martes, 1 de marzo de 2011

OCEANIA/NUEVA ZELANDA - Después de días de continua búsqueda ahora se apunta a la recuperación de cadáveres, todavía hay 200 desaparecidos.

2011-02-28
invia articolo imprime preferiti Christchurch (Agencia Fides) - “¡Parece un campo de batalla! Es la descripción de la mayoría de los periodistas que se mueven por las calles de Christchurch, mientras que otros están asombrados por la escena de destrucción que envuelve la ciudad", dice el p. Paul Shannahan, sm, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Nueva Zelanda que acaba de enviar una actualización de la situación a la Agencia Fides. "Es domingo por la mañana de un día de verano aquí en la capital - escribe el padre Shannahan -. Acabo de celebrar la Misa por las víctimas del terremoto en la Catedral de Wellington. Toda Nueva Zelanda está consternada al igual que lo están los espectadores de todo el mundo. Las imágenes difundidas por la televisión hablan por sí mismas. Los equipos internacionales de socorro no se han detenido ni un solo momento con la esperanza de encontrar todavía algunas personas con vida, pero después de cuatro días de búsquedas inútiles, las intervenciones ahora se están orientando a la recuperación de los cuerpos. Hasta el momento 146 cuerpos han sido trasladados a depósitos temporales, donde 164 especialistas están tratando de establecer la verdadera identidad de cada uno de ellos de más de 20 nacionalidades diferentes. Todavía hay 200 desaparecidos. Más de 20 cuerpos están bajo los escombros de la Catedral Anglicana. Los equipos de rescate logran ver los cuerpos, pero la recuperación está siendo obstaculizada por los continuos movimientos de asentamiento y por el peligro de derrumbes", continua el padre Shannahan.
“Continúan llegando ayudas de todas partes, el Gobierno Australiano ha donado 5.000.000 dólares, además de 250 policías de Australia que están trabajando junto con la policía local. La Cruz Roja y los militares del ejercito junto con el personal médico están ocupándose de los heridos y de los muchos ciudadanos terriblemente asustados. Los agricultores de Canterbury han llegado con sus maquinarias de grandes dimensiones para ayudar en el rescate y en la limpieza de las calles. El Obispo católico de la ciudad, Mons. Barry Jones, ha anunciado que no se celebrarán Misas en las iglesias parroquiales hasta que se garantice la seguridad de todos los edificios. Miles de ciudadanos han huido de la ciudad porque sus hogares están destruidos o inaccesibles, o simplemente porque tienen miedo ya que la ciudad sigue temblando. Siguen llegando oraciones de todas partes del mundo, desde las del Papa Benedicto XVI a los del Padre John y sus estudiantes de Malí, en África, que están orando por el pueblo de Chistchurch". (AP) (28/2/2011 Agencia Fides

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