Esta ha sido la noticia en los medios de comunicación: " Según han
informado a Efe fuentes de la Delegación del Gobierno, el asalto se ha
producido a las 07.00 horas, cuando los inmigrantes llegaron desde los montes cercanos a Ceuta y asaltaron a la carrera el paso fronterizo.
Al menos nueve subsaharianos han muerto este
jueves en el más trágico desde que
se producen estas avalanchas, y que han protagonizado, por tierra y por mar,
unos 400 inmigrantes, que fueron repelidos por las fuerzas marroquíes que
custodian el paso".El asalto masivo a la frontera es una táctica que vienen utilizando los inmigrantes subsaharianos desde hace más de dos años ante la dificultad de acceder por los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre como consecuencia de la vigilancia y la doble valla situada a más de seis metros de altura.
¿Por qué ocurren estos hechos?.
El motivo lo encontramos en la desesperación
por acceder al territorio español después de muchos años de camino así como las
malas condiciones de vida en los bosques de Marruecos próximos a la frontera
con Ceuta empujan a los inmigrantes a realizar los asaltos masivos a las vallas o a las fronteras de Ceuta y Melilla.
Estos inmigrantes que
protagonizan los asaltos masivos suelen esconderse en las zonas de bosques
situados junto a la frontera de Ceuta para evitar ser vistos por la Gendarmería marroquí y, por consiguiente,
ser expulsados de ese lugar.
En los montes, según
han informado a Efe fuentes de organizaciones no gubernamentales, tienen que
malvivir debido a la falta de alimentos así como de líquidos.
Por este motivo, por
las mañanas suelen dejarse ver por la población cercana de Castillejos o Fnideq -distante unos siete kilómetros de la frontera
ceutí- para ejercer la mendicidad o
pedir alimentos a los marroquíes que habitan en esta localidad.
Luego regresan rápidamente a los bosques para no
ser detenidos y expulsados hacia el interior del país, según aseguran
las mismas fuentes.
La desesperación por
alcanzar el territorio nacional les mueve a realizar estos asaltos, también
"empujados" por las mafias que trafican con seres humanos.
Fuentes policiales
españolas han dicho a Efe que hay casos de inmigrantes que llegan a pagar hasta 3.000 euros por entrar
en Ceuta ocultos en el interior de un vehículo, sin miedo a arriesgar
sus vidas.
En los asaltos masivos
también ponen en juego su vida, bien intentando lanzarse al mar para entrar a
nado o bien en aglomeraciones que pueden producir su fallecimiento.
¿Quiénes
son los responsables ?.
Reducir la responsabilidad a los hechos
finales es una simpleza a todas luces manipulada por los medios de comunicación
y las organizaciones proclives a criticar a los encargados de mantener el orden
social.
En distintas ocasiones el Papa Francisco ha
resaltado los beneficios de compartir la riqueza con los pobres y
advirtió que las condiciones sociales
"injustas" como el desempleo pueden llevar al pecado, la ruina
económica e incluso el suicidio.
El Papa Francisco señalaba en otra ocasión,
"por lo tanto, nuestras
conciencias tienen que convertirse a la justicia, la igualdad, la sencillez y
la voluntad de compartir"...
"¡Cuántas personas ya no ven sentido en
la vida ni perspectivas para el futuro, cuántos han perdido la esperanza! ¡Y cuántas están sumergidas en esta miseria por las
condiciones sociales injustas, por el desempleo, que les priva
de su dignidad como fuente de ingresos de la familia, y por la falta de
igualdad en el acceso a la educación y a la atención sanitaria".
El papa Francisco en varias ocasiones ya ha mostrado su actitud negativa frente a los
excesos del capitalismo y la injusta distribución de los ingresos
en un mundo globalizado, y su mensaje más reciente se hizo eco de esas
preocupaciones.
Muy difícil sería no considerar
duras, durísimas las palabras que escribió el Papa Francisco el pasado 24
de noviembre 2013, en su exhortación apostólica
titulada Evangelli Gaudium (La alegría de la fe),
sobre el modo de producción capitalista en el que vivimos. Dijo el Papa: “Así
como el mandamiento de ‘no matarás’ pone un límite claro para asegurar el valor
de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la
inequidad” y, añadió, “esa economía mata”.
Llama, pues, poderosamente la atención la rigurosidad con la que compara a la economía capitalista con el asesinato de seres humanos, no es cualquier cosa. Pero no fue todo, el Papa también dijo que “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo”. Y así es, los problemas de todo el mundo tienen su raíz última en esa espantosa miseria que padecen cientos de millones de seres humanos, mientras unos cuantos potentados gozan y dilapidan todo lo que se les viene a la mente. Y, puesto que las palabras del Papa, no tienen desperdicio, me permito citar otras muy elocuentes y precisas:
Llama, pues, poderosamente la atención la rigurosidad con la que compara a la economía capitalista con el asesinato de seres humanos, no es cualquier cosa. Pero no fue todo, el Papa también dijo que “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo”. Y así es, los problemas de todo el mundo tienen su raíz última en esa espantosa miseria que padecen cientos de millones de seres humanos, mientras unos cuantos potentados gozan y dilapidan todo lo que se les viene a la mente. Y, puesto que las palabras del Papa, no tienen desperdicio, me permito citar otras muy elocuentes y precisas:
“El sistema económico actual es ‘injusto desde
la raíz’, porque en la economía predomina ‘la ley del más fuerte’; y,
refiriéndose a los beneficiarios del sistema, añadió: “todavía defienden las
teorías del ‘derrame’, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido
por la libertad de mercado, logra por sí mismo mayor equidad e inclusión
social. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una
confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y
en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto,
los excluidos siguen esperando”. Se trata, pues, de una condena total y exacta.
Hace unos días en un mensaje corto de la Cuaresma, indicaba el Papa "Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos,
tienen prioridad sobre la necesidad de una distribución equitativa de la
riqueza".
¿Hay que pedir responsabilidades?. Claro que
hay que pedirlas a quien corresponda y no hacer juicios puntuales y simples de
lo que ocurre en nuestra sociedad, quedándose en las consecuencias de los
acontecimientos y no yendo a la causa y raíz de dichos acontecimientos.
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