jueves, 28 de octubre de 2010

El General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás Pachón, en Valencia.

Profundidad para no caer en la globalización de la superficialidad y creatividad para afrontar los grandes cambios que agitan la sociedad actual. Este ha sido el eje del mensaje que el Prepósito General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás Pachón (Palencia, 1936), trasmitió ayer en la conferencia que impartió en el Centro Arrupe, en la que es su primera visita a la ciudad de Valencia que se prolongará durante dos días.

Previamente, el máximo responsable mundial de los jesuitas que tiene bajo su cargo a 18.000 religioso,  en una jornada muy apretada  no faltó tampoco la visita que realizó a una docena de jesuitas enfermos hospitalizados en la enfermería de las Escuelas de San José.

 En su visita al palacio Arzobispal de Valencia, el General de los Jesuitas atendía el requerimiento de Levante-EMV con afabilidad y elegancia de espíritu.

Adolfo Nicolás que durante 44 años ha vivido en Asia, donde eligió compartir su experiencia con los inmigrantes en los barrios más pobres de Tokio y Filipinas, expresaba que como General de la Compañía de Jesús lo que más consuelo le da es, "ver que hay muchos jesuitas envueltos en la atención de los pobres, una población que cada vez está creciendo más en una situación cada vez más compleja".

El máximo responsable en la actualidad de la orden de San Ignacio de Loyola declaró: "Veo con gusto que los jesuitas están tratando de entrar en las raíces de los problemas para ver porqué no se encuentran soluciones, porqué las soluciones que incluso a nivel de los Estados de las Naciones Unidas han proclamado se van retrasando, como el famoso Milenio, y entonces tratar de entender que hay detrás de todo eso para poder ayudar".

Como buen jesuita, Nicolás Pachón insistió en que primero hay que entender lo que está pasando y quienes son esos nuevos pobres para responder a los problemas. "Nuestro apostolado -agregó-es siempre fruto de un discernimiento y el discernimiento empieza con la realidad, saber lo que está pasando, oir la voz de los que sufren y, entonces, ver como podemos responder dentro de nuestras fuerzas".



Malos tiempos para la reflexión

La misión de los jesuitas es, a su entender, acompañar a las personas en la búsqueda de las causas profundas de lo que ocurre, "para poder atacar a fondo los problemas, en un momento en el que la facilidad de la información hace más difícil la reflexión".

Y en este sentido, el jesuita alertó sobre el "gran peligro" que supone "el efecto de la multiplicación vertiginosa de la información fácil, sin reflexión, juicio ni estudio".

Como máximo responsable de la orden expresó que la Compañía de Jesús no debe perder, "de ninguna manera", la tradición de reflexión y estudio que ha cultivado durante siglos, aunque destacó que lo que hay que hacer es "ponerla al servicio de la Iglesia y de la sociedad".

"Las respuestas de ayer no sirven para mañana -destacó el jesuita- y hay que seguir abiertos donde haya sabiduría, donde haya algo más profundo, para saberlo apropiar, digerirlo y comunicarlo bien con un lenguaje nuevo".



Colaborar con otros

El General de los jesuitas reconoció que en el momento actual "hay que repensar la misión" y que el trabajo que han realizado desde el principio, y que cada vez es más complejo, ya no lo pueden hacer solos los miembros de la Compañía de Jesús: "Ningún grupo en solitario puede responder a los retos del mundo actual", enfatizó.

Y en este sentido abogó por trabajar en colaboración con otros para comunicar sabiduría, experiencia e investigación con un solo propósito: "responder a fondo". Para esta empresa lo único que se exige es amor, "todo el que tenga corazón para responder es, por nuestra parte, colaborador", indicó a este periódico.
Crisis de vocaciones

Al ser preguntado por la crisis de vocaciones antes de dirigirse a visitar a una docena de jesuitas enfermos, el máximo responsable de la Compañía de Jesús admitió que la palabra crisis se podía aplicar de muchas maneras a esta realidad que va en aumento en los últimos años, "tenemos menos vocaciones que teníamos antes pero hay que ver si esto es crisis o un desarrollo normal de la Iglesia".

Y para compensar la falta de sacerdotes, Adolfo Nicolás, recordó la existencia de una laicado muy responsable, con muy buena formación y activo dentro de la Iglesia.

"Que se produzca un descenso de vocaciones religiosas es normal, pero yo no sé si a eso habría que llamarlo crisis", concluyó.
"Francesc de Borja supo dejarlo todo para dedicarse a servir"

El General de los Jesuitas destacó  la importancia de la figura de Sant Francesc de Borja, tercer general de la orden, que vivió practicamente bajo la dirección de San Ignacio de Loyola. "Ha influido tanto en la dirección espiritual como en la apertura de las misiones, además del impacto que tiene el testimonio de un individuo que ha visto el valor de las cosas y ha sabido dejarlo todo, todo lo que era poder, dignidad, prestigio para dedicarse a servir".

El próximo 28 de octubre, el General de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás, presidirá la eucaristía de clausura del año jubilar del V Centenario de San Francisco de Borja (1510-2010), que tendrá lugar en la Colegiata de Gandía a las 11,30 h. El P. General aprovechará esta ocasión para visitar algunas ciudades de la Provincia jesuita de Aragón.




El Año Borja ha estado repleto de numerosos actos civiles y religiosos organizados por el ayuntamiento de Gandía y por la Generalitat Valenciana, en los que ha colaborado la Compañía de Jesús y especialmente los jesuitas de la Provincia de Aragón. Exposiciones, conciertos de música de diversos géneros, actuaciones teatrales, restauración de edificios, publicación de libros, traslados procesionales de la imagen de S. Francisco de Borja, novenas, eucaristías…



Como broche final, tendrá lugar el Simposio Internacional “Francisco de Borja (1510-1572). Hombre del renacimiento, Santo del Barroco”, que se celebrará los días 25, 26 y 27 de octubre, en Gandía, y los días 4 y 5 de noviembre, en Valencia. Este simposio reunirá a historiadores e investigadores de universidades españolas y europeas, que glosarán la figura de Borja y su influencia en la política, la religión, el arte y la cultura de su tiempo. Entre ellos, se encuentran jesuitas como: José M. Benítez i Riera, S.J. (El gobierno de Borja en la Compañía de Jesús); Manuel Ruiz Jurado, S.J. (El sacerdocio jesuítico de san Francisco de Borja, 1551-1554); Joan Nadal Cañellas, S.J. (Los dibujos catequéticos de los jesuitas y Francisco de Borja); y Alfonso Rodríguez G. De Ceballos, S.J. (San Francisco de Borja, promotor de la arquitectura de la Compañía de Jesús en España e Italia).



Visita a la Provincia de Aragón



Con ocasión de esta clausura, el P. General de la Compañía de Jesús se encontrará con los jesuitas de la Provincia de Aragón en Valencia, Gandía, Fontilles y Zaragoza. Estará acompañado por el Asistente jesuita de Europa Meridional, P. Joaquín Barrero, S.J.



El 27 de octubre comerá con los jesuitas de Valencia en la residencia del Sagrado Corazón,  visitará a los jesuitas de la Enfermería de las Escuelas San José (Valencia). También tendrá un encuentro con colaboradores, amigos y familiares de la Compañía en el Centro Arrupe. El jueves 28 acudirá a Gandía, donde después de ser acogido en el Palau Ducal por los Provinciales de España y por el Superior y comunidad de la Residencia, irá al Ayuntamiento donde recibirá en nombre de la Compañía la medalla de oro de la ciudad. A las 11,30 h. presidirá la Eucaristía en la Colegiata, con la que se clausurará el año jubilar del V Centenario de San Francisco de Borja (1510-2010). Antes de dejar Gandía, hará una breve parada para bendecir la construcción del Centro “San Francisco de Borja” de atención integral a los “sin techo”, obra social de V Centenario, que estará bajo la responsabilidad de Cáritas. Por la tarde visitará el Sanatorio de Fontilles (especializado en la enfermedad de la lepra), con motivo de la reciente celebración de su centenario.



El viernes 29 viajará a Zaragoza, donde tendrá, en el centro Pignatelli, un encuentro con el equipo del Seminario de Investigación para la Paz y un acto con colaboradores, amigos y familiares de la Compañía.



El sábado 30 tendrá una visita con el Arzobispo de Zaragoza y una entrevista con el Provincial de Aragón. Y, como acto final, habrá a las 12 h. un encuentro en el colegio Jesús María-El Salvador, con los jesuitas de las comunidades de Zaragoza y Huesca, seguido de la eucaristía y la comida.



La Provincia de Aragón de la Compañía de Jesús comprende las autonomías de Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares. En ella, 176 jesuitas trabajan en: 6 colegios, 1 centro de formación profesional; 3 parroquias, 3 casas de ejercicios, 3 centros pastorales, 2 centros sociales y un sanatorio.



Breve biografía de San Francisco de Borja



San Francisco de Borja nació el 28 de octubre de 1510 en Gandía, en el reino de Valencia. Su padre, Juan de Borja y Enríquez, tercer Duque de Gandía, se había casado con Juana de Aragón y Gurrea, el 31 de enero de 1509. Francisco era el primogénito, y tras él llegaron seis hijos más para conformar una gran familia.



Juana, la madre de estos siete hijos, falleció el 23 de febrero de 1520, cuando Francisco tenía solamente nueve años. Ese mismo año, Juan de Borja y Enríquez sería nombrado “Grande de España” por Carlos V. Se casó de segundas nupcias con Francisca de Castro de So y de Pinós el 13 de marzo de 1523, teniendo otros 12 hijos, hermanastros de Francisco. Nuestro Francisco abandonó Gandía a los once años, y tras un año en Zaragoza, tres en Tordesillas como paje de la Princesa Catalina, y casi otros tres de nuevo en Zaragoza, ingresa a los diecisiete años en la corte de Carlos V (primo carnal de la madre de Francisco), educándose cuidadosamente al servicio del Emperador.



Francisco contaba con 19 años cuando se casó con doña Leonor de Castro y Meneses; tuvieron ocho hijos; fue cortesano en Valladolid, entre 1527 y 1539, y nombrado Marqués de Llombay, en 1530, y Virrey de Cataluña, entre 1539 y 1543. Ya había fallecido la Emperatriz Isabel -de tan impactante recuerdo para Francisco- el 1 de mayo de 1539.



Francisco heredó el ducado de Gandía a sus 32 años, siendo el cuarto Duque desde 1543 (año del fallecimiento de Juan, su padre). Pero fue tras el fallecimiento de su esposa Leonor, el 27 de marzo de 1546 -y su renuncia al ducado- cuando la vida de Francisco evolucionó por caminos no sospechados por nadie. Francisco hizo los Ejercicios Espirituales con el P. Andrés de Oviedo, rector del Colegio de Gandía, en mayo de ese mismo 1546, y el 2 de junio siguiente hizo elección-decisión de ingresar en la Compañía de Jesús. Este mismo año hizo los votos y en 1548 la Profesión solemne. Después de los estudios teológicos, fue ordenado sacerdote (a los 41 años), haciendo pública su pertenencia a la Compañía de Jesús.



Ya plenamente jesuita, fue nombrado Comisario de la Compañía en la Península Ibérica, en 1554. También Asistente del P. General, P. Laínez (el segundo P. General; San Ignacio fue el primero) desde 1561 hasta 1564. Al fallecer el P. Laínez, el 19 de enero de 1565, Francisco asumió como vicario general el 20 de enero, y convocó al día siguiente la tercera Congregación General. Esta se inició el 20 junio de 1565 y eligió a Francisco de Borja tercer Prepósito General de la Compañía de Jesús el 2 de julio de 1565 (Francisco tenía 54 años). Esta misión la desempeñó durante siete intensos y fecundos años al servicio de la Compañía y de la Iglesia.



Falleció el 30 de septiembre de 1572, a los 61 años. Fue beatificado en 1624 y canonizado por el papa Clemente X en 1671.

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