La experiencia de ser refugiado o refugiada es una de
las más significativas en la historia de la humanidad. Por lo general, cada
país, cada pueblo, ha sido refugiado y ha recibido refugiados. La dialéctica de
ambas situaciones ha moldeado la historia y ha marcado la identidad de las
naciones y de vuestro cultura, de vuestro memoria histórica, de vuestro ser
colectivo, de vuestro religión.
Nuestra tradición cristiana.
En la Biblia se
registran estas experiencias en diversos momentos, en diversos libros. La
Biblia narra la historia de un pueblo que camina hacia vuestro liberación. Y en
este caminar conoce la experiencia del destierro, de la persecución política,
del cautiverio, de buscar y encontrar refugio.
He seleccionado tres situaciones para ilustrar este
punto.
La primera la encontramos en Deuteronomio 10,
versículos del 16 al l9. Y es un mandato de Yahvé a partir de la experiencia
del éxodo y de caminar por el desierto hacia la tierra prometida. Es un mandato
categórico trasmitido por Moisés. Se pretende evitar la creación de una
sociedad basada en la explotación. Y dice lo siguiente:
"Poned en vuestro corazón la marca del pacto...
porque el Señor vuestro Dios es el dios de dioses y el Señor de señores... que
ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre vosotros. Vosotros,
pues, amen al extranjero, porque también vosotros fueron extranjeros en Egipto.
" Dios nos manda amar, alimentar y vestir al
extranjero, al refugiado. Amar, alimentar y vestir. El mandato es muy claro.
La segunda lectura trata sobre la situación de los
refugiados, se encuentra en el salmo 137, que lleva el titulo de Junto a los
ríos de Babilonia. Los refugiados vivían en Babilonia añorando, soñando,
pensando en Israel. Si uno ha sido refugiado este poema le toca fuertemente. Es
un poema esplendido. Dice lo siguiente:
"Sentados junto a los ríos de Babilonia
llorábamos al
acordarnos de Sion. En los álamos que hay en la ciudad colgábamos nuestras
arpas. Allí, los que nos habían llevado cautivos
los que todo
nos lo habían arrebatado.
Nos pedían que
cantáramos con alegría
¡que les
cantáramos canciones de Sion!
¿Cantar nosotros canciones del Señor en tierra
extraña?
¡Si llego a olvidarte Jerusalén, que se me seque la mano
derecha!
¡Que se me
pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no te pongo, Jerusalén, por
encima de mi propia alegría!
¡Tu, Babilonia,
serás destruida! ¡Feliz el que te de tu merecido por lo que nos hiciste!"
En tercer lugar, deseo compartirles la experiencia de
Jesús de Nazaret.
Una experiencia de persecución. Jesús fue un refugiado
cuando era niño. Pienso que esto le ayudo a ser
Jesús. Junto con sus padres vivió la experiencia de
ser refugiado en Egipto. Me permito citar a Mateo, capitulo 2, versículos del
13 al 15: Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció
en sueños a José, y le dijo\": Levántate, toma al niño y a vuestro madre,
y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar
al niño para matarlo.\"José se levanto, tomo al niño y a vuestro madre, y
salió con ellos de noche camino de Egipto. Nuestra identidad - Esta es nuestra tradición
cristiana, nuestras fuentes. Y esta muy vinculada a nuestra historia como
pueblo. El Salvador desde vuestros raíces es un pueblo de refugiados. Es parte
de nuestra identidad como pueblo. Lo somos desde nuestros orígenes indígenas.
Anduvimos
errantes
años, años, anduvimos
errantes
la ventisca el
granito los violentos vendavales
las grandes bestias devoradoras
nada pudo detener nuestros pasos
cruzamos ríos montes
abismos de
terror
cumbres a las que nadie se atreviera antes
en tierra,
arena roca dejamos hondas huellas junto al mar caminamos
sobre las altas sierras
de día caminamos de noche
sin detenernos
caminamos
naciendo y caminando
soñando y
caminando
pariendo y
caminando
caminamos cantando y caminando
nada pudo
detener nuestros pasos
con nuestra
casa a cuestas enterrando fechas
estableciendo
muertos
caminando con
el sol en los ojos
sudorosos
hambrientos
caminando
llenos de sueño
heridos por la
sed
sin luna
tropezando duros de frío
caminando
de grito en grito estableciendo el rumbo
caminando
dolor afuera
caminando
directos al
destino
caminando
creciendo en
esperanza
caminando años,
años, años caminando,
caminando,
caminando.
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