(EP) Las fuerzas de seguridad del Gobierno nigeriano
fueron advertidas hasta con cuatro horas de antelación del ataque de
Boko Haram en el que resultaron secuestradas más de 240 escolares, según
múltiples fuentes consultadas por la organización Amnistía
Internacional. La ONG califica la
inacción de las autoridades como «una vergonzosa negligencia del Gobierno a la hora de proteger a los civiles, que son 'patos de feria' ante tales ataques», según el director para África de Amnistía Internacional, Netsanet Belay, en un comunicado.
«El hecho de que las fuerzas de seguridad nigerianas tuvieran conocimiento del inminente ataque de Boko Haram y no tomaran las medidas necesarias para impedirlo solo terminará por amplificar la indignación ante este crimen horrible», apuntó Belay.
Según las fuentes consultadas por Amnistía, un grupo de civiles alertó en repetidas ocasiones a los mandos de Damboa y Maiduguri a lo largo de la mañana del día 15 de abril después de encontrarse con un grupo de hombres armados en la localidad de Gagilam que declararon su intención de viajar a Chibok, donde fueron secuestradas las estudiantes.
Un agente local confirmó que se había puesto en contacto con sus superiores sobre la presencia de «vigilantes» en Gagilam. «Gente extraña que había llegado en moto a la localidad con destino a Chibok», declaró el oficial. «Me prometieron», aseguró, «que los refuerzos estaban en camino».
Sin embargo, a las 23.45 de la noche –cuatro horas después de que se realizara el último aviso a las autoridades– más de 200 hombres de Boko Haram asaltaron Chibok sin apenas oposición. Solo un reducido grupo de policías y militares vigilaban la localidad y se vieron obligados a escapar tras agotar la munición después de varias horas de tiroteo. Ya sin enemigos, los milicianos de Boko Haram entraron en la Escuela Secundaria Femenina del Gobierno, donde procedieron a secuestrar a las jovenes.
Amnistía Internacional ha denunciado además la confusa información proporcionada por el Ejército nigeriano en las horas posteriores al secuestro, cuando los militares llegaron incluso a anunciar la liberación de las jóvenes.
«El clima de sospecha y la falta de transparencia sobre los esfuerzos de rescate no han resultado de ayuda. Todas alas autoridades deben trabajar juntas para asegurarse de que las chicas regresan a casa sanas y salvas», ha solicitado Belay, quien pide al Gobierno en nombre de la organización que «proporcione la información correcta a los familiares».
inacción de las autoridades como «una vergonzosa negligencia del Gobierno a la hora de proteger a los civiles, que son 'patos de feria' ante tales ataques», según el director para África de Amnistía Internacional, Netsanet Belay, en un comunicado.
«El hecho de que las fuerzas de seguridad nigerianas tuvieran conocimiento del inminente ataque de Boko Haram y no tomaran las medidas necesarias para impedirlo solo terminará por amplificar la indignación ante este crimen horrible», apuntó Belay.
Según las fuentes consultadas por Amnistía, un grupo de civiles alertó en repetidas ocasiones a los mandos de Damboa y Maiduguri a lo largo de la mañana del día 15 de abril después de encontrarse con un grupo de hombres armados en la localidad de Gagilam que declararon su intención de viajar a Chibok, donde fueron secuestradas las estudiantes.
Un agente local confirmó que se había puesto en contacto con sus superiores sobre la presencia de «vigilantes» en Gagilam. «Gente extraña que había llegado en moto a la localidad con destino a Chibok», declaró el oficial. «Me prometieron», aseguró, «que los refuerzos estaban en camino».
Sin embargo, a las 23.45 de la noche –cuatro horas después de que se realizara el último aviso a las autoridades– más de 200 hombres de Boko Haram asaltaron Chibok sin apenas oposición. Solo un reducido grupo de policías y militares vigilaban la localidad y se vieron obligados a escapar tras agotar la munición después de varias horas de tiroteo. Ya sin enemigos, los milicianos de Boko Haram entraron en la Escuela Secundaria Femenina del Gobierno, donde procedieron a secuestrar a las jovenes.
Incapacidad de responder a tiempo
Fuentes bajo el anonimato del Ejército nigeriano han reconocido su incapacidad de responder a tiempo a la advertencia. «Nuestras fuerzas están sometidas a la frustración, al cansancio y la fatiga, y muchos soldados no se atreven a acudir al frente», ha hecho saber un oficial.Amnistía Internacional ha denunciado además la confusa información proporcionada por el Ejército nigeriano en las horas posteriores al secuestro, cuando los militares llegaron incluso a anunciar la liberación de las jóvenes.
«El clima de sospecha y la falta de transparencia sobre los esfuerzos de rescate no han resultado de ayuda. Todas alas autoridades deben trabajar juntas para asegurarse de que las chicas regresan a casa sanas y salvas», ha solicitado Belay, quien pide al Gobierno en nombre de la organización que «proporcione la información correcta a los familiares».
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