jueves, 20 de octubre de 2011

En el 50 aniversario del Vaticano II: el 2012 será el Año de la Fe.

El Pontífice ha recordado en la misa conclusiva del encuentro de nuevos evangelizadores que “la misión de la Iglesia, como la de Cristo, es esencialmente hablar de Dios, recordar su soberanía, especialmente a los cristianos que han perdido su identidad, el derecho de Dios sobre lo que le pertenece, es decir, nuestra vida”


El Papa ha anunciado este domingo durante la misa conclusiva del primer encuentro internacional de nuevos evangelizadores que la Iglsia celebrará en 2012 el Año de la Fe. Lo hará coincidiendo con la celebración del 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, por eso el año se iniciará el mismo día que lo hico el concilio, el 11 de octubre de 2012, y finalizará el 24 de noviembre de 2013.



“He decidido declarar un “Año de la Fe” que ilustraré con una especial Carta apostólica”, explicó el Santo Padre en la Basílica de San Pedro, ante los participantes del encuentro promovido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Este acto suponía el primero del joven dicasterio creado por Benedicto XVI hace un año.



La iniciativa de celebrar el “Año de la Fe” tendrá lugar “precisamente para dar renovado impulso a la misión de toda la Iglesia de conducir a los hombres fuera del desierto en el que a menudo se encuentran hacia el lugar de la vida, la amistad con Cristo que nos da su vida en plenitud”, matizó el obispo de Roma.



Ese “Año de la Fe”, continuó, “será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo”, según ha explicado la agencia Zenit.



La misión de la Iglesia



El Pontífice recordó que “la misión de la Iglesia, como la de Cristo, es esencialmente hablar de Dios, recordar su soberanía, recordar a todos, especialmente a los cristianos que han perdido su identidad, el derecho de Dios sobre lo que le pertenece, es decir, nuestra vida”.



También indicó que “la teología de la historia es un aspecto importante, esencial, de la nueva evangelización, porque los hombres de nuestro tiempo, tras el nefasto periodo de los imperios totalitarios del siglo XX, necesitan reencontrar una visión global del mundo y del tiempo”.



Sobre esa necesaria visión, “verdaderamente libre, pacífica”, destacó que es la “visión que el Concilio Vaticano II ha transmitido en sus Documentos, y que mis Predecesores, el siervo de Dios Pablo VI y el beato Juan Pablo II, han ilustrado con su Magisterio”.



A los nuevos evangelizadores presentes en la celebración, les dijo: “Vosotros estáis entre los protagonistas de la evangelización nueva que la Iglesia ha emprendido y lleva adelante, no sin dificultad, pero con el mismo entusiasmo de los primeros cristianos”.



El momento de incidir en la Misión



Según el Papa, este es el momento de incidir en la dimensión misionera de la fe. “Considero que, transcurrido medio siglo de la apertura del Concilio, ligada a la feliz memoria del Beato Juan XXIII, sea oportuno recordar la belleza y la centralidad de la fe, la exigencia de reforzarla y profundizarla a nivel personal y comunitario, y hacerlo en perspectiva no tanto celebrativa, sino más bien misionera, en la perspectiva, justamente, de la misión ad gentes y de la nueva evangelización”, dijo.



El Pontífice explicó que “Pablo VI convocó un análogo “Año de la Fe” en 1967, con ocasión del décimo noveno centenario del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo, durante un periodo de grandes cambios culturales”.



Y añadió que “las motivaciones, las finalidades y las líneas directivas de este “Año”, las he expuesto en una Carta Apostólica que será publicada en los próximos días”.

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