El operativo internacional en Libia ha elevado el nivel de alarma europeo ante posibles ataques terroristas y en Roma las autoridades crearán un comité que organizará la seguridad de la ceremonia de beatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II.
El prefecto de Roma, Giuseppe Pecoraro, asistió el 22 de marzo a una cumbre técnica con los responsables de las fuerzas del orden para explicar que esta misma semana "tendrá lugar el Comité para el evento de la beatificación de Juan Pablo II", y que están "preparados para garantizar la seguridad –de los ciudadanos–, aunque se procederá con la máxima normalidad", según informó el diario Il Quotidiano Italiano.
Explicó que "no hay noticias de una particular alarma en Roma. Pero nos damos cuenta de que estamos ante una situación internacional difícil", de momento su prioridad absoluta es "garantizar la seguridad con acciones de prevención contra eventuales actos terroristas de represalia".
En la Ciudad Eterna todo está preparado para el ascenso a los altares del Papa polaco, que con sus tres días de ceremonias (vigilia, el sábado; beatificación, el domingo; y misa de acción de gracias, el lunes) congregará a alrededor de un millón de personas. Las autoridades de la capital italiana han preparado un dispositivo de seguridad especial para este evento de interés internacional y al que se espera que acudan más de 50 jefes de Estado y delegaciones de 62 países.
Cerca de 4.000 agentes y militares, la mitad de los cuales se desplegarán en el Vaticano y sus alrededores, vigilarán por tierra, aire y agua para que todo transcurra con normalidad. Según explicó el jefe de Policía de Roma, Antonio Manganelli, habrá francotiradores apostados en los tejados de los edificios cercanos a la Plaza de San Pedro, mientras que buceadores realizarán inmersiones en el río Tíber para descartar que un posible atentado parta de sus aguas. En el cielo, helicópteros dotados de cámaras sobrevolarán la capital.
Los principales puntos de atención entre los miles de objetivos de un posible atentado en Roma serán las embajadas y todas las sedes de estados relacionados con el operativo contra Libia. Las autoridades desarrollarán una especial vigilancia en las estaciones de autobús y tren, los puertos y los aeropuertos.
Ante la eventual huida masiva de civiles de Libia, la capital italiana prevé un sistema de acogida y han preparado "mil camas cuyo número podrá aumentar con el tiempo", según informó Pecoraro.
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