viernes, 29 de junio de 2012

A los neocatecumanales el diploma. Pero no lo que esperaban

Diario Vaticano / A los neocatecumanales el diploma. Pero no lo que esperaban La Santa Sede ha aprobado los ritos que marcan las etapas de su catecismo. Pero las particularidades con las que ellos celebran las Misas quedan siempre bajo observación. Algunas son permitidas, otras no por *** CIUDAD DEL VATICANO, 23 de enero de 2012 – Antes de la audiencia con Benedicto XVI celebrada hace tres días, dentro del Camino Neocatecumenal corría la voz que en esa ocasión serían aprobadas definitivamente todas las “liturgias” del movimiento eclesial fundado por Francisco "Kiko" Argüello y Carmen Hernández: > ¿"Plácet" o "Non plácet"? La apuesta de Carmen y Kiko Esas voces consideraban directamente que estaba listo el documento de convalidación. En realidad este paso no estaba de ninguna manera en el orden del día en el Vaticano, como se ha podido verificar en el transcurso del evento mismo. En efecto, al comienzo de la audiencia del 20 de enero se leyó un decreto del Pontificio Consejo para los Laicos, en el cual, "con el parecer favorable de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos", simplemente "se concede la aprobación a las celebraciones contenidas en el Directorio catequético del Camino Neocatecumenal que, por su naturaleza, ya no resultan reguladas por los libros litúrgicos de la Iglesia". Con mayor claridad ha confirmado el Papa que con el mencionado decreto solamente "se aprueban las celebraciones" presentes en el Directorio Catequístico que "no son estrictamente litúrgicas". Significa esto que los rituales aprobados en esta ocasión no remiten de ninguna manera a la liturgia de la Misa o a la administración de los sacramentos, sino solamente a las celebraciones internas del Camino que marcan las principales etapas del largo catecumenado de cada uno de sus miembros. Además, Benedicto XVI ha aprovechado la audiencia para dirigir a los jefes y a los miembros del Camino un "breve pensamiento sobre el valor de la liturgia". Ha sido un "pensamiento" que tuvo todo el sabor de una lección, densa y exigente a pesar de su brevedad. En esa audiencia el Papa ha recordado que "el verdadero contenido de la liturgia" es efectivamente "obra del Señor Jesús", pero "es también obra de la Iglesia que, al ser su cuerpo, es un único sujeto con Cristo". Y con esto ha puesto en guardia contra la tentación – presente en las teorías litúrgicas neocatecumenales, pero no sólo en ellas – de un arqueologismo que pretendería reproducir artificiosamente la última cena de Jesús y las fracciones del pan de los primeros tiempos cristianos, sin tener en cuenta los desarrollos litúrgicos que han madurado legítimamente en la Iglesia a lo largo de los siglos. En su discurso, además, Benedicto XVI ha subrayado el "carácter público de la Santa Eucaristía". Ha recordado que en base a los estatutos del Camino, aprobados en el 2008, "los neocatecumenales pueden celebrar la Eucaristía dominical en la pequeña comunidad, luego de las primeras vísperas del domingo, según las disposiciones del obispo diocesano". Pero ha agregado a continuación que "toda celebración" debe estar "esencialmente abierta a todos los que pertenecen" a la única Iglesia de Cristo. Las celebraciones en las pequeñas comunidades – siguió diciendo el Papa – deben de este modo producir una "maduración progresiva" que favorezca "su inserción en la vida de la gran comunidad eclesial", es decir, concretamente "en la celebración litúrgica de la parroquia". Por último, el Papa ha confirmado que "la celebración en las pequeñas comunidades" debe estar "regulada por los libros litúrgicos que se deben seguir fielmente", también "con las particularidades aprobadas en los estatutos del Camino". En los Estatutos del 2008 las particularidades permitidas son dos. La primera se refiere a "la distribución de la Santa Comunión bajo las dos especies" y "siempre con pan ázimo", que los neocatecumenales deben recibir "de pie, permaneciendo en su lugar". La segunda es el cambio “ad experimentum” del "rito de la paz luego de la Oración universal", es decir, antes del Ofertorio, como de hecho acontece desde siempre en el rito ambrosiano, en uso en la arquidiócesis de Milán. En los Estatutos se prevé además que los animadores de las comunidades neocatecumenales preparen "breves introducciones a las lecturas". Pero esto ya está permitido por las Instrucciones Generales del Misal Romano, para cualquier Misa. Por el contrario, no se hace alusión alguna, en los parágrafos de los Estatutos referidos a la Misa, a las llamadas "resonancias", es decir, a los comentarios espontáneos a las lecturas del Evangelio hechas por los que participan en las Misas de las comunidades neocatecumenales, acompañando la homilía del sacerdote. No solamente esta cuestión de las "resonancias", entonces, sino toda otra particularidad litúrgica en uso en el Camino que no está aprobada explícitamente por la Santa Sede era un abuso antes de la audiencia del pasado 20 de junio. Y así permanece también después. A continuación presentamos la "lección" de liturgia impartida por Benedicto XVI a los neocatecumenales y, más abajo, un resumen de sus rituales extra-litúrgicos que han tenido la aprobación de las autoridades vaticanas. __________ "... CELEBRACIÓN REGULADA POR LOS LIBROS LITÚRGICOS QUE SE DEBEN SEGUIR FIELMENTE..." Benedicto XVI al Camino Neocatecumenal, 20 de enero de 2012 Queridos hermanos y hermanas, [...] unos instantes antes se ha leído el decreto con el que se aprueban las celebraciones presentes en el "Directorio catequético del Camino Neocatecumenal" que no son estrictamente litúrgicas, pero que forman parte del itinerario de crecimiento en la fe. Es otro elemento que os muestra cómo la Iglesia os acompaña con atención mediante un paciente discernimiento que comprende vuestra riqueza, pero que mira también a la comunión y a la armonía de todo el "Corpus Ecclesiae". Este hecho me ofrece la ocasión para exponer un breve pensamiento sobre el valor de la liturgia. El Concilio Vaticano II la define como la obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia (cfr. "Sacrosanctum Concilium", 7). A primera vista esto podría parecer extraño, porque parece que la obra de Cristo designa las acciones redentoras históricas de Jesús, su pasión, muerte y resurrección. ¿En qué sentido entonces la liturgia es obra de Cristo? La pasión, muerte y resurrección de Jesús no son solamente acontecimientos históricos; abrazan y penetran la historia, pero la trascienden y permanecen siempre presentes en el corazón de Cristo. En la acción litúrgica de la Iglesia está la presencia activa de Cristo resucitado que hace que sea presente y eficaz hoy para nosotros, para nuestra salvación, el mismo misterio pascual. Esta obra del Señor Jesús, que es el verdadero contenido de la liturgia, entrar en la presencia del misterio pascual, es también obra de la Iglesia, que al ser su cuerpo es un único sujeto con Cristo: "Christus totus caput et corpus" [Cristo total, cabeza y cuerpo], dice san Agustín. En la celebración de los sacramentos, Cristo nos sumerge en el misterio pascual para hacernos pasar de la muerte a la vida, del pecado a la existencia nueva en Cristo. Esto vale en modo muy especial para la celebración de la Eucaristía, que al ser la culminación de la vida cristiana es también la bisagra de su redescubrimiento, a lo que tiende el Neocatecumenado. Como afirman vuestros Estatutos, "La Eucaristía es esencial al Neocatecumenado, en cuanto catecumenado postbautismal, vivido en pequeña comunidad" (art. 13 §1). Precisamente con la intención de favorecer el acercamiento a la riqueza de la vida sacramental por parte de personas que se han alejado de la Iglesia, o que no han recibido una formación adecuada, los neocatecumenales pueden celebrar la Eucaristía dominical en la pequeña comunidad, luego de las primeras vísperas del domingo, según las disposiciones del obispo diocesano (cfr. Estatutos, art. 13 §2). Pero toda celebración eucarística es una acción del único Cristo junto con su única Iglesia, y por eso esencialmente abierta a todos los que pertenecen a la que es su Iglesia. Este carácter público de la Santa Eucaristía se expresa en el hecho que cada celebración de la Santa Misa es en definitiva dirigida por el obispo como miembro del colegio episcopal, responsable de una determinada Iglesia local (cfr. "Lumen gentium", 26). La celebración en las pequeñas comunidades, regulada por los libros litúrgicos que son seguidos fielmente, y con las particularidades aprobadas en los estatutos del Camino, tiene la misión de ayudar a cuantos recorren el itinerario neocatecumenal a percibir la gracia de estar insertos en el misterio salvífico de Cristo, lo que hace posible un testimonio cristiano capaz de asumir también los rasgos de la radicalidad. Al mismo tiempo, la maduración progresiva en la fe del individuo y de la pequeña comunidad debe favorecer su inserción en la vida de la gran comunidad eclesial, a la que encuentra en la celebración litúrgica de la parroquia, en la cual y por la cual se realiza el neocatecumenado (cfr. Estatutos, art. 6), su forma ordinaria. Pero también durante el Camino es importante no separarse de la comunidad parroquial, justamente en la celebración de la Eucaristía que es el verdadero lugar de la unidad de todos, donde el Señor nos abraza en los diferentes estados de nuestra madurez espiritual y nos une en el único pan que nos hace un único cuerpo (cfr. 1Cor 10, 16s). [...]

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