miércoles, 22 de enero de 2014

Los cambios que se propugnan en la Diócesis de Mallorca.

El Vicario general de Mallorca se muestra a favor del «matrimonio» homosexual y del aborto en algunos casos.
Durante siete años, el sacerdote Antonio Vera ha sido el director de Cáritas diocesana de Mallorca. Desde hace cuatro meses es el vicario general de la diócesis balear. En una entrevista concedida al diario El Mundo se manifiesta a favor del matrimonio homosexual y asegura que «no digo que no al aborto en ningún caso, sino que es un tema que debe reflexionarse mucho». También opina que las mujeres deberían acceder al sacerdocio - «podría ser una solución para cubrir la falta de sacerdotes»- y desea el fin del celibato obligatorio.
    
(El Mundo) Miguel A. Font entrevista al P. Antonio Vera para el diario El Mundo:

- ¿Cómo ve la situación de la Diócesis? ¿Cuáles son las necesidades más imperiosas?

La Diócesis vive un proceso de transformación social necesario para que se produzca un cambio. Se trata de cambios en la forma de evangelizar dentro y fuera de la Iglesia y hacerla más misionera hacia fuera. Una de las necesidades que tiene la Iglesia es crear un nuevo lenguaje, más cercano, ágil y sencillo, con nuevos gestos y posturas ante la sociedad para que el mensaje sea más creíble, pero siempre a través del testimonio, nunca por imposición. También debemos acercar la Iglesia a la gente, intentar ser muy cercanos a la sociedad, porque de lo contrario, el mensaje es muy difícil de transmitir.

- ¿Qué retos se ha marcado como vicario general?

Más que como vicario general, como miembro del Consejo Episcopal, que es quien toma las decisiones en conjunto, los retos marcados son tres y el primero es buscar la evangelización a través de los nuevos aerópagos -espacios públicos- como pueden ser las escuelas, la familia cristiana o Cáritas. También la reorganización territorial de la Iglesia y finalmente, la posición de la Iglesia frente a la sociedad y los problemas sociales. La Iglesia debe aprender a evangelizar dentro y fuera. Para ello, es necesario utilizar las diferentes plataformas que tenemos para hacer llegar nuestro mensaje. No se trata de manipular conciencias, ni de imponer, sino de ofrecer un mensaje que para nosotros es el mejor que se puede dar y que a veces no lo sabemos hacer. Lo que implica un cambio en el lenguaje haciéndolo más fácil y ágil para que penetre mucho más adentro. Hoy en día la gente no se contagia por un puro discurso sino que se va uniendo al proyecto de Jesús y a la Iglesia a través del testimonio y esto queda plasmado en la figura del Papa Francisco.

- ¿Cuál cree que es la principal dificultad de la Iglesia en los tiempos que corren?

El problema principal es cómo recuperar la frescura del Evangelio. La Iglesia es un ente de un largo recorrido histórico y como tal, va cogiendo cosas de cada momento, llegando a acumular tantas que a veces se hace pesada en su forma de funcionar. Como dice el Papa, debe recuperarse la alegría de ser cristianos. El Evangelio hoy en día tiene más sentido que nunca. La Iglesia se enfrenta a un cambio histórico, por lo que no debemos sentirnos derrotados. Los momentos de debilidad deben verse como una oportunidad para renovarse, purificarse y resituarse de nuevo dentro de este contexto que vivimos actualmente.

La fe en crisis


- ¿Qué cargas tiene la Iglesia?

La historia ha dejado varias cargas, sobre todo en la forma de hacer la liturgia. También en el lenguaje y en el pensamiento, que a mi modo de ver es demasiado complejo y estructurado, no es fresco, sino muy monolítico. Todo esto es lo que se debe cambiar.

- ¿Piensa que la fe está en una situación de crisis?

Sí, estamos en una situación donde la fe se está repensando y reubicando constantemente debido al modelo social que estamos viviendo. La fe seguirá siendo la misma siempre, lo que cambiará es el contexto, la forma de anunciarla y vivirla.

- ¿Hay párrocos suficientes para todas las parroquias?

No, párrocos cada vez seremos menos. Lo que debe servir para reorganizar las parroquias de otra manera. El párroco del futuro será más itinerante y misionero ya que tendrá 4 ó 5 parroquias a su cargo. Así, cada parroquia tendrá su comunidad cristiana fuerte y el laicado deberá recuperar su responsabilidad. Lo que no podrá haber es un párroco para cada parroquia, esto ya está extinguido y debemos asumirlo.

- ¿Tiene algún plan para conseguir más sacerdotes?

Esta posibilidad no se contempla. El promedio de edad de los párrocos es de 65 años, puede venir alguien de fuera a ayudar, sí, pero el número de párrocos no será suficiente para cubrir todas las parroquias que hay. Hay párrocos de otros países que colaboran y vienen para atender a determinadas comunidades cristianas, pero lo importante es que la gente se integre dentro de la Diócesis y que no se hagan guetos.

- ¿Cómo están las arcas de la Diócesis? Supongo que con la crisis actual los donativos habrán descendido mucho.

Cómo cualquier entidad en estos tiempos, la Iglesia no atraviesa por un buen momento. A nivel económico está en crisis, aunque tiene suficiente para funcionar. Somos ricos en patrimonio pero esto no significa dinero, sino todo lo contrario, ya que su conservación implica un gran gasto.

- ¿Tiene algún proyecto para conseguir más recursos? Alquilar o vender locales, viviendas, montar comercios...

No se ha llegado a este nivel aún. Pero si debe venderse algo del patrimonio tendrá que ser una venta muy consultada ya que el patrimonio no depende sólo de nosotros, por lo que debe haber consenso. Otra cosa es el patrimonio más particular de la Iglesia. En la actualidad ya se alquilan locales y pisos que no se usan y que pueden servir para cubrir gastos. Aun así, se mira mucho el tipo de negocio que se abrirá y se buscan perfiles de familias ya hechas.

Su opinión sobre el Papa


- ¿Qué opina sobre la labor y figura que está realizando el nuevo Papa?

La valoro muy positivamente ya que habla de un Jesús y una Iglesia cercana a la gente con un lenguaje sencillo. Es un Papa muy abierto al mundo y a la realidad que rodea a la sociedad y que está lleno de esperanza, ilusión y coraje. Percibo que la gente ha recuperado la ilusión, basta ver que en la Plaza San Pedro del Vaticano cada vez hay más gente escuchando el Angelus. Además, hace gestos nuevos como Papa y tiene una actitud muy prepositiva.

- ¿Comparte la opinión del Papa sobre la necesidad de la Iglesia de aproximarse más a la gente?

El Papa habla de una Iglesia misionera, pero no podemos ser misioneros encerrados entre las paredes de la parroquia. La gente ya no viene a las parroquias, ahora debemos salir al camino de la gente. La Iglesia siempre quería tener la última palabra de todo, parecía que todos debían darle rendibú, pero el Papa nos ha enseñado que esto no es así, sino que es una más dentro de la sociedad.

Sacerdocio femenino


- ¿Es partidario como ha dicho el Papa Francisco de dar más protagonismo a la mujer?

Sí, sobre todo que se reconozca su protagonismo dentro de la Iglesia, que lo tiene. Debe jugar un papel cada vez más preponderante en los diferentes servicios que la Iglesia demande o que la mujer quiera ejercer de su ministerio laical.

- A nivel oficial, ya sabemos que no, pero a nivel personal, ¿defendería el sacerdocio para las mujeres?

Personalmente no me supone un problema, no me importaría. Otra cosa es que a nivel disciplinar la Iglesia aún no lo haya asumido. Tampoco se puede limitar el problema de las mujeres en la Iglesia a si pueden ser sacerdotes o no. La mujer tiene otros protagonismos dentro de la Iglesia y cada vez tiene más presencia numérica dentro de las labores pastorales. El sacerdocio para mujeres podría ser una solución para cubrir la falta de sacerdotes.

Fin del celibato


- ¿Es partidario de que los párrocos puedan casarse?

Sí, soy partidario de que éstos puedan casarse ya que no afecta a la esencia del ministerio. El mensaje es el mismo, por lo que lo puede transmitir de la misma manera un párroco casado y otro sin casar. Son cuestiones históricas para engrandecer la figura del ministerio ordenado.

- ¿Cree que Cáritas está desbordada con la crisis?

Cáritas hace mucho tiempo que está desbordada. Felicito a la institución por el servicio que presta a muchas personas y por su testimonio de vida cristiana y de crear espacios de justicia dentro de esta sociedad. La Iglesia es para los otros, no para ella misma, debe ayudar a los hermanos más necesitados. Una Iglesia que no trabaje por la justicia, que no construya fraternidad y solidaridad, no es una Iglesia de Jesús.

- ¿Qué es más interesante y satisfactorio, ser vicario general o director de Cáritas?

Son cosas distintas, me sentí muy cómodo trabajando en Cáritas pese a la situación que nos encontramos y que aún continúa. Lo importante no es dar una bolsa con comida, pagar una factura o dar dinero, sino cómo se siente la persona y qué necesita. Trabajar en Cáritas me ha enriquecido, enseñado y hecho ver que lo importante es la persona, compartir y llorar juntos, es decir, sentir la Iglesia a tu lado. Para ello, debemos hacer creíble lo que se dice. Hay que ser coherentes entre lo que hacemos y decimos.

No dice no a todos los abortos. A favor del «matrimonio» homosexual


- ¿Cómo ve la polémica que ha suscitado dentro del Partido Popular la reforma de la Ley del Aborto? ¿Qué opinión tiene de la polémica reforma?

Hablar del aborto en seco me resulta difícil. No digo que no al aborto en ningún caso, sino que es un tema que debe reflexionarse mucho. Una cosa es cuando se ha producido una situación compleja y concreta como puede ser una violación y otra cosa es el relax de decir vivamos como queramos y una vez hecho, decidir abortar. Cada caso es cada caso, no debe generalizarse. Creo que es necesario reforzar la educación sexual entre los jóvenes y enseñarles la parte positiva de la sexualidad. La sexualidad es bella y por eso hay que cuidarla y embellecerla todavía más, debe ser un acto de amor.

- ¿Qué piensa sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo?

La Iglesia debe acoger y respetar la decisión de las personas, debemos ser comprensivos con esta gente y verlos como dos personas que desarrollan su estima con normalidad. En mi caso, por generación, me cuesta asumirlo, pero no soy nadie para juzgar su estima (amor), los acepto perfectamente, al igual que el Papa.

- Casi cada mes vemos en la prensa algún convento que cierra por falta de monjas y el último fue el de Marratxinet hace dos semanas. ¿Qué se puede hacer? ¿Qué pasa con todo este patrimonio de los conventos?

Forma parte del ciclo del tiempo. Hace décadas hubo una eclosión vocacional que hoy en día no ocurre. Al igual que los curas, la mayoría de monjas son ya mayores y no entran nuevas, por lo que los conventos van cerrando por falta de personal. Los conventos no forman parte de la Diócesis sino de las propias congregaciones religiosas.

- En 2013 se encargó de realizar el sermón de la Conquesta. Muchos aseguran que este año ha primado la solidaridad y la ayuda a los más necesitados por encima del catalanismo de otros años. ¿A qué se debió este cambio?

Mi intención con este sermón era reafirmar los valores de lo que significa la mallorquinidad, nuestra cultura, lengua e historia. Hay que querer la lengua, no hacer batalla de ella, ya que cuando se hace batalla, las posturas se radicalizan y se convierte en ideología. Debemos compaginar lo nuestro con este otro mundo que viene de fuera e incorporarlo, es decir, queramos lo nuestro, acojamos lo acogible de los otros y con ello luchemos con esperanza por un mundo nuevo.

- ¿Qué opina sobre el conflicto educativo de Baleares?

No me atrevo a dar una opinión. Desde aquí hago un llamamiento al consenso, por el bien de los niños ya que el nivel educativo de Baleares no es precisamente de los mejores de España. Debe reinar el sentido común para arreglar las cosas, sobre todo en temas como la salud, los servicios sociales y la educación, que no deberían estar mediados por lo político, ya que hay personas por medio.

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