jueves, 3 de marzo de 2011

Ataques contra los cristianos en Pakistán.


Pakistán (پاکستان en idioma urdú) es un país ubicado en el sur de Asia. Limita con India, Irán, Afganistán, China y el mar Arábigo. Oficialmente se llama República Islámica del Pakistán. Es el sexto país más poblado del planeta, con más de 170 millones de habitantes, la mayoría musulmanes.

El 30 de junio de 2009 una multitud formada por unos 600 musulmanes atacaron unas 100 casas cristianas en Bahmani, localidad en el distrito de Kasur, en la provincia de Punjab.
La Comisión Nacional para la Justicia y la Paz (NCJP), organización que pertenece a la Iglesia católica pakistaní, difundió la noticia declarando que los ataques han provocado
daños importantes en las casas de los cristianos, donde, además, han robado objetos de valor y dinero. Un clérigo de la mezquita local había incitado a la violencia a los habitantes musulmanes del pueblo acusando a los cristianos de blasfemia. La NCJP denunció que lo que en realidad había detrás de estos ataques era un episodio que se había producido unos días antes. Irfan Barkat, miembro de la Comisión, declaró a AsiaNews que los enfrentamientos se habían iniciado el lunes 29 de junio tras una riña entre un cristiano y un joven musulmán. El musulmán, Muhamad Riaz, montaba en bicicleta cuando se encontró con el cristiano de 38 años Sardar Mashi, que conducía un tractor. El hombre le pidió que le dejase pasar, lo que molestó al muchacho. Este choque entre ambos fue la razónque desencadenó el inicio de los enfrentamientos que empezaron, según las fuentes locales, cuando Riaz se lo contó al líder musulmán del pueblo, que le sugirió acusar al hombre de blasfemia.
El 1 de julio de 2009 Imran Masih, joven cristiano de Hajwary (distrito de Faisalabad), fue torturado y declarado culpable de blasfemia. El padre Yaqub Yusaf, de la parroquia de Hajwary, confirmó a AsiaNews que la acusación “estaba totalmente inventada” y que las razones para las fricciones eran, en principio, “asuntos de negocios”. La tienda de la que era propietaria la familia del joven cristiano estaba mejor situada y obtenía mayores ingresos que otras tiendas de la zona. Por miedo a nuevos ataques de los extremistas, los parientes de Masih huyeron y se ocultaron en un lugar secreto. “Imran estaba limpiando su frutería”, relató el padre Yaqub, “y recogió el papel de tirar para quemarlo en la calle, según la costumbre del lugar”. El propietario de una tienda cercana acusó al joven cristiano de estar quemando unas páginas del Corán, lo que atrajo la atención de otros musulmanes. Enseguida, una multitud empezó a golpear y torturar al joven, que sólo se salvó gracias a la intervención de la Policía. Los testimonios aportados por otros musulmanes condujeron a la apertura de diligencias contra Masih. Las noticias del arresto se difundieron por las mezquitas de la ciudad. La prisión en la que estaba detenido el cristiano fue atacada por miles de extremistas enfurecidos que pedían la muerte del joven. La multitud cortó las principales rutas de acceso y prendió fuego a neumáticos. El 18 de enero de 2010 el tribunal de Faisalabad le condenó a cadena perpetua.
También en julio de 2009 Rao Zafar Iqbal, activista pakistaní, abogado hindú y defensor de los derechos humanos, recibió amenazas de muerte a causa del trabajo que desarrollaba en defensa de las minorías. Las cartas procedían del Jan Nisaran-e-Nabuwat y del Aqeeda-e-Tahafuz-e-Kathme Nabuwat. El activista informó a la Policía de estos hechos, pero se negaron a iniciar una investigación. Poco después, fue abatido a tiros por un asesino a sueldo. El 4 de agosto el periódico Daily Pavel publicaba una columna donde se dejaba clara la “legitimidad” del asesinato de Rao Zafar Iqbal porque su muerte era un “servicio al islam”.
El 1 de agosto de 2009 una multitud de musulmanes saqueó y prendió fuego a 75 casas de cristianos, además de quemar dos iglesias en la localidad de Korian, en el distrito de Toba Tek Singh, en el Punjab. Este ataque se desencadenó por una acusación de supuesta blasfemia contra Mujtar Masih, Talib Masih y su hijo Imran Masih. Supuestamente, los tres profanaron el Corán durante una ceremonia de bodas. Según las fuentes locales, los agresores venían de un pueblo cercano a Korian. El 30 de julio atacaron las casas de los cristianos, mientras otro grupo intentaba organizar una especie de juicio público para obligar a Talib Masih a pedir disculpas por la acción de la que se le acusaba. Entonces la multitud cortó la carretera que une Faisalabad con Gojra y bloqueó el acceso al cuartel de bomberos, impidiendo la llegada de auxilio y de que hubiese la menor oportunidad de apagar los incendios. En el transcurso de estos enfrentamientos quemaron vivas a ocho personas, entre
ellas cuatro mujeres y un niño de siete años. Al menos 50 casas de cristianos fueron incendiadas y destruidas y miles de creyentes huyeron para evitar que los ejecutaran. Los parientes de las víctimas se han negado a hacerse cargo de los cuerpos de los fallecidos y no se celebrarán funerales hasta que los culpables sean arrestados. Algunos de los asesinados han sido identificado como Hamed Masih, de 50 años, Asia Bibi, 20; Asifa Bibi, 19; Imamia Bibi, 22; Musa 7; Akhlas Masih, 40, y Parveen, 50.
El 15 de septiembre de 2009 fue asesinado en prisión un joven cristiano arrestado tres días
antes en un pueblo del Punjab bajo la acusación de blasfemia. Los investigadores se han
limitado a confirmar que Fanish, de 20 años, iba a permanecer en la cárcel hasta que concluyeran
las diligencias. Una mañana los guardias de la prisión del distrito de Sialkot encontraron el cuerpo sin vida del joven, con signos evidentes de haber sido herido. “Es un asesinato legalizado”, manifestó Nadim Anthony, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP, por sus siglas en inglés). Condenando “en términos que no dejan lugar a dudas” este enésimo caso de violencia contra los cristianos, este activista explicó a AsiaNews que “la Policía habla de suicidio, diciendo que se ahorcó en prisión, pero no tiene sentido”. También manifestó que “había signos claros de golpes y heridas por todo el cuerpo, tal y como demuestran las fotografías”. Fanish había sido arrestado el 12 de septiembre, acusado de blasfemia. El día anterior, una multitud de musulmanes se había reunido alrededor de la iglesia del pueblo en Jaithikey, no lejos de la ciudad de Samberial, en el distrito de Sialkot (Punjab), para “dar una lección” a los cristianos. Los extremistas provocaron destrozos en el edificio y luego le prendieron fuego, asaltando además dos casas próximas a la iglesia.
El 22 de enero de 2010 una niña cristiana de 12 años murió a causa de los malos tratos de su patrón, un rico e influyente abogado musulmán de Lahore. Su muerte hizo estallar las protestas de la comunidad cristiana, que convocó una concentración en el exterior de la sede del Gobierno provincial de Punjab. Las autoridades intentaron contener los ánimos de los cristianos prometiendo que se hará justicia. El presidente pakistaní, Zardari, prometió una compensación a la familia. La ONG protestante Sharing Life Ministry Pakistan (SLMP, por sus siglas en inglés) declaró que la niña de 12 años, Shazia Bashir, llevaba ocho meses trabajando en el servicio del hogar en el domicilio de Chaudhry Muhamad Naim, abogado y presidente de la Lahore Bar Association. Fuentes cristianas han comentado
que la niña sufría acoso continuado desde hacía unos meses y que fue violada y torturada antes de morir. El patrón de la niña fue arrestado, pero el 13 de febrero el juez adjunto
del tribunal de Lahore, Shafiq-ur-Rehman, le puso en libertad bajo fianza. El abogado del hombre dijo que la autopsia realizada a la niña “no mostraba signos de que
hubiera sido asesinada”. Por el contrario, el informe establecía que la muerte había sido
provocada por una infección causada por heridas anteriores. También añadió que no se trata
de un caso de asesinato y que la Policía, después de dos semanas de investigaciones, no
había encontrado pruebas que demostrasen la culpabilidad de Muhamad Naim o de cualquiera
de los miembros de su familia. La comunidad cristiana se opuso a esta decisión, pero
en vano. Durante las dos semanas de juicio, los abogados cristianos y quienes trataron
de representar legalmente a la familia de la víctima recibieron amenazas e intimidaciones.
Aún más, los activistas apuntan a similitudes, hasta el punto de poder hablarse de connivencia,
en el testimonio de los abogados, la Policía, los jueces y el Gobierno para conseguir,
con buenos resultados, enterrar el caso.
A principios de febrero de 2010, Riaz Masih, cristiano de 26 años de Kallur Kot, pequeña
ciudad del Punjab, fue brutalmente golpeado por sus hermanos por negarse a convertirse
al islam. Los padres de Masih, ambos cristianos, habían muerto cuando él era un niño pequeño.
Junto con sus hermanos mayores, fue criado por el imán de la localidad, Mulvi Pir Akram-Ullah. El líder musulmán había intentado en vano convertir al niño al islam. El 8 de febrero unos desconocidos asaltaron su casa en Kallur Kot, a 233 kilómetros al sudoeste de la capital, Islamabad. “Me amenazaron”, relató el joven, “diciendo que era el momento
decisivo, conversión al islam o muerte”. Según el relato del joven, sus hermanos le presionaron diciéndole que “matar a un infiel no es pecado”, sino que, por el contrario, es
“totalmente correcto en nombre de Dios Altísimo”. Anteriormente, el imán Akram-Ullah y sus hermanos le habían ofrecido por abrazar el islam un millón de rupias (unos 12.000 dólares), la esposa que deseara y una casa. El imán había persuadido de esta forma a los hermanos para que se convirtieran y abrazaran la visión más extremista del islam. Pero el joven cristiano se había negado a dejarse llevar por los halagos, motivo por el cual acabó pasando seis meses en el hospital.
El 25 de febrero de 2010 Qamar David, cristiano acusado de blasfemia, fue condenado a cadena perpetua. La sentencia se basaba en el hecho de que, supuestamente, había “ofendido
los sentimientos” de los musulmanes, pero sus coacusados fueron absueltos por falta de pruebas. La Policía le había arrestado en 2006, aunque no había pruebas reales contra él. El juez adjunto del tribunal del distrito de Karachi consideró culpable al cristiano porque había utilizado “palabras blasfemas” sobre el profeta Mahoma y el Corán. Según el periódico pakistaní Dawn, el juez aprobó la sentencia tras escuchar los argumentos de su defensa y las palabras finales del fiscal público. En el veredicto de culpabilidad se lee que Qamar David es propietario de una tarjeta SIM de teléfono móvil desde la que había enviado, supuestamente, mensajes de texto que se pueden considerar ofensivos contra el islam.
Las pruebas fueron recogidas gracias a la colaboración de la compañía telefónica, que, según el fiscal, proporcionó la agenda del teléfono del cristiano. Una persona allegada
al acusado dijo que todos los hechos, las pruebas y la ley estaban de su parte. Las pruebas presentadas, recalcó, eran meras habladurías, y que un coacusado musulmán acusado
de los mismos hechos había sido absuelto.
El 2 de marzo de 2010, el tribunal de Kasur, en el Punjab, condenó a 25 años de prisión por blasfemias al matrimonio formada por Munir Mashir y Ruqiya Bibi. El juez Ajmal Husain condenó a ambos porque, supuestamente, habían tocado el Corán sin haberse lavado las manos. El pasado enero Munir Mashir y Ruqiya Bibi fueron puestos en libertad bajo fianza y salieron de la cárcel. Unas semanas más tarde la Policía les volvió a arrestar porque el juez había fallado en su contra. El marido fue enviado a la prisión del distrito de Kasur y la mujer a la prisión para mujeres de Multan. Pasarán entre rejas el próximo cuarto de siglo. Activistas del CLAAS, organización que defiende los derechos de los más pobres y alienados, ha informado de que ambos esposos habían sido acusados de “contaminar” el Corán por tocarlo sin haberse lavado las manos. El incidente se produjo en diciembre de 2008 y suscitó la furia de la rama extremista, que presionó a las fuerzas policiales. Fuentes sin confirmar añadieron que los extremistas habían sobornado, supuestamente, a la Policía para que descubrieran “nuevos elementos” que justificaran la sentencia. Una vez realizadas las diligencias el matrimonio fue acusado de blasfemia.
El 11 de marzo de 2010 murió otra niña cristiana, violada y quemada viva por el hijo del musulmán a cuyo servicio trabajaba. La joven murió en el hospital tras dos días de agonía a causa de las quemaduras que le cubrían el 80% del cuerpo. Kiran George trabajaba para una familia musulmana en Sheikhupura, ciudad del Punjab. La joven murió en el Hospital Mayo de Lahore, donde fue ingresada el 9 de marzo con lesiones de extrema gravedad. El
arrebato asesino del hijo de su patrón se debió a que la niña le amenazó con denunciarle a la Policía por haberla violado. Al parecer, Mohamad Ahmda Raza la había violado, y ella al principio sólo se lo había contado a algunas amigas porque le daba miedo perder el trabajo.
Las condiciones de pobreza extrema de su familia le hacían guardar silencio. Pero cuando Kiran George amenazó al agresor con contarle todo a la Policía, el joven la encerró en la casa para evitar que huyese, la roció con gasolina, ayudado por su hermana, y le prendió fuego. En lugar de llevarla al hospital, el jefe musulmán de la niña llamó a los padres y les contó que la ropa se le había prendido mientras limpiaba la cocina.
El 19 de marzo de 2010 un grupo de extremistas islámicos quemaron vivo a Arshed Masih, conductor de un rico hombre de negocios de Rawalpindi. Su esposa trabajaba en el servicio del hogar en la misma finca, situada delante de una comisaría de Policía. Recientemente había habido desacuerdos entre el matrimonio y su patrón, el sheij Mohamad Sultan, sobre su fe cristiana. El matrimonio había recibido amenazas e intimidaciones para obligarles a convertirse al islam. Arshed Masih murió tras tres días de dolor y agonía en el
Hospital de la Sagrada Familia de Rawalpindi, en la provincia de Punjab. Su esposa, Martha
Arshed, fue violada por los policías a los que pretendió denunciar la agresión sufrida
por su marido. Los tres hijos del matrimonio, entre 7 y 12 años, fueron “obligados” a presenciar las torturas infligidas a sus padres. Arshed Masih y su esposa llevaban trabajando en la finca del sheij Mohamad Sultan desde 2005. Últimamente las presiones para que abandonasen el cristianismo y se convirtiesen al islam se habían convertido en incesantes, y el jefe había amenazado con “consecuencias terribles” para persuadirles y conseguir que abjurasen de su fe. El matrimonio había sido acusado de un robo reciente en la casa del patrón, acusación que él había prometido retirar si se convertían.
El 19 de julio de 2010 Rashid Emmanuel y Sayid Masih Emmanuel, dos hermanos cristianos
juzgados por acusaciones de blasfemia, fueron abatidos a tiros a la salida del juzgado.
Un grupo de asesinos sin identificar los atacó cuando salían del juzgado de Faisalabad,
en el Punjab. Estaban esposados, ya que se suponía que tenían que volver al juzgado al final la vista. En los días previos al asesinato, la comunidad cristiana de la ciudad había dado la voz de alarma, temiendo nuevos ataques. Los musulmanes habían organizado una manifestación para exigir la pena de muerte para ambos. El crimen fue cometido a la salida del tribunal de Faisalabad, donde Rashid y Sayid Masij, acusados de blasfemia, acababan de mantener una vista; se trató de un auténtico asesinato con un objetivo determinado.
Ambos estaban esposados y constituían un blanco fácil para los extremistas. En el ataque también resultó herido un policía. Durante varios días la comunidad musulmana de la ciudad, incitada por los imanes, había estado manifestándose y exigiendo la pena capital para los dos hermanos. Los habían arrestado un mes antes, cuando, supuestamente, se había encontrado una serie de panfletos “blasfemos”, profanando la memoria de Mahoma, en los que aparecían sus nombres. De acuerdo con las fuentes locales, la Policía estaba a punto de declararlos absueltos de las acusaciones de blasfemia, ya que las pruebas grafológicas de las firmas que aparecían en los panfletos no se correspondían con la letra de los dos hermanos.
Shahbaz Bhatti, ministro para las Minorías, declaró que se trataba de falsas acusaciones contra los cristianos, elaboradas minuciosamente por personas que tenían quejas
contra ellos, uno de los cuales era un pastor protestante. También la familia ha defendido siempre su inocencia.

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