El informe de la ONU tiene en realidad un «enfoque ideológico»
Se oirá hablar largo y tendido del nuevo informe sobre el Vaticano elaborado por la Comisión de Naciones Unidas para los Derechos del Niño. En el documento, difundido ayer, los 18 «expertos independientes», miembros del máximo órgano de la ONU, examinan el grado de aplicación de la Convención de los derechos del Niño por parte de la Santa Sede. Y para los medios de comunicación como era previsible, el informe se ha convertido inmediatamente en la enésima «dura acta de acusación» al Vaticano sobre pedofilia. De hecho la cosa no acaba ahí.
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(Tempi.it/InfoCatólica) Aborto, ideología de género, homosexualidad, nuevas familias, hijos de sacerdotes, escuelas católicas… En el informe sobre los Derechos del Niño hay un poco de todo lo que la comunidad internacional tratará de hacer tragar a los católicos en los próximos años.
Todo esto es cierto, pero al leer estas cosas, en espera de una respuesta más detallada por parte del «acusado», será bueno tener siempre presente que ayer monseñor Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra , entrevistado en caliente sobre el informe, se dio cuenta de inmediato de que «el documento parece no estar actualizado, teniendo en cuenta lo que en estos últimos años se ha hecho a nivel de la Santa Sede, con medidas tomadas directamente por las autoridades del Estado de la ciudad del Vaticano y después en los distintos países por las correspondientes conferencias episcopales».
Publicamos a continuación, en nuestra traducción, una selección de aspectos especialmente «coloridos» del informe:
Quienes son los expertos de la ONU.
Sentencia ya escrita
De las acusaciones directas en materia de abusos, el Vaticano ya tomó nota y garantizó que las examinará detenidamente. En estos días vamos a leer en los periódicos que la Comisión ha hecho referencia a graves escándalos como los malos tratos cometidos en los orfanatos en Irlanda; que condena las realidades y las instituciones católicas que en el pasado han sido culpables de actos vergonzosos como sustracciones de menores, violencia y encubrimientos; que invita a la Iglesia a la investigación de los hechos, a retirar a los responsables, a indemnizar a las víctimas.Todo esto es cierto, pero al leer estas cosas, en espera de una respuesta más detallada por parte del «acusado», será bueno tener siempre presente que ayer monseñor Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra , entrevistado en caliente sobre el informe, se dio cuenta de inmediato de que «el documento parece no estar actualizado, teniendo en cuenta lo que en estos últimos años se ha hecho a nivel de la Santa Sede, con medidas tomadas directamente por las autoridades del Estado de la ciudad del Vaticano y después en los distintos países por las correspondientes conferencias episcopales».
Mucha ideología
Esto no es todo. Según Tomasi, el informe de los «expertos independientes» de la ONU tiene en realidad un «enfoque ideológico» orientado por «organizaciones no gubernamentales, con sus intereses sobre la homosexualidad, el matrimonio gay y otros temas». ¿Será cierto? De hecho, además del delicadísimo tema de la pedofilia, en el hay varias cuestiones respecto a las cuales la Comisión pide al Vaticano intervenciones precisas. Y no se trata sólo de ratificaciones de diversos protocolos y convenios, sino incluso de modificaciones del Derecho Canónico.Publicamos a continuación, en nuestra traducción, una selección de aspectos especialmente «coloridos» del informe:
25. La Comisión acoge con satisfacción la información proporcionada por la Santa Sede de que se ha iniciado una revisión de su legislación con el fin de retirar la expresión discriminatoria «hijos ilegítimos», que todavía se puede encontrar en el Derecho Canónico, en particular en el canon 1139. Tomando nota también de manera positiva el decreto emitido por el Papa Francisco en julio de 2013, el Comité está preocupado por las declaraciones de la Santa Sede en el pasado sobre la homosexualidad, que contribuyen a la estigmatización social y la violencia contra las personas lesbianas, gays, bisexuales y adolescentes transexuales y los niños criados por parejas del mismo sexo.
26. La Comisión recomienda a la Santa Sede modificar todas sus leyes y sus reglas (…) de conformidad con el artículo 2 de la Convención y abolir inmediatamente la clasificación discriminatoria de hijos nacidos fuera del vínculo conyugal como hijos ilegítimos. La Comisión también insta a la Santa Sede a utilizar su autoridad moral para condenar toda forma de acoso, discriminación o violencia contra los menores en base a su orientación sexual u orientación sexual de sus padres y para promover a nivel internacional la despenalización de la homosexualidad.
27. Con referencia a la anterior preocupación sobre la discriminación basada en el género, la Comisión expresa su pesar porque la Santa Sede sigue fomentando la complementariedad y la igual dignidad, dos conceptos que difieren de la igualdad de hecho y de derecho prevista en el artículo 2 de la Convención y que a menudo son utilizados para justificar políticas y leyes discriminatorias. La Comisión lamenta también que la Santa Sede no ha proporcionado información precisa sobre las medidas adoptadas para promover la igualdad entre niños y niñas y para eliminar los estereotipos de género en los libros de texto de las escuelas católicas conforme a lo solicitado por la Comisión en 1995.
28. La Comisión insta a la Santa Sede a adoptar un enfoque basado en los derechos para abordar la discriminación entre niñas y niños y a abstenerse de utilizar una terminología que pueda ser contraria a la igualdad entre niñas y niños. La Comisión invita además a la Santa Sede a adoptar medidas activas para eliminar de los libros de texto de las escuelas católicas todos los estereotipos de género que podrían limitar el desarrollo de los talentos y las aptitudes de niños y niñas y reducir sus oportunidades educativas y de vida.
33. La Comisión está preocupada por la situación de los niños nacidos de sacerdotes católicos, los cuales, en muchos casos, no son conscientes de la identidad de sus padres. La Comisión está preocupada porque las madres puedan obtener retribuciones con regularidad de la Iglesia hasta que el hijo independencia financiera, a condición de que firmen un acuerdo de confidencialidad.
34. La Comisión recomienda que la Santa Sede evalúe el número de niños nacidos de sacerdotes católicos, sepa quiénes son y tome todas las medidas necesarias para garantizar los derechos de estos niños a conocer y ser cuidados por sus padres. La Comisión también recomienda a la Santa Sede que las iglesias no impongan más acuerdos de confidencialidad a cambio de planes financieros sustento de estos menores.
35. Aunque acoge con satisfacción el énfasis por parte de la Santa Sede del derecho de los hijos a vivir con sus padres y a conocer su identidad, la Comisión está preocupada por la práctica continuada del abandono anónimo de recién nacidos, organizado por organizaciones católicas en distintos países, mediante las llamadas «baby boxes» (cunas en las cuales se pueden dejar bebés no deseados).
36. A la luz de los artículos 6, 7, 8 y 19 de la Convención, la Comisión insta firmemente a la Santa Sede a cooperar con los estudios para determinar las causas fundamentales de la práctica del abandono anónimo de bebés y para promover alternativas (…).Asimismo, el Comité insta a la Santa Sede a colaborar para hacer frente al abandono de los bebés mediante la difusión de la planificación familiar y la salud reproductiva, así como de la adecuada asesoría y el apoyo social, para evitar embarazos no deseados (…).
48. Aunque acoge con satisfacción la información proporcionada por la delegación de que la Santa Sede va a proceder a una revisión en un futuro próximo de las disposiciones del Derecho Canónico relacionadas con la familia, la Comisión expresa su preocupación por que la Santa Sede y la Iglesia no reconocen la existencia de distintas formas de familias y a menudo discriminan a los niños con base en su situación familiar.
49. La Comisión recomienda a la Santa Sede que garantice que las disposiciones del Derecho canónico reconozcan la diversidad de entornos familiares y no discriminen a los hijos basándose en el tipo de familia en que viven.
54. La Comisión expresa su preocupación más profunda, porque en el caso de una niña de nueve años en Brasil que fue sometida a un aborto para salvarle la vida en 2009 después de haber sido violada por su padrastro, el arzobispo de Pernambuco sancionó A la madre de la niña así como al médico que efectuó el aborto, una condena que posteriormente fue aprobada por el superior de la Congregación de Obispos de la Iglesia Católica Romana.
55. La Comisión invita a la Santa Sede a revisar su posición sobre el aborto que pone evidentemente en riesgo la vida y la salud de las niñas embarazadas, y a enmendar el canon 1398 relativo al aborto, reconociendo circunstancias en las que el acceso al aborto pueda ser permitido.
56. La Comisión está seriamente preocupada por las consecuencias negativas de la posición y la práctica de la Santa Sede que niega a los adolescentes el acceso a la anticoncepción así como a la salud y la información sexual y reproductiva.
57. (…) La Comisión recuerda a la Santa Sede los peligros de los embarazos precoces y no deseados y del aborto clandestino, que se traducen en tasas considerablemente altas de morbilidad y mortalidad materna en adolescentes, así como el riesgo de que los niños y niñas contraigan enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH / SIDA. El Comité recomienda a la Santa Sede:
(A) Que evalúe las serias implicaciones de su posición (…) y supere todas las barreras y los tabúes respecto a la sexualidad de los adolescentes, que impiden su acceso a la información sexual y reproductiva, incluida la referente a la planificación familiar y a los anticonceptivos, los peligros del embarazo precoz, la prevención del VIH/ SIDA (…);(B) Que ponga el interés de los adolescentes en el centro de todas las decisiones que afecten su salud y su desarrollo (…);(C) Que garantice el derecho de los adolescentes a tener acceso a una adecuada información esencial para su salud y su desarrollo y para su capacidad de participar en la sociedad. En este sentido, la Santa Sede debería asegurarse de que la educación sexual, la salud reproductiva y la prevención del VIH/SIDA sean parte del currículum obligatorio de las escuelas católicas (…);(D) Que garantice los intereses de las niñas embarazadas y se asegure de que su punto de vista sea siempre escuchado y respetado en el ámbito de la salud reproductiva (…).
Durante la investigación sobre la Santa Sede (también su mandato ha concluido en 2013) la persona más a la vista, influyente y conocida del Comité ha sido la peruana Susana Villarán, alcalde de Lima y católica «adulta» en permanente polémica con los obispos de su país, y en concreto con el cardenal arzobispo de Lima mons. Juan Luis Cipriani, por su desenfrenado activismo a favor del «matrimonio» homosexual, de la ideología de género y del aborto. Conocida participante de los desfiles del orgullo gay, la Villarán ha destacado por sus ataques a la Iglesia en materia de aborto y de homosexualidad y ha «casado» simbólicamente –en Perú por ahora no hay «matrimonio» homosexual- parejas de personas del mismo sexo, entre ellas a su compañera de partido y estrecha colaboradora Susel Paredes y su «novia» Carolina.
Provocativamente, las ceremonias se han celebrado en el Parque del Amor de Lima, donde tradicionalmente los esposos peruanos se hacen fotografías bajo la famosa estatua «El beso» del escultor Víctor Delfín.
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