todos deberíamos lamentar.
            Hechos como los que cito arriba me llevan a la triste constatación de que uno de los grandes logros de la especie humana a lo largo de los siglos, la democracia, va camino de devorarse a sí misma en un extraño proceso de autofagia o autocanibalismo que probablemente no tenga pocos precedentes en la historia.
            Siempre se preció la democracia de educar a los que tenían que beneficiarse de ella, todos los ciudadanos sin excepción, en aprender a aceptar la crítica, la discrepancia y la diferencia en aras a beneficiarse de poder ejercer, en pago, las libertades que se consideraban columnas de la misma: la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, la libertad de cátedra y la libertad religiosa. Pero no porque unos pocos desgraciados tuvieran que degustar la amarga crítica para que otros pudieran deleitar la dulce libertad, no, sino porque degustando todos la amarga crítica, nos delitáramos todos también en la dulce libertad.
            Es curioso que en nombre de esas mismas libertades, lo que las democracias impulsan hoy día sea justamente lo contrario, a saber, una intolerancia atroz de las personas y de los grupos, en detrimento de esas mismas libertades de las que hablo más arriba. En los casos que nos ocupan, se prefiere prohibir la libertad de pensamiento y de expresión por lo que a la homosexualidad se refiere, para que los homosexuales no se sientan "vejados" con ninguna observación que pueda "malherir su exquisita sensibilidad". Se prohibe la libertad de culto, para que los que profesan religiones diferentes (y sobre todo, desengañémonos, los que observan la del "no Dios") no sientan ultrajados "sus más íntimos sentimientos".
            Curiosamente, la enfermedad ha comenzado por atacar a las democracias más antiguas, las anglosajonas, Estados Unidos, Gran Bretaña, país este último en el que ha adquirido tintes de verdadero cáncer, como si constituyera una fase más del proceso de vida de la democracia o estuviera inexorablemente unido a su decadencia. Es llamativo, aunque por otro lado comprensible, que inficione a sus libertades más importantes, las que se constituyen sus verdaderos pilares, la de pensamiento, la de cátedra, la de expresión y la de culto. Y no es menos significativo que se trate de un proceso “tranquilo”, sin violencia, sin aparente revolución, realizado incluso, como digo, en nombre de los mismos principios que pretende eliminar. Pero se trata de un tumor que o lo extirpamos de una vez, o convertirá inexorablemente y en no demasiado tiempo a las democracias en un nuevo sistema que cada vez se parezca más a una dictadura: la dictadura de lo políticamente correcto, de la ñoñería, de la intolerancia, de la hipocresía y de la censura.


            ©L.uis Antequera.

viernes, 7 de enero de 2011

Liga antidifamacion Iglesia catolica.

Liga de antidifamación católica internacional.( L.A.D.C.I.).


Pretendemos crear una estructura de amigos internautas,pequeña, ágil, motivada, informada, en condiciones de replicar (o de hacer replicar) punto por punto a todas las noticias falsas que cada día nos llegan desde los medios de comunicación. ¿Por qué sólo a la Igle ...sia y su historia pueden ser difamadas sin que nadie intervenga para desmentirlo?
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La Iglesia católica (a pesar de todo) no carece de historiadores informados, de personas de indudable valor cultural, en condiciones de aclarar, de precisar y de desmentir. Que sea pues este sitio un lugar donde se notofique, se aclaré y se plantee la verdad de las informaciones, sin eludir aquellas, que siendo verdad,son fruto del pecado de los miembros de la Iglesia Una y Santa."