lunes, 16 de diciembre de 2013

«Miente, miente, que al final algo queda». La oscura estrategia de los promotores del aborto.



«Miente, miente, que al final algo queda». La oscura estrategia de los promotores del aborto.

Para el mundo cristiano católico, la doctrina que refiere al «Padre de la mentira» es medular y en ciertos temas parece aplicable al pie de la letra. Así, los postulados de Maquiavelo, que subyugan la verdad al cumplimiento del objetivo, han sido una metodología muchas veces usada para presentar como verdad lo que es mentira, con tal de obtener determinado logro. Es lo que ha sucedido en países que aprobaron leyes de aborto y también está ocurriendo hoy en países que intentan aprobarlas.

(PortalLuz/InfoCatólica) Norma McCorvey denunció que, movida por las indicaciones de sus dos abogadas pro aborto, testificó falsamente en 1969 ante un tribunal de Dallas, Texas. Aquél juicio conocido en el ámbito jurídico como el caso Roe vs. Wade permitió y fue vital posteriormente -tal como pretendían las dos abogadas de Norma- para la aprobación del derecho al aborto inducido en Estados Unidos, en 1973. Millones han sido asesinados debido a esta mentira.
En una serie de declaraciones recogidas por el periódico Tulsa World, Norma ha explicado en diversas ocasiones que siendo una chica problemática, a los 21 años se embarazó sin desearlo, por tercera vez. No sabía lo que era un aborto y en ese contexto conoció a las abogadas que instrumentalizaron su caso para poner a prueba la ley de Texas. Para ello, se hizo apodar Jane Roe y falsificó un testimonio.
«La declaración jurada presentada ante la Suprema Corte no sucedió del modo en que dije, así de claro. ¡Mentí!» «Sarah Weddington y Linda Coffey (sus abogadas) necesitaban un caso extremo para que yo pareciera una víctima, y la violación parecía ser el boleto. ¿Qué hace que la violación sea peor? Una violación en grupo. Todo comenzó con una pequeña mentira, pero mi mentira creció y se hizo más horrible, con cada relato».
Norma reconoce que no sólo mintió, sino que le mintieron y que además no concurrió a la Corte Suprema de Justicia «en nombre de una clase de mujeres. Yo no persiguía ningún recurso legal para mi embarazo no deseado. Yo no fui a la justicia federal para encontrar alivio. Me reuní con Sarah Weddington para averiguar cómo podía obtener un aborto. Ella y Linda Coffey dijeron que no sabían dónde podía conseguir uno. Sarah ya había tenido un aborto, pero ella me mintió igual que yo le mentí a ella. Ella sabía dónde podía conseguir uno, por supuesto, pero yo no era de ninguna utilidad para ella a menos que estuviera embarazada. Sarah y Linda estaban buscando a alguien, cualquiera, para promover su propia agenda. Yo era su incauta más dispuesta».
Finalmente, Norma dio en adopción a su bebé y al cabo de unos años se convirtió en una destacada activista católica a favor de la vida en Estados Unidos.

En Chile están usando la misma estrategia

Patricia Gonelle, Asesora legislativa de la Red por la Vida y la Familia señaló en Chile a Portaluz… «Ya es vox populi que las organizaciones abortistas tienen como estrategia inflar considerablemente las cifras de aborto para generar en la población un especie de terror sobre el tema» y lograr así sus objetivos, puntualizó.
Cuando se informa de altas tasas de mortalidad materna por aborto, no es real, agregó. Recordemos, dijo, el estudio del epidemiólogo Elard Koch, quien comprobó y expuso en Naciones Unidas que «Chile es el país con la más baja tasa de mortalidad materna de América Latina, incluso mejor que la tasa de Estados Unidos».
A pesar de lo anterior, Gonelle denuncia que los grupos pro aborto continúan reiterando su estrategia y hoy hablan de que existen en Chile 120 mil abortos clandestinos por año. Se apoyan en cifras «carentes de estudios ni sustentos racionales» entregadas por el Instituto Alan Guttmacher (AGI) quien afirma que «se producen unos 120.000 abortos inseguros al año en el país (Chile) y seis abortos por cada 10 embarazos…» (pulse para ver).
Gonelle recuerda que este Instituto ya ha sido denunciado en otros lugares por sus mentiras. «Antes de la legalización del aborto en México DF, este instituto afirmaba que allí había 122.455 abortos ilegales al año. Pero al legalizarse el aborto en México D.F, en 2007, la cantidad de abortos fue de 12.221. AGI entonces había ‘sobreestimado’ hasta 10 veces más el número real. Pero por desgracia, la estrategia había surgido efecto y el país legalizó el aborto en México D.F.», sentencia la Asesora legislativa de la Red por la Vida y la Familia.
La estrategia de inflar las cifras, agrega Gonelle, ha sido siempre la misma, desde Roe vs Wade en Estados Unidos. «El asunto –finaliza- es que tras quienes apoyan el aborto existe un tema ideológico y con intereses económicos involucrados, de gran envergadura. La industria del aborto es millonaria».

Controversia en Argentina

En otras partes de Iberoamérica se vive una presión sin tregua. La directora de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, en un artículo titulado «Despenalizar el aborto es un compromiso con el derecho a la vida», publicado el 27 de septiembre de 2013... para validar lo benéfico que es el aborto cifró en 80 la cantidad de mujeres que habrían fallecido por un aborto clandestino en un año. En su artículo señaló además que existe una «deuda» con las personas en materia de salud sexual y reproductiva. «De los cuatro millones de abortos que se realizan anualmente en América Latina, unos 400.000 se practican en la Argentina», señaló.
Para entender la procedencia de estas cifras y su fuente oficial que no aparecía citada en el artículo, Portaluz conversó telefónicamente con el encargado de prensa de Amnistía Internacional Argentina, Daniel Gutman. Al preguntarle sobre más antecedentes de sus estadísticas, titubeó y no supo responder con claridad a la pregunta, mencionando que «me parece que son cifras oficiales del Ministerio de Salud de Argentina, Buenos Aires» (sin comentarios).
Para la senadora argentina, Liliana Negre de Alonso, las cifras de mortalidad materna que esgrimen numerosos movimientos pro aborto –como el antes señalado-, no hacen más que atar con «falsas corrientes una serie de argumentos para imponer la cultura de la muerte». En una denuncia publicada por la plataforma ciudadana Hazte Oír, la parlamentaria desmiente las cifras que ofrecen los abortistas para tratar de avalar la despenalización.
Para confirmar sus dichos la parlamentaria recurrió a las cifras del Ministerio de Salud argentino, en los que indica que «las primeras causas de muerte en la mujer fueron: enfermedades del sistema circulatorio (38.124 casos) y tumores malignos (27.373 casos)».
Aclarando cada una de las cifras, la legisladora cuestionó: «¿Por qué alguien con una evidente preocupación por la muerte de mujeres jóvenes y pobres omite, por ejemplo, que en 2010 se suicidaron 572 mujeres, de las cuales la mitad no llegaba a los 35 años y que 622 mujeres murieron por deficiencias nutricionales?».
Negre de Alonso subraya que durante décadas, «países poderosos y fundaciones acaudaladas llevaron a cabo una campaña para crear un estándar mundial para el derecho al aborto. Sin embargo, el avance científico que permite ver el rostro del bebé reafirmó la certeza de que quien está en el vientre materno es un ser humano con todas sus facultades».
A ello, se agrava la dramática situación de los embarazos no deseados. «Muchas veces, tienen su causa en circunstancias humanamente degradantes como la promiscuidad, prostitución, abusos y trata de personas. La propuesta de despenalización del aborto no hace más que aumentar la violencia contra las mujeres que ven en el aborto la única salida», puntualiza.

Cifras oficiales y definiciones

La veracidad de lo afirmado por la parlamentaria argentina, se confirma pues, al consultar Portaluz al Ministerio de Salud de Argentina, nos informamos que las estadísticas oficiales últimas disponibles online corresponden al año 2008. Nos sorprendió descubrir que en ellas se informa de 80 mujeres que, estando embarazadas, fallecieron. Pero no precisamente por el aborto en lugares clandestinos, como afirma en su artículo la directora ejecutiva de Amnistía Internacional, sino por «causas obstétricas indirectas».
Los manuales de bioética identifican a éstas causas como «la que tiene que ver con un padecimiento pre-existente, que por sí solo causa la muerte a la mujer embarazada. Ejemplo de esto puede ser una apendicitis, un cáncer, un aneurisma cerebral, una cardiopatía, recalcando cualquier enfermedad sistémica que ya existía y que con o sin embarazo iba a causar la muerte».
En conclusión parece evidente que el engaño es un recurso para quienes promueven el aborto.

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