miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Que queda de la internacional?.

¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.
Del pasado hay que hacer añicos.
¡Legión esclava en pie a vencer!
El mundo va a cambiar de base.
Los nada de hoy todo han de ser.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional. (Bis)
Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.
Para hacer que el tirano caiga
y el mundo esclavo liberar,
soplemos la potente fragua
que el hombre nuevo ha de forjar.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional. (Bis)
La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor;
nos da derechos irrisorios,
no hay deberes del señor.
Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser:
"No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber".
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la Internacional. (Bis).

 

.El himno de la clase obrera


En 1871 los obreros de París “tomaron el cielo por asalto”, como dijo Marx. El 18 de marzo de ese año na-cía la Comuna de París, esa “revolución con ropa de obrero”, que duró 72 días, y cuyos principios serán eternos.
Entre esos obreros franceses había uno, llamado Eugène Pottier, que era poeta. Días
después de derrotados los comuneros, “con la sangre aún corriendo por los muros de los fusilamientos”, escribió los versos de La Internacional, el himno de los trabajadores del mundo entero. Su música la compuso otro obrero francés, Pierre Degeyter, en 1888.

Quién fue Eugène Pottier
Eugène Pottier había nacido en 1816, y ya a los 14 años escribió su primer poema, titulado ¡Viva la libertad! Participó en la revolución de febrero de 1848 en Francia. Organizó a los diseñadores de telas, tal era su oficio, e incorporó su gremio a la Asociación Internacional de los Trabajadores, la Primera Internacional fundada por Marx y Engels en 1864.
En tiempos de la Comuna fue uno de los 80 miembros elegidos para el gobierno de París, a la vez que comenzaba a ser reconocido como el poeta de los trabajadores. Derrotada la Comuna conoció el exilio, en Inglaterra y en Estados Unidos, y volvió a su patria en 1880. En Francia adhirió al Partido Obrero Francés, el partido socialista que surgió en esos años, y colaboró en su periódico hasta su muerte, el 6 de noviembre 1887. “Pottier murió en la miseria. Pero deja tras de sí un monumento verdaderamente im-perecedero”, dijo Lenin.
Cerca de diez mil personas acompañaron sus restos hasta el cementerio de Père-Lachaise, donde están enterrados los comuneros que fueron fusilados contra sus muros. Allí los manifestantes se enfrentaron con la policía, que no pudo impedir la despedida de Pottier, a cargo de grandes revolucionarios como Vaillant y Luisa Michel.
Una parte de las poesías de Eugène Pottier fueron publicadas en la década de 1880, y a su muerte se hizo una recopilación que incluyó La Internacional. Un ejemplar de las poesías de Pottier fue a dar a las manos del director del coro obrero “La lira de los trabajadores” de la ciudad francesa de Lila, quien le encomendó a uno de sus integrantes, que además era compositor, “una música vibrante” para el poema de Pottier. Este músico proletario era Pierre Degeyter.
La Internacional, que en su versión original constaba de 6 estrofas, se cantó por primera vez en Lila en 1888, y durante algunos años sólo era conocida por unos pccos obreros franceses. Desde sus comienzos fue perseguida con saña por las clases dominantes. Sólo por editar la letra y la música en un folleto popular, el maestro de escuela Armand Goselin fue perseguido y sufrió un año de cárcel a fines del siglo XIX.
En 1896, en ocasión de un congreso que se celebraba en la ciudad de Lila, el Partido Obrero Francés convocó a los trabajadores a recibir a las delegaciones extranjeras. Sectores nacionalistas quisieron impedir el acto, e irrumpieron cantando La Marsellesa. Los socialistas los enfrentaron, unificándose cantando La Internacional. En las calles, combatiendo, los trabajadores franceses la hicieron suya.
Pero ya por esos años crecían en los partidos socialistas las posiciones de los revisionistas, proclives a los acuerdos con las burguesías que, ya imperialistas, se disputaban el mundo. Y la música también era un terreno de batalla. Por eso en los congresos de la Segunda Internacional, que nucleaba a los principales partidos socialistas, se cantaba La Marsellesa (la canción que surgió de la revolución francesa de 1789 y era un himno de la burguesía). Recién en 1910, La Internacional fue consagrada como himno oficial de la Internacional Socialista.
Treinta años y un día después de la muerte de Pottier, el 7 de noviembre de 1917, los obreros y campesinos rusos, dirigidos por Lenin y los bolcheviques tomaban el poder con la Revolución Rusa. Nacía la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y el himno del primer estado proletario fue La Internacional, hasta 1948.
El jefe del proletariado soviético, Lenin, tenía en gran estima a Pottier. Ya en 1913, en ocasión de cumplirse 25 años de su muerte, escribió del poeta y revolucionario francés: “Fue uno de los más grandes propagandistas por medio de la canción”. De Pierre Degeyter, autor de la música, agreguemos solamente que, cuando se creó la Internacional Comunista para oponerse a los revisionistas que habían traicionado los principios revolucionarios, adhirió al Partido Comunista surgido en Francia, en 1921.



Porqué cantamos La Internacional
Con el correr de los años, la lucha de líneas entre los distintos sectores del movimiento obrero, se fue expresando en variaciones de la letra de La Internacional. Así se conocieron las versiones anarquista, socialista y comunista, la más fiel a la original.
Cantamos La Internacional porque refleja la gran enseñanza de las mujeres y hombres que forjaron en las barricadas la Comuna de París, esa que hizo a Marx y Engels decir en el último prólogo escrito por ambos al Manifiesto Comunista: “La Comuna ha demostrado sobre todo que la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina estatal existente, poniéndola en marcha para sus propios fines...”, sino que debe romper esa máquina estatal, por eso “cambiemos al mundo de base / hundiendo al imperio burgués”.
Los revolucionarios, en nuestro país y en todo el mundo, cantamos La Internacional, porque es la canción que mejor expresa la necesidad de la clase obrera de ponerse de pie y terminar con la opresión. Millones de trabajadores, en todos los idiomas, unimos nuestras voces para que se alcen los pueblos en la lucha por la revolución.
La Internacional es la canción que identifica ese inmenso ejército proletario, porque como decía Lenin: “Sea cual fuere el país en que recale un obrero conciente, fuese cual fuere el lugar a que lo empuje el destino, sea cual fuere su sentimiento de ser un extranjero, privado de idioma y de amigos, lejos de su patria, puede encontrar camaradas y amigos gracias a la canción familiar de La Internacional”.

La Internacional

Arriba los pobres del mundo
de pie los esclavos sin pan
y gritemos todos unidos
¡Viva la Internacional!

Derrotemos todas las trabas
que oprimen al proletario
cambiemos al mundo de base
hundiendo al imperio burgués.

Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alcen los pueblos
por la Internacional.

Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alcen los pueblos con valor
por la Internacional.
La Internacional


De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Internacional (L'Internationale en francés) es la más famosa canción del movimiento obrero. Es el himno oficial de los trabajadores del mundo entero y de la mayoría de los partidos comunistas y socialistas. La letra original, en francés, es de Eugène Pottier, y fue escrita en 1871 dentro de su obra Cantos Revolucionarios. En 1888 Pierre Degeyter la musicalizó. El 15 de junio de 1888 G. Delory, uno de sus organizadores de la Lira de los Trabajadores (La Lyre des Travailleurs), que más tarde sería alcalde de Lille y que estaba interesado en que la coral ampliara su repertorio de canciones socialistas y obreras, se siente atraído por uno de los versos de Pottier que aparecía en Cantos Revolucionarios, concretamente por el titulado La Internacional, y le encarga a Pierre Degeyter, que ya tenía una buena reputación de compositor, su música, indicándole que hiciera algo de ritmo vivo y arrebatador. Pierre trabajaba en ese tiempo como montador en los talleres de Lives-Lille, y con la única ayuda de un simple armonio, musicó La Internacional en sólo tres días. Después de comentarla con los compañeros de trabajo y de hacer pequeñas modificaciones, la entregó a La Lyre des Travailleurs para su estreno. Se procedió a imprimir los 6.000 ejemplares de la primera y clandestina edición. Fue un éxito total, primero en Lille y luego en todo Francia. Hasta 1922 se mantuvo una querella entre los dos hermanos Degeyter, Adolphe y Pierre, para saber quién era el autor de la música de La Internacional. El 23 de noviembre de 1922 el Tribunal del Sena proclamó a Pierre Degeyter autor de la música de La Internacional, aunque anteriormente lo había hecho a favor de Adolphe. Éste, en una carta a su hermano el 26 de abril de 1915, ya reconoce que él no era el autor de la música. En julio de 1888, en una reunión de la Junta Sindical de vendedores de periódicos, se interpretó por primera vez en público. El 8 de diciembre de 1896 La Internacional es adoptada como himno oficial de los revolucionarios. En 1899, en otro 8 de diciembre, lo adoptan todas las organizaciones socialistas francesas al finalizar el Primer Congreso general en París. En 1892, la Segunda Internacional la populariza y adopta como himno. El día 3 de noviembre de 1910 se convierte en el himno de todos los trabajadores del mundo, en el Congreso Internacional de Copenhage. En 1919 Lenin la oficializa en la Tercera Internacional y se convierte en el himno nacional de la Unión Soviética hasta el año 1943. Su letra ha sido traducida a casi todos los idiomas del mundo. Su presencia es importante en países con sistema socialista, como Cuba. Existen notables variaciones de contenido entre las diferentes traducciones del himno, y algunos idiomas, como el español o el inglés, cuentan con dos o más versiones distintas. También hay variaciones en cuanto a la extensión.
Texto de La Internacional //Texto íntegro original (en francés)



Partitura original de La Internacional.
C'est la lutte finale:
Groupons-nous, et demain,
L’Internationale
sera la genre humain!
Debout les damnés de la terre.
Debout les forçats de la faim.
La raison tonne en son cratère,
c'est l'éruption de la fin.
Du passé faisons table rase:
Foule, esclave, debout, debout.
Le monde va changer de base;
nous ne sommes rien, soyons tout.
Il n'est pas de sauveurs suprêmes:
Ni Dieu, ni César, ni Tribun,
producteurs, sauvons-nous nous-mêmes,
décrétons le salut commun.
Pour que le voleur rende gorge,
pour tirer l'esprit du cachot,
soufflons nous-mêmes notre forge,
battons le fer quand il est chaud.
L'Etat comprime et la loi triche,
l'impôt saigne le malheureux.
Nul devoir s´impose au riche,
le droit du pauvre est un mot creux.
C'est assez languir en tutelle,
l'égalité veut d'autres lois:
Pas de droits sans devoirs, dit-elle,
égaux, pas de devoirs sans droits!
Hideux dans leur apothéose,
les rois de la mine et du rail
ont-ils jamais fait autre chose
que dévaliser le travail?
Dans les coffres-forts de la banque
ce qu'il a créé s'est fondu.
En décrétant qu'on le lui rende
le peuple ne veut que son dû.
Les rois nous soûlent de fumées,
paix entre nous, guerre aux tyrans.
Appliquons la grève aux armées,
crosse en l'air et rompons les rangs!
S'ils s'obstinent, ces cannibales
a faire de nous des héros,
ils sauront bientôt que nos balles
son pour nos propes généraux.
Ouvriers, paysans, nous sommes
le grand parti des travailleurs.
La terre n'appartient qu'aux hommes,
l'oisif ira loger ailleurs.
Combien de nos chairs se repaissent?
Mais, si les corbeaux, les vautours
un de ces matins disparaissent,
le soleil brillera toujours.

Versión española hasta la Segunda República, actualmente mantenida por el Partido Comunista de España
¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.
Del pasado hay que hacer añicos.
¡Legión esclava en pie a vencer!
El mundo va a cambiar de base.
Los nada de hoy todo han de ser.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional. (Bis)
Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.
Para hacer que el tirano caiga
y el mundo siervo liberar,
soplemos la potente fragua
que el hombre libre ha de forjar.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional. (Bis)
La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor;
nos da derechos irrisorios
no hay deberes del señor.
Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser:
"No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber".
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la Internacional. (Bis)
Versión latinoamericana y de los socialistas en España desde la Transición
Arriba los pobres del mundo
En pie los esclavos sin pan
alcémonos todos al grito: (en otra versión: y gritemos todos unidos

¡Viva la Internacional!
Removamos todas las trabas
que oprimen al proletario, (en otra versión: que nos impiden nuestro bien,)
cambiemos el mundo de base
hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos,
en la lucha final,
y se alzan los pueblos
por la Internacional. (Bis)
El día que el triunfo alcancemos
ni esclavos ni dueños habrá,
los odios que al mundo envenenan
al punto se extinguirán.
El hombre del hombre es hermano
derechos iguales tendrán
la Tierra será el paraíso,
patria de la Humanidad (en otra versión: de toda la Humanidad).
Agrupémonos todos
en la lucha final.
Y se alzan los pueblos
por la Internacional.
Agrupémonos todos
en la lucha final.
Y se alzan los pueblos ¡con valor!
por la Internacional.
En otra versión:
Que la tierra de todos sus frutos
dicha y paz a nuestro hogar,
que el trabajo sea el sostén que a todos
de su abundancia hará gozar.
La Internacional anarquista
¡Arriba los pobres del mundo!
¡En pie los esclavos sin pan!
Alcémonos todos, que llega
La Revolución Social.
La Anarquía ha de emanciparnos
de toda la explotación.
El comunismo libertario
será nuestra redención.
Agrupémonos todos
a la lucha social.
Con la FAI lograremos
el éxito final.
Color de sangre tiene el fuego,
color negro tiene el volcán.
Colores rojo y negro tiene
nuestra bandera triunfal.
Agrupémonos todos
a la lucha social.
Con la FAI lograremos
el éxito final
Los hombres han de ser hermanos,
cese la desigualdad.
La Tierra será paraíso
libre de la Humanidad.
Agrupémonos todos
a la lucha social.
Con la FAI lograremos
el éxito final
Agrupémonos todos
a la lucha social.
Con la FAI lograremos
el éxito final.

 

 

 

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