Así lo determinaron los peritos y teólogos, por decisión unánime, según informó el Vatican Insider. Hace un par de meses, fue la comisión médica de este dicasterio la que avaló el milagro.
La consulta de los peritos teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos, al comienzo de esta semana, ha aprobado por unanimidad un milagro atribuido a la intercesión de Giovanni Battista Montini, Papa Pablo VI. Ahora la curación, ya juzgada “inexplicable” por la consulta médica guiada por el profesor Patrizio Polisca, deberá ser examinada por los cardenales y obispos del dicasterio, antes de la aprobación final del Papa Francisco. Si, como confirman a Vatican Insider autorizadas fuentes de la Congregación para las Causas de los Santos, estas últimas etapas tienen lugar en tiempos breves, se puede fácilmente prever en los próximos meses la beatificación de Montini.
El postulador de la causa, padre Antonio Marrazzo, había elegido desde hace tiempo, entre los que había recibido, un caso de curación que resultó “inexplicable” a los primeros exámenes clínicos. El 20 de diciembre de 2012, ya en vísperas de su histórica renuncia, Benedicto XVI proclamaba la “heroicidad de las virtudes” de Pablo VI, cerrándose así el proceso canónico. Para la beatificación se necesitaba sólo el reconocimiento de un milagro.
El presunto milagro que Marrazzo había presentado a la consulta concierne a la curación de un niño aún no nacido, que tuvo lugar en los primeros años de los ’90 en California. Durante el embarazo, los médicos habían encontrado un grave problema en el feto y, en razón de las consecuencias cerebrales que intervienen en estos casos, habían sugerido como único remedido a la joven madre el del aborto. La mujer se opuso, queriendo llevar a término el embarazo, a pesar de que se le aseguró que el hijo nacería gravemente afectado en lo físico y a nivel cerebral, y se confió a la intercesión de Pablo VI, el Papa que en 1968 escribió la encíclica Humanae Vitae.
El niño nació sin problemas: se ha esperado que llegase a la adolescencia para constatar la ausencia de consecuencias y la perfecta sanación. Se trata, había dicho Marrazzo en el 2012 a Radio Vaticana, de “un acontecimiento realmente extraordinario y sobrenatural, que tuvo lugar por intercesión de Pablo VI”. Una curación, continuaba el postulador de la causa, “en línea con el magisterio” del Papa que escribió la Humanae Vitae, un milagro vinculado a la “defensa de la vida, expresada en la encíclica, pero también en defensa de la familia, porque aquel documento habla del amor conyugal, no sólo de la vida naciente. Esta curación es lógica en la línea de Montini”.
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