jueves, 28 de febrero de 2013

Benedicto XVI dejó de ser Papa y el Vaticano cerró sus puertas.

IUDAD DEL VATICANO.- A las 16 hora argentina, la Santa Sede entornó sus grandes puertas y sonaron las campanas que marcaron el final de pontificado de Benedicto XVI, luego que hace unos días se diera a conocer el sorpresivo anuncio de su renuncia .
La Sede Apostólica será gobernada, a partir de este momento y durante el tiempo que esté vacante, por el Colegio de Cardenales. Mientras tanto, y gracias a un decreto emitido por él mismo, que permite a los religiosos autorizados acelerar los pasos para llevar adelante la elección, un grupo de cardenales que participarán del cónclave de su sucesión están reunidos a la espera de la elección del nuevo heredero de la silla de San Pedro, en donde varios latinoamericanos aparecen como candidatos firmes.
En las primeras horas del día, el Santo Pontífice saludó en la sala Clementina a los purpurados presentes en Roma, entre quienes se encuentra el cardenal argentino Jorge Bergoglio, quien viajó especialmente para despedir al Papa antes de participar del cónclave.
Allí, Ratzinger ofreció al futuro Papa su "incondicional obediencia" al despedirse en el Vaticano de los cardenales en su último día como pontífice. "Desde hoy prometo al futuro Papa mi incondicional reverencia y obediencia", dijo Benedicto XVI, primer papa en haber renunciado a su pontificado en siete siglos.
Pasado el mediodía, finalmente Benedicto XVI dejó el Vaticano en un clima de emoción y respeto. A las 13.24 (hora argentina) aterrizó en Castelgandolfo, residencia en la que vivirá por un tiempo y donde dio su último y breve discurso a sus fieles.
"Sigamos todos juntos adelante. Estoy muy feliz de estar con ustedes", sostuvo el dimitente Papa visiblemente emocionado, para luego afirmar que se trata de "un día muy especial". Los feligreses lo vivaron y aplaudieron, así como los que siguieron sus palabras frente a las pantallas gigantes instaladas en la Plaza San Pedro, en el Vaticano.
Benedicto XVI se asomó hoy al balcón central del palacio de Castel Gandolfo para saludar a las miles de personas reunidas en la plaza, en el último acto público de su pontificado. Desde primeras horas del día, vecinos de pueblo y fieles venidos de toda Italia y del extranjero aguardaron en la plaza la llegada y saludo del papa, poco después de que dejara el Vaticano en un vuelo de 10 minutos en helicóptero.

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