(Agencia Efe). En un comunicado, la PGJDF informó de la liberación de un matrimonio de adultos mayores secuestrados en la delegación Magdalena Contreras, en el sudeste de la capital, a mediados del mes pasado, y la desarticulación de la banda que consumó el hecho el pasado 14 de diciembre. Aquel día, añade la fiscalía, “los probables secuestradores irrumpieron y se llevaron consigo joyas, dinero en efectivo y un vehículo” y dejaron atada a una empleada doméstica.
Los secuestrados fueron liberados al día siguiente, previo pago de un rescate, en depósito bancario y en especie, y después de obligar al varón a que realizar una transferencia bancaria a la cuenta de uno de los detenidos, señala el comunicado. Ocho de las nueve personas fueron presentadas públicamente, mientras que la última, una menor de 17 años, no compareció ante los medios.
Los detenidos fueron identificados como David Romo Guillén, de 42 años; Claudia Ivonne Cortés Navarro, de 40; Adriana Salomé Gallegos, de 46; Víctor Antonio Montes de Oca, de 48; Rafael Fernández Garnica, de 29; Ismael Ramírez Brito, de 30; Luis Alberto Martínez, de 20; y Karla Meribett Morales Delgado, de edad no especificada.
“Las nueve personas capturadas (…) se hacían pasar como integrantes del grupo delictivo de ‘Los Zetas’. Además, se obtuvo la muestra de voz de un reo de la penitenciaria de Santa Martha Acatitla señalado de participar en el ilícito”, agregó la Fiscalía local.
A los presuntos delincuentes se les acusa, además de secuestro, de pagar “por usar cuatro cuentas bancarias para recibir depósitos del rescate, transferirlos y cobrarlos”, de “robar automóviles, alhajas, dinero en efectivo y documentos de los afectados”, cuyas identidades no han trascendido.
Además se les vincula con otros casos, entre ellos “una extorsión agravada cometida contra un diputado federal”, y con otro secuestro del contable de una empresa “cuya casa fue saqueada y el profesional, extorsionado durante dos meses”.
Fuentes de la “Iglesia Católica Tradicional” consultadas por Efe confirmaron el arresto de su líder pero no quisieron dar más detalles sobre el caso. Romo denunció su detención, que se consumó entre el 18 y el 20 de diciembre pero que no trascendió hasta hoy, dijo que la misma tenía fines políticos y anunció que seguirá con la construcción del templo que tienen en el nordeste de la capital.
La Iglesia de la Santa Muerte, que dice tener 5 millones de fieles en el mundo, tiene su principal templo en el centro de la capital mexicana, donde se adora la imagen de una mujer de tez blanca, rasgos finos y larga cabellera, también representada como un esqueleto con guadaña. Este culto ha sido vinculado con delincuentes y narcotraficantes, pero sus dirigentes han rechazado las imputaciones.
Según leemos en Reuters, Romo retiró el dinero del rescate en efectivo de su cuenta bancaria y lo llevó al llamado Santuario Nacional de la Santa Muerte, dijo en rueda de prensa el procurador de la capital, Miguel Angel Mancera. Romo había dicho tiempo atrás que planeaba construir un gran templo para los seguidores de la Santa Muerte, a pesar de que el culto perdió su personería jurídica en el 2005 y por lo tanto no puede tener un patrimonio.
Univisión añade que durante la presentación de los detenidos en las instalaciones de la PJGDF, David Romo, quien lidera la Iglesia de la Santa Muerte, acusó a las autoridades de esta institución de torturarlo para que se confesara culpable. De acuerdo a la fiscalia Romo también usaba el nombre de Silverio Reyes Fremain Cortés, donde presuntamente se registró parte del pago del rescate.
David Romo y la Santa Muerte
David Romo Guillén desde principios de la década reconoció el culto de la Santa Muerte en su iglesia, explica el diario mexicano Proceso. En el 2004, se ganó las primeras planas de las publicaciones de espectáculos al casar a la bailarina y cantante cubana Niurka y posteriormente al unir en matrimonio a parejas del mismo sexo.
En el año 2005, logró que su iglesia tuviera el registro como asociación religiosa por parte de la Secretaría de Gobernación. Entonces se le conocía como el “arzobispo de la Santísima Muerte” hasta que, en el 2007, el gobierno federal desconoció su culto cuando aquélla fue catalogada como la santa venerada por los narcotraficantes.
Sin embargo, un año después Romo intentó crear una catedral en la que los devotos (entre 2 y 5 millones en todo el país) fueran a orarle. No obstante, el proyecto fracasó al ser denunciado su promotor por un fraude de tierras y otras propiedades que le habían donado los feligreses.
La orden de sacar a la Santa Muerte de la Iglesia Católica Apostólica Tradicional México-EU, así como su decisión de sustituirla por el Ángel de la Muerte, aparte del fraude para la construcción de una catedral a la figura esquelética, provocaron un éxodo de feligreses, quienes le dieron la espalda y dejaron de apoyarlo.
Hubo desde entonces voces que hicieron un extrañamiento a un incremento de propiedades, autos, joyas y accesorios de lujo del promotor de la Niña Blanca. Ahora Romo ha sido detenido junto a nueve integrantes de una banda de secuestradores conocida como “Los Aztlán”, a quienes se les acusa de robo agravado calificado, secuestro agravado y delincuencia organizada.
La PGJDF presentó a la banda de presuntos delincuentes, entre ellos un menor de edad. Se les acusa de secuestrar a una pareja de ancianos en la delegación Magdalena Contreras, además de extorsión a un profesionista, vecino de la Cuauhtémoc. De acuerdo con la Procuraduría capitalina, el dinero de los rescates se depositaba a una cuenta a nombre de Silverio Reyes Fremain Cortés, alias que utilizaba David Romo.
A los detenidos también se les acusa de robar automóviles, joyas y dinero en efectivo o tarjetas bancarias, así como de una extorsión a un diputado federal, cuyo nombre no fue revelado. Según el procurador Miguel Ángel Mancera Espinosa, las autoridades cuentan con videos donde se observa a Romo Guillén cobrar en un banco el dinero de los rescates. Al ser presentado a los medios, Romo Guillén negó su responsabilidad en los hechos. “Fui torturado y golpeado en la cabeza para confesar esos delitos. Soy inocente”, clamó.
Este personaje también es conocido como el “obispo de la Santa Muerte”, pues en su santuario nacional, ubicado en la calle de Bravo de la colonia Morelos del Distrito Federal, incluyó imágenes de La Flaquita. Esto provocó que la Secretaría de Gobernación le retirara el registro como asociación religiosa en 2003.
Así mismo, en 2008 circularon versiones periodísticas que vinculaban a Romo Guillén con la muerte de Jonathan Legaria Vargas, comandante Pantera, y quien era líder de otro templo dedicado a la Santa Muerte, en el municipio mexiquense de Tultitlán, donde se levanta una estatua gigante de casi 22 metros.
El Pantera fue asesinado en julio del 2008 en la Vía López Portillo, en Ecatepec, Estado de México. Ambos personajes se disputaban el derecho a monopolizar el culto a la Niña Blanca. La tercera en discordia era “doña Queta”, que también tiene otro santuario en Tepito. Romo Guillen negó en diversas entrevistas sus vínculos con el crimen organizado y su responsabilidad en el crimen de Legaria Vargas.
Incluso se informó que Gabriel Israel Peralta Martínez, El Spiderman, realizaba las llamadas desde el interior del penal de Santa Martha Acatitla. Contra todos ellos se abrió la causa penal 242/2010 y por lo mientras serán arraigados por 30 días.
Martin George, juglar y promotor de la devoción de la Santa Muerte, rechazó que este culto sea exclusivo de los delincuentes y deslindó a los devotos de las acciones de Romo. “La devoción y el culto a la Santa Muerte se deslinda de esta acción y de este personaje, así como de cualquier fechoría en que haya incurrido”, dijo uno de los principales impulsores de esta tradición popular, cuyo arraigo alcanza ya a Estados Unidos, Canadá, Honduras, El Salvador y Guatemala.
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