En plena crisis, la fiesta del Gay Pride 2012 subvencionada con dinero público
Un vídeo muestra imágenes de esta fiesta que tuvo lugar en Barcelona subvencionada por Ayuntamiento, Generalitat de Cataluña y Diputación. ¿Deben colaborar las máximas instituciones públicas implicadas en revertir la situación de crisis actual?
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Un vídeo muestra imágenes del último gay Pride 2012 que tuvo lugar en Barcelona. El documento muestra una fiesta hecha en plena crisis y que solamente es posible realizar con ese despliegue de celebración y espectáculo gracias a las extraordinarias subvenciones que recibe, en particular del Ayuntamiento de Barcelona junto con la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Barcelona, y otras instituciones.
El ‘Pride Barcelona 2012’ fue el festival gay más grande del ‘Orgullo LGBT del Mediterraneo’, según los propios organizadores. Durante cuatro días, del 28 de junio al 1 de julio, se celebró en Barcelona, entre otras actividades, fiestas gays en bares y discotecas; una Fiesta de la Espuma ; una carrera de tacones; un concurso de ‘Miss Drag Pride’; un desfile de carrozas en la Avenida María Cristina de Montjuïc, donde también hubo un ‘Village’ y estuvo el escenario principal del festival; una fiesta en la playa, que empezó a las diez de la mañana y se alargó hasta la madrugada siguiente; y el ‘Tibidabo Pride Day’, es decir un día en el parque de atracciones que es de propiedad municipal y, por tanto, pagado con el dinero de todos los ciudadanos.
La pregunta que cabe hacerse es si todo esto se debe hacer con dinero público en medio de una crisis económica. En una fiesta de este tipo, excesiva, ¿deben colaborar las máximas instituciones públicas implicadas en revertir la situación de crisis actual?
En el vídeo, además, se puede ver cómo se desarrollan determinados espectáculos en presencia de menores de edad. Un hecho que es evidentemente responsabilidad de sus familiares, pero que también es motivo de reflexión, cuando, además sucede con el apoyo de Ayuntamiento, Generalitat y Diputación.
Las imágenes que se muestran son suficientemente explícitas para reflexionar sobre si hay que subvencionar o no estas fiestas, sobre todo en un contexto de crisis en el que el paro es altísimo –sobre todo entre los jóvenes-, no están cubiertas las necesidades elementales de muchos ciudadanos, y hay personas que acuden a Cáritas o al Banco de Alimentos con grandes carencias básicas.
¿Se continuará gastando dinero públicos en la próxima edición o se destinará a fines sociales
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