viernes, 29 de junio de 2012

Lo que no se aprobó el 20 de enero, en el Camino Neocatecumenal.

El pasado 20 de enero el Camino Neocatecumenal, fundado por Kiko Argüello tuvo una jornada gozosa en el Vaticano junto a Benedicto XVI. Pero no se aprobó todo ño que ellos querían..Los habitualmente llamados “kikos” viene celebrando la misa con algunas variaciones respecto a la rúbrica de la misa. Y conmemorando en ella más la celebración gozosa del banquete pascual, que lo es, sobre el sacrificio redentor del calvario, que también lo es. Por supuesto que sin negarlo. Diríamos que poniendo más énfasis en la Resurrección que en la Muerte. No tengo la menor duda sobre el catolicismo del rito pero a algunos les rechina algo. Junto a ello algunas peculiaridades en la celebración que no se atiene estrictamente a lo normado en la Iglesia. Se quiso que el acto supusiera también la aceptación eclesial de esos modos. Modos que se han rectificado ya en parte. Y así se ha publicado por algunos. Pues no ha ocurrido eso. Más bien se el Papa ha insistido en señalar que no al menos de modo general. No se ha bendecido la misa neocatecumenal. No ha habido una aprobación litúrgica de esa misa como un modo más del rito latino.

Una comisión de investigación.
Lo que sucedió es que el pontificio consejo para los laicos, presidido por el cardenal Stanislaw Rylko, había preparado el texto de un decreto de aprobación global de todas las celebraciones litúrgicas y extralitúrgicas del Camino neocatecumenal, que tenía que hacerse público el 20 de enero en ocasión de un encuentro previsto del papa con el Camino. El decreto había sido redactado por indicación de la congregación para el culto divino, presidida por el cardenal Antonio Cañizares Llovera. Los fundadores y líderes del Camino, Francisco "Kiko" Argüello y Carmen Hernández, fueron informados de ello y anticiparon felices a sus seguidores la inminente aprobación. Todo sin el conocimiento del papa. Benedicto XVI vino en conocimiento del texto del decreto pocos días antes del encuentro del 20 de enero. Lo encontró inconexo y equivocado. Ordenó que se anulara y se volviera a escribir según sus indicaciones. De hecho, el 20 de enero, el decreto que se hizo público se limitó a aprobar las ceremonias extralitúrgicas que marcan las etapas catequéticas del Camino. El papa en su discursó subrayó que solo éstas habían sido convalidadas, mientras que acerca de la misa dio a los neocatecumenales una verdadera y propia lección - casi un ultimátum - sobre cómo celebrarla en plena fidelidad a las normas litúrgicas y en efectiva comunión con la Iglesia. En esos mismos días Benedicto XVI recibió en audiencia al arzobispo de Berlín, Rainer Maria Woelki, hombre de su confianza, al que en breve habría hecho cardenal. Woelki le habló, entre otros, precisamente de las dificultades que los neocatecumenales creaban en su diócesis, con sus misas separadas del sábado por la noche, oficiadas por una treintena de sus sacerdotes. El papa pidió a Woelki que le hiciera una nota escrita sobre este tema. El 31 de enero Woelki le envió una carta con información más detallada. Días más tarde, el 11 de febrero, el papa envió una copia de esta carta a la congregación para la doctrina de la fe, junto a su petición de examinar cuanto antes la cuestión, que "no sólo concierne a la archidiócesis de Berlín". Según las indicaciones del papa, la comisión de examen presidida por la congregación para la doctrina de la fe tenía que tener la colaboración de otros dos dicasterios vaticanos: la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, y el pontificio consejo para los laicos. Y así ha sido. El 26 de marzo, en el Palacio del Santo Oficio, bajo la presidencia del secretario de la congregación para la doctrina de la fe, el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer, jesuita, se han reunido para un primer examen de la cuestión los secretarios de los otros dos dicasterios – el arzobispo Augustine J. Di Noia, dominico, para el culto divino y el obispo Josef Clemens, para los laicos – y cuatro expertos por ellos designados. Un quinto experto, ausente, dom Cassiano Folsom, prior del monasterio de San Benedicto en Norcia, envió su opinión por escrito. Los juicios expresados sobre las misas de los neocatecumenales han sido todos críticos. Muy severo ha sido también el que la misma congregación para la doctrina de la fe había pedido, antes de la reunión, al teólogo y cardenal Karl J. Becker, jesuita, profesor emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana y consultor del dicasterio. El dossier predispuesto para la reunión por la congregación para la doctrina de la fe incluía la carta del papa del 11 de febrero, la carta del cardenal Woelki al papa en el original alemán y en versión inglesa, el parecer del cardenal Becker y una guía a la discusión en la cual se ponía en duda de forma explícita la conformidad a la doctrina y a la praxis litúrgica de la Iglesia católica del art. 13 § 2 del estatuto de los neocatecumenales, ese con el que ellos justifican sus misas separadas del sábado por la noche. En realidad, el peligro temido por Benedicto XVI y otros muchos obispos – como resulta por las numerosas denuncias llegadas al Vaticano – es que las modalidades particulares con que las comunidades neocatecumenales de todo el mundo celebran sus misas introduzcan de hecho en la liturgia latina un nuevo "rito", compuesto de forma artificial por los fundadores del Camino, ajeno a la tradición litúrgica, lleno de ambigüedades doctrinales y factor de división en la comunidad de los fieles. El papa ha confiado a la comisión por él deseada la tarea de averiguar el fundamento de estos temores, en vista de las consiguientes decisiones. Los juicios elaborados por la comisión serán examinados en una próxima reunión plenaria de la congregación para la doctrina de la fe, un miércoles – una "feria quarta" – de la segunda mitad de abril.  ¿Cumple el Camino los fines fundacionales, o se esta configurando como una realida distinta?.
La Iglesia reconoce el Camino como un itinerario de formación post-bautismal, al servicio de la parroquia. Al final del Camino, el objetivo es vivir en familias "como la de Nazaret", abiertas a la vida, a la oración, a la vida fraterna y al envío misionero.
Explica Kiko Argüello: "En la Iglesia antigua, en medio del paganismo, cuando un hombre quería hacerse cristiano, debía recorrer un itinerario de formación que se llamaba «catecumenado». Catecúmeno era el que se instruía de viva voz. El actual proceso de secularización ha llevado a mucha gente a abandonar la fe y la Iglesia. Por eso es necesario abrir de nuevo un itinerario de iniciación al cristianismo.
En esta línea, el Camino Neocatecumenal no pretende de ninguna manera formar un movimiento en sí mismo, sino ayudar a abrir en las parroquias un camino de iniciación cristiana, para descubrir lo que significa ser bautizado, ser cristiano.
Es un instrumento que se pone al servicio de los obispos en las parroquias, con el fin de reconducir a la fe a quienes la han abandonado o nunca la han tenido".

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