(Fides) «No hay nada malo si una iglesia es pequeña y simple. Sólo es necesario que podamos rezar y celebrar la Eucaristía. Es importante contar con un templo de Dios en nuestro corazón, adornado con la oración y buenas obras, pora que realmente seamos hijos dignos de Su nombre»: Con esas palabras exhortó a los fieles Mons. Francesco An Shu Xin, obispo coadjutor de la diócesis china de Bao Ding, en la provincia de He Bei, durante la consagración de la iglesia en el pueblo de Sui Cheng.
Según la información recibida por la Agencia Fides, más de 300 fieles participaron en la consagración que se llevó a cabo el 30 de agosto. La misa fue concelebrada por 15 sacerdotes, con la participación de los religiosos de la Congregación de las Hermanas Menores de la Diócesis de Santa Teresa y de la Congregación diocesana del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
El pueblo de Sui Cheng tiene alrededor de 3.000 personas, de las cuales un centenar son fieles católicos. A ellos se unieron otros muchos fieles provenientes de las zonas de alrededor. Según los fieles locales, “la nueva iglesia nos ha permitido orar y celebrar la Eucaristía, como debe ser. Pero al mismo tiempo es también una llamada a la evangelización”.
Esta iglesia fue construida por misioneros franceses Lazaristas en 1901 y dedicada al Sagrado Corazón de Nuestra Señora. Después de la Revolución Cultural en China, gracias al obispo y sacerdotes de la diócesis, la iglesia que había sido destinada a otros usos profanos por muchos años, pudo regresar finalmente a la comunidad católica a comienzos de este año. Sin embargo, fue completamente destruida. Los sacerdotes y los fieles han decidido reconstruirla con sus manos y lo hicieron en sólo dos meses, hoy la comunidad local podrá reunirse en un edificio de 15 metros de largo, 6 metros de ancho y 7 metros de altura, que alberga a 300 fieles.
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