Escribe Alberto Moncada,en Levante-Emv un breve articulo titulado :"La abstención electoral", que sirve de reflexión a los votantes del Partido Popular.
Dice el autor: "La abstención electoral es un síntoma de la desafección ciudadana con el proceso democrático. El voto es la principal, casi única, forma de participación en la actual democracia representativa. En Estados Unidos el voto es más escaso que en Europa porque, a mediados del siglo dieciocho, los poderes reales se dieron cuenta de que el poder popular estaba avanzando mucho y diseñaron maneras de disminuir su fuerza como poner dificultades para votar, la obligación de registrarse antes, etc. Por el contrario, países como Italia castigan el no votar pero aun así existe un cierto porcentaje permanente de abstención.
Tradicionalmente la abstención ha sido también una manera de castigar al partido de tus preferencias cuando, a tu juicio, incumple sus promesas o se corrompe. Parece que los votantes de izquierda son más severos que los de derecha a estos efectos.Cuando Felipe González fue asediado por los asuntos de Filesa y el Gal, muchos de sus votantes le retiraron su confianza y perdió las elecciones.
En estos momentos asistimos a una peculiar situación en el Partido Popular de la Comunidad Valenciana que justificaría un comportamiento electoral parecido. El Partido Popular, desde Castellón a Alicante, desde la Generalitat a los ayuntamientos, está anegado en una ciénaga de corrupción, algunas de cuyas circunstancias ya le han acarreado imputaciones procesales y otras van camino de ello, dentro de la lentitud manifiesta, y en algunos casos, sospechosa de los tribunales de Justicia. La corrupción valenciana se produce también en Madrid merced a unos mecanismos paralelos de sujeción a empresas corruptas, conocidas como la trama Gurtel, que han deambulado a su capricho por los territorios dominados por el Partido Popular.
Muchos líderes del Partido Popular, por mucho que estén incursos en imputaciones y sospechas, van a presentarse a las elecciones autonómicas de la Comunidad Valenciana y, en mi opinión, los votantes del partido gozan de una magnífica ocasión para limpiarlo por dentro, enderezar su moralidad y acomodarse al código ético del que presumen. Ello se conseguiría no votando, absteniéndose de apoyar a esos candidatos, negando así el aserto cínico: «Con los míos aunque sean impresentables»… Sería bueno para los votantes del Partido Popular que permitieran el triunfo del Partido Socialista en esas elecciones. Al fin y al cabo, el Partido Socialista, como socialdemócrata, apenas se distingue del Popular a los efectos de proteger los intereses de la clase acomodada. Ha hecho suyas las tesis empresariales en la reforma del mercado laboral habiéndose granjeado la
enemiga de los trabajadores traducida a la huelga general. Por tanto, una temporada de dominio del Partido Socialista en Valencia sería bueno para los votantes del Popular, limpiaría éste, desmontaría la persistente
corrupción y permitiría afrontar ulteriores elecciones con gente nueva, menos salpicada y más propicia a liderar sin corromperse.
Es una abstención que también beneficiaría al interés general y restablecería el equilibrio de intereses y de políticas económicas y sociales, algo muy importante para salir de la actual crisis. La democracia representativa constituye, lo sabemos, un reduccionismo de la verdadera democracia que requiere más participación política de la ciudadanía y no sólo votar, pero mientras esto se va consiguiendo hay que utilizar correctamente el voto".
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