lunes, 28 de marzo de 2011

Los tambores de guerra han dado paso al ruido de la bombas.

Y despues de las bombas  ¿Qué?
Caracas, 10 de marzo de 2011
por Guido Zuleta

Tambores de guerra retumban en la Casa Común, la Madre Tierra, en especial entre las fuerzas de la OTAN hacia LIBIA. Las comunidades de buena voluntad del mundo, desde sus diferentes perspectivas espirituales, se movilizan con una angustia similar a la expresada antes de la invasión a IRAK por la guatemalteca indígena Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú “Con la Esperanza en un Hilo”. Incluso desde las fuerzas de oposición interna en Libia surgen voces que rechazan la intervención militar extranjera –invocando la defensa de los derechos humanos- como forma de resolver sus conflictos.

Los países de la ALBA promueven una misión internacional de paz, para que ayude a tratar el conflicto por una vía pacífica. Iniciativa que empieza a abrirse espacio en medio de una geopolítica mundial cuyos actores más poderosos tienden a generar acciones bélicas, tantas veces repetidas, a fin de sacar provecho energético de acuerdo a sus particulares intereses.

Permanece en la memoria la pretendida justificación de la invasión a IRAK para destruir armas de destrucción masiva, precisamente por el gobierno de un país que había lanzado bombas atómicas sobre ciudades japonesas. Justificación que luego fue reconocida como falsa: no había tales armas. Pero sigue hasta hoy la violencia desatada por esa incursión.

En este conflictivo 2011, con la humanidad enfrentada a una gran crisis de sentido, en la cuál está en juego la vida del planeta, y dónde la ONU tiene una responsabilidad decisiva, conviene recordar los planteamientos hechos por quien fuera el Presidente de su Asamblea General 2008-2009 P. Miguel d Escoto y el teólogo Leonardo Boff sobre La Reinvención de las Naciones Unidas, Una Organización Indispensable.(22.02.2010). Analizan allí que desde el fin de la segunda guerra mundial, la ONU ha tenido múltiples fracasos en la búsqueda de la paz, como objetivo asumido desde su creación para evitar que nunca más se produjera un cataclismo humano similar, y que El país más poderoso de la Tierra, poco preocupado con el futuro ecológico de la Madre Tierra, ha ayudado a desmoralizar la Organización al no respectar sus decisiones y al comportarse como su dueño y manipular a su antojo al Consejo de Seguridad… Cabe notar que en el tiempo de su creación, Naciones Unidas no tenía la conciencia de la cuestión ambiental y de las graves amenazas que en el futuro iban a desafiar a todos los pueblos. Buscaba con razón el Bien Común de todas las sociedades, que hoy, con la conciencia que tenemos, debe ser enriquecido con el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. A pesar de tales fracasos, la ONU, sigue siendo una instancia válida de actuación en las decisiones humanas. Pues: …la solución no está en olvidarse de Naciones Unidas. Es nuestra Organización. Fue creada en nombre de «nosotros los pueblos», y estos pueblos consideran abusivo y antidemocrático el privilegio que algunos países poderosos se arrogan de interponer vetos y así bloquear cuestiones fundamentales para el mundo. Proponen: Una Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, Una Carta de la Organización a tono con las exigencias del siglo XXI y La creación de un Tribunal de notables procedentes de las cinco regiones que integran Naciones Unidas, para conocer acusaciones de crímenes contra el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Iniciativas que, junto a la urgente impulsada por LA ALBA, son signos esperanzadores para el rescate espiritual y vital de la humanidad.

Edit.505.LibiaYlaTransformaciónOnu.12.03.2011

Caracas, 10 de marzo de 2011

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