Para el P. Paul Karam, director de Caritas Líbano, la emergencia de los refugiados se puede resolver sólo con la paz en Siria. Se necesita de un diálogo político sin excluir a nadie, ni siquiera a Bashar Assad. El número de refugiados presente en el país de los cedros es equivalente al 50% de la población. Es como si Italia recibiese a 30 millones de refugiados. Los países del Golfo están cerrados a la acogida. Sus donaciones se destinan sólo a los musulmanes.
(Asia News/InfoCatólica) Para frenar el flujo de los refugiados el problema es uno solo: resolver la cuestión de la guerra en Siria». Y para encontrar una paz verdadera «que no sea un fracaso desde el inicio» se necesita no excluir a nadie de la mesa de negociaciones, ni siquiera a Bashar Assad.
El P. Paul Karam, director de Caritas Líbano va directo al grano, partiendo de la experiencia que él y los libaneses tienen al enfrentar la emergencia de los refugiados. En más de cuatro años, el Líbano hospedó a casi 1,5 millones de refugiados sirios y debe enfrentar los desequilibrios demográficos, económicos, políticos y de seguridad que todo ello comporta. Para él, la comunidad internacional está ante todo indiferente, cerrando los ojos frente a la venta de armas y la financiación de los terroristas. Y también es incapaz de trabajar para el bien común, dejando que cada país se mueva en el tablero de Medio Oriente por sus propios intereses y no por el bien común. El Consejo de Europa es simple: se necesita encontrar un camino para la paz en Siria, sin excluir a nadie.
A continuación la entrevista que el p. Paul Karam ha concedido a Asia News (B.C.)
En cuanto al resto, entiendo muy bien a lo que se enfrentan algunos países europeos con el flujo continuo de personas que huyen de la guerra. Nosotros estamos viviendo este drama desde hace ya cuatro años y aún estamos sumergidos en él.
El Líbano tiene más de un millón y medio de refugiados provenientes de Siria. Los registrados son 1,2 millones, pero están también los no registrados. A éstos hay que agregar al menos medio millón de palestinos. Por lo tanto hay casi más de dos millones de refugiados ¡para los 4,5 millones de su población total! Es como si Italia, en vez de 150 mil, debiera hospedar ¡30 millones de prófugos! Líbano está llevando a cabo un gesto realmente heroico recibiendo a todas estas personas, sobre todo si hacemos una comparación con otros países que tiene territorio, posibilidades económicas y demográficas mucho más amplias y ricas.
El problema se prolonga también al futuro: la llegada de un gran número de refugiados lleva a cimbronazos y desequilibrios en la demografía, la seguridad, la economía y la política…
No es sino dentro de algunos años, que Europa tendrá que enfrentar los problemas que devendrán, como, por ejemplo, el crecimiento de la delincuencia (como de hecho ya está sucediendo en el Líbano). No se puede seguir adelante así, encontrando dinero para financiar armas, enfrentamientos, etc. Y no pudiendo encontrar el modo para frenar todas estas guerras en Medio Oriente.
Nosotros en Caritas ayudamos a todos, a cristianos y a musulmanes. Los países de Golfo hacen donaciones a fundaciones islámicas, que luego son distribuidas a los musulmanes necesitados.
Hace algunos días leía en un periódico que «Arabia Saudita acogió 500 refugiados», pero éstos en realidad eran sólo migrantes por razones económicas, y por lo tanto trabajadores y no refugiados.
Es necesario aclarar quiénes son los refugiados. El Papa Francisco lo aclara bien: debemos acoger a los extranjeros, pero según nuestra capacidad y las capacidades del país. Hasta Alemania ha tenido que bloquear el flujo de refugiados porque sus estructuras están a punto de colapsar...¿y qué debería decir el Líbano, que ya tiene aquí, en su territorio, una población de refugiados sirios equivalente a un tercio de su población?
La comunidad internacional hace cuatro años que dice: No se preocupen, los ayudamos. Pero esto no resuelve nada. Es necesario intentar tratativas con Assad y dialogar para procurar terminar esa guerra, buscando la paz más adecuada.
Si desaparece el régimen de Assad, los problemas siguen siendo: ¿quién está vendiendo armas en Medio Oriente? ¿Quién está vendiendo el petróleo de Daesh a través de Turquía? ¿Quién está financiando a las milicias fundamentalistas? En esta guerra, cada país parece tener un interés particular. Y el Líbano y Jordania son víctimas. A nosotros nos toca resolver el problema de cómo alimentar a todos estos refugiados, la búsqueda de escuelas para ellos, cómo medicarlos, cómo encontrar los kits de higiene.... Y la comunidad internacional que dice: Lo sentimos, no disponemos de los fondos, arréglenselas.
Es urgente resolver el problema de la guerra, poniéndose alrededor de una mesa, sin excluir a nadie, y encontrar la verdadera paz. Espero que la comunidad internacional busque el bien común y no el bien de una u otra potencia. Medio Oriente se está ahogando y necesita una paz verdadera y que no esté condenada al fracaso desde el inicio.
El P. Paul Karam, director de Caritas Líbano va directo al grano, partiendo de la experiencia que él y los libaneses tienen al enfrentar la emergencia de los refugiados. En más de cuatro años, el Líbano hospedó a casi 1,5 millones de refugiados sirios y debe enfrentar los desequilibrios demográficos, económicos, políticos y de seguridad que todo ello comporta. Para él, la comunidad internacional está ante todo indiferente, cerrando los ojos frente a la venta de armas y la financiación de los terroristas. Y también es incapaz de trabajar para el bien común, dejando que cada país se mueva en el tablero de Medio Oriente por sus propios intereses y no por el bien común. El Consejo de Europa es simple: se necesita encontrar un camino para la paz en Siria, sin excluir a nadie.
A continuación la entrevista que el p. Paul Karam ha concedido a Asia News (B.C.)
- Europa está enfrentando una crisis propia de una época con todos los refugiados- en su mayoría sirios- que golpean a sus puertas. Hay generosidad, pero también deficiencias y cerrazón. Muchos se lamentan de que los refugiados son demasiados. ¿Cómo es la comparación con el Líbano?
En lo que se refiere a la polémica sobre los refugiados, me permito decir en seguida que para frenar el flujo de los refugiados el problema es uno solo: resolver la cuestión de la guerra en Siria. Si frenamos la guerra y el tráfico de armas, la financiación al terrorismo, todo puede ser controlado. Es un problema que la comunidad internacional debe asumir.En cuanto al resto, entiendo muy bien a lo que se enfrentan algunos países europeos con el flujo continuo de personas que huyen de la guerra. Nosotros estamos viviendo este drama desde hace ya cuatro años y aún estamos sumergidos en él.
El Líbano tiene más de un millón y medio de refugiados provenientes de Siria. Los registrados son 1,2 millones, pero están también los no registrados. A éstos hay que agregar al menos medio millón de palestinos. Por lo tanto hay casi más de dos millones de refugiados ¡para los 4,5 millones de su población total! Es como si Italia, en vez de 150 mil, debiera hospedar ¡30 millones de prófugos! Líbano está llevando a cabo un gesto realmente heroico recibiendo a todas estas personas, sobre todo si hacemos una comparación con otros países que tiene territorio, posibilidades económicas y demográficas mucho más amplias y ricas.
El problema se prolonga también al futuro: la llegada de un gran número de refugiados lleva a cimbronazos y desequilibrios en la demografía, la seguridad, la economía y la política…
No es sino dentro de algunos años, que Europa tendrá que enfrentar los problemas que devendrán, como, por ejemplo, el crecimiento de la delincuencia (como de hecho ya está sucediendo en el Líbano). No se puede seguir adelante así, encontrando dinero para financiar armas, enfrentamientos, etc. Y no pudiendo encontrar el modo para frenar todas estas guerras en Medio Oriente.
- No todos los países de la región son tan hospitalarios como el Líbano
Es cierto: ¿como es posible que sólo algunos países europeos deban acoger a los refugiados? Los países del Golfo, Arabia Saudita jamás aceptaron acogerlos. En una pregunta que la comunidad internacional debe hacerse. No nos podemos contentar con dar solamente dinero para ayudar a un país que hospeda a los refugiados , lavándonos luego las manos.Nosotros en Caritas ayudamos a todos, a cristianos y a musulmanes. Los países de Golfo hacen donaciones a fundaciones islámicas, que luego son distribuidas a los musulmanes necesitados.
Hace algunos días leía en un periódico que «Arabia Saudita acogió 500 refugiados», pero éstos en realidad eran sólo migrantes por razones económicas, y por lo tanto trabajadores y no refugiados.
Es necesario aclarar quiénes son los refugiados. El Papa Francisco lo aclara bien: debemos acoger a los extranjeros, pero según nuestra capacidad y las capacidades del país. Hasta Alemania ha tenido que bloquear el flujo de refugiados porque sus estructuras están a punto de colapsar...¿y qué debería decir el Líbano, que ya tiene aquí, en su territorio, una población de refugiados sirios equivalente a un tercio de su población?
La comunidad internacional hace cuatro años que dice: No se preocupen, los ayudamos. Pero esto no resuelve nada. Es necesario intentar tratativas con Assad y dialogar para procurar terminar esa guerra, buscando la paz más adecuada.
- La cuestión de los refugiados está muy ligada a Assad: diversos países europeos (como Francia o Gran Bretaña) muestran el drama de los refugiados culpabilizando (sólo) a Assad por esta situación. Lo mismo hacen los países del Golfo. Incluso la Organizacion para la Cooperación Islámica concluye que «la plaga de refugiados existe por culpa de Assad».
Es necesario mirar toda la situación, y cuál es el camino que puede resolver la guerra en Siria. Ya hemos visto cuál ha sido el resultado de la guerra en Irak ; y el de la guerra de Libia; el resultado de las revoluciones en Egipto y en Túnez …. yo no entiendo cómo es posible que la comunidad internacional no comprenda que no basta con cambiar el líder, no basta con sacar del medio a Assad para que las cosas marchen bien en Siria. ¿Quién vendrá después de él? Es importante que la comunidad internacional también se pregunte por el futuro de estos países.- ¿Cuáles son las verdaderas emergencias?
Operamos en condiciones muy difíciles. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados ha reducido la ayuda por falta de fondos; Lo mismo hizo el World Food Programme… ¿Cómo se puede pensar que un pequeño país como el Líbano pueda resolver este gran problema? No se puede seguir adelante. La comunidad necesita hacer frente a la situación. Y la solución es el camino de la paz, la negociación, sin excluir a nadie, ni siquiera a Assad. Después de Assad ¿quíen viene? ¿Daesh? ¿El grupo que ha matado a muchos cristianos y musulmanes y que produjo su éxodo de Mosul y de la llanura de Nínive? ¿Ésta sería la solución? ¿Ésta sería la primavera árabe?Si desaparece el régimen de Assad, los problemas siguen siendo: ¿quién está vendiendo armas en Medio Oriente? ¿Quién está vendiendo el petróleo de Daesh a través de Turquía? ¿Quién está financiando a las milicias fundamentalistas? En esta guerra, cada país parece tener un interés particular. Y el Líbano y Jordania son víctimas. A nosotros nos toca resolver el problema de cómo alimentar a todos estos refugiados, la búsqueda de escuelas para ellos, cómo medicarlos, cómo encontrar los kits de higiene.... Y la comunidad internacional que dice: Lo sentimos, no disponemos de los fondos, arréglenselas.
Es urgente resolver el problema de la guerra, poniéndose alrededor de una mesa, sin excluir a nadie, y encontrar la verdadera paz. Espero que la comunidad internacional busque el bien común y no el bien de una u otra potencia. Medio Oriente se está ahogando y necesita una paz verdadera y que no esté condenada al fracaso desde el inicio.
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