miércoles, 13 de abril de 2011

“Se está reforzando el deseo de paz" según el Vicario Apostólico de Trípoli, que añade: "se ha pedido a la Iglesia que intervenga para la mediación".

 (Agencia Fides) - “Desde hace dos días no caen bombas en Trípoli. La situación es triste debido a la escasez de alimentos y combustible, pero al menos es un poco más tranquila. Tal vez se han dado cuenta de que por más que se trate de golpear objetivos militares con precisión, no siempre es posible no alcanzar también a los civiles. Entiendo las intenciones de quienes bombardean, pero no es así como se resuelve la crisis", dice a la Agencia Fides Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli.

"Creo que se está fortaleciendo la voluntad de tratar, aunque son todavía muchos los obstáculos que hay que superar. Renuevo el llamamiento a la Unión Africana y también a Europa para que intensifiquen los esfuerzos de paz. La población está cansada de la guerra y de los bombardeos", afirma Mons. Martinelli. Algunos emisarios del régimen libio han viajado a algunas capitales europeas en los últimos días para buscar una solución política a la crisis.

Mons. Martinelli explica dos episodios que, a su juicio, demuestran la voluntad de los libios de encontrar una solución pacífica: "dos mujeres, que hablaba un excelente italiano, ya que había estudiado en una escuela católica, se me presentaron diciendo que la iglesia debe ayudar a conciliar al pueblo libio". El Vicario Apostólico de Trípoli también dice que ha sabido a través "de una religiosa que trabaja en Yafran, que las fuerzas rebeldes se han retirado después de llegar a un acuerdo de reconciliación local”.

Mons. Martinelli expresa su preocupación por las áreas de Libia, donde se están produciendo combates. En particular Misurata "en dónde se está luchando y no sabemos la suerte de la pequeña comunidad católica, compuesta por filipinos. Con Bengasi las conexiones también son muy difíciles". "En Trípoli, la vida de la Iglesia continúa, aunque con gran dificultad. Ayer, domingo, 3 de abril, celebramos dos misas a las que asistieron numerosos fieles. Es un signo de fe y de profunda comunión”.

Según Mons. Martinelli los casi 70 náufragos eritreos encontrados muertos en la playa de Trípoli “después de ser llevados al depósito de cadáveres de la ciudad, fueron enterrados en el cementerio cristiano. El depósito de cadáveres, de hecho, está lleno de cuerpos de personas muertas en los combates y bombardeos. Por lo que se ha decidido enterrar a esos pobres cuerpos lo antes posible”. (L.M.) (Agencia Fides 4/4/2011)

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