martes, 22 de junio de 2010

Litigio entre las diócesis de Lerida y Barbastro.

(DiarioAltoaragón) “Soy muy devoto de San Pedro y el hecho de ir a Roma fortalece la fe”, señaló el prelado de forma distendida. “Desconozco la versión de Piris, que viajó con antelación, pero tenía que informar de cómo están las cosas desde la objetividad de la documentación disponible”, agregó. Respecto al contenido de las reuniones expuso: “Hemos hablado y esperamos que se den pasos dentro de un tema que lo han puesto muy difícil, por tanto, hay que despejar muchas situaciones y aclarar cosas que, tal vez se dicen de una forma y son de otra”.



A la vista de los acontecimientos “consideré que debía de informar en Roma y me concedieron las visitas solicitadas y alguna más que surgió durante mi estancia. Creo que es algo que debía hacer, y con mi presencia he ayudado a solucionar aspectos del tema. He regresado con esperanza para celebrar la Fiesta de San Ramón que fue el primer obispo de la antigua Diócesis de Barbastro y patrono de la actual”, recordó.



Monseñor Milián aseguró que la propiedad de las piezas del Obispado de Barbastro-Monzón “no se discute en Roma, y aquí tampoco se tendría que discutir, pero se han hecho afirmaciones en ese sentido que despistan de la realidad”. El obispo de Barbastro no quiso hablar de plazos. “Las fechas no dependen de mí. He estado varias veces con personas que tienen que ver en el litigio, y en Roma tienen las ideas claras”, recalcó.



Buena relación con el obispo de Lérida

A pesar de la situación tensa, las relaciones entre los dos obispos “son buenas”. “Una cosa es que haya discrepancias y otras que no haya relaciones correctas”, dijo. Acerca de si la situación del litigio es perjudicial para la Iglesia dijo: “Mucho, y me duele porque el tema principal que me hace sufrir más es la imagen que se da”. Opina en clave de buen humor que “tocará seguir en la línea de trabajo porque esto es un maratón de muchos kilómetros y estoy entrenado a fondo, en buena forma”.



El próximo 29 de junio se cumplirán doce años (1998) desde que el Nuncio apostólico Lajos Kada, tras el informe de la Comisión de Juristas, decretó la titularidad de los bienes en estos términos: “Que el patrimonio artístico procedente de las parroquias desmembradas, y que se encuentra actualmente en Lleida, está a título de depósito y no de propiedad, mientras la Diócesis de Lleida no pruebe lo contrario en cada caso; por lo que, de ser reclamado por sus legítimos propietarios, debe devolverse”. El Obispado de Lérida interpuso el primer recurso ante la Congregación de los Obispos el 7 de agosto de 1998.

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