miércoles, 11 de mayo de 2016

Los talibanes asesinan en Pakistán a Khurram Zaki, periodista defensor de las minorías religiosas.

(Asia News) Hemos perdido a «una gran voz de se batía por los derechos de las personas marginadas». Con estas palabras Cecil Chaudry, director de la Comisión episcopal de Justicia y Paz Pakistán, expresa su dolor por el asesinato de Khurram Zaki, periodista y activista chií. Zaki, de cuarenta años y director del sitio de información «Le tus buildPakistan», fue asesinado por disparos de armas de fuego el pasado 7 de mayo.
Zaji se encontraba en un restaurante del sector 11-G de Karachi cuando, hacia medianoche, varios terroristas han abierto fuego matándolo e hiriendo a dos personas que estaban con él.
El grupo talibán Hakeemullah reivindicó el asesinato, justificándolo como represalia contra la toma de posición de Zaki en relación con Maulana Abdul Aziz, Khateeb (predicador) de la mezquita roja de Islamabad. El periodista había organizado manifestaciones de protesta contra el líder islámico que no había querido condenar la masacre de la escuela militar de Peshawar del 17 de diciembre de 2014, en el cual murieron ciento treinta y cuatro niños y nueve adultos.
Khurram Zaki era conocido por sus batallas en favor de todas las minorías perseguidas en Pakistán, entre ellas la cristiana. Muchas veces había continuado los continuos ataques a las comunidades católicas y protestantes en la arquidiócesis de Karachi: «Se había hecho conocer- continúa Chaudry- por haber llevado la cruz durante algunas manifestaciones y por estar siempre al lado de los sacerdotes, en modo especial al arzobispo de la ciudad mons. Joseph Coutts»
El año pasado, siempre en Karachi, la activista Sabeen Mahmud fue asesinada mientras conducía su auto. También ella había criticado al predicador de la mezquita roja. En mayo de 2014, el abogado por los derechos humanos Rashid Rehman Khan fue asesinado por hombres no identificados.
Irfan Mufti, director de la Ong «South Asia Partenership-Pakistan», afirma: «Hemos perdido muchos; los defensores de los derechos humanos son amenazados, mientras los periodistas son atacados desde hace muchos años». «El Estado fracasó en el protegernos y quizás se convirtió en víctima complaciente- Zaki es una gran pérdida para nuestro país, mientras escuchamos grandes proclamas por la seguridad nacional pero ningún hecho concreto».
Saeeda Deep, fundadora del Instituto para la paz y los estudios seculares, pide justicia para todos los homicidios no castigados: «Nos están matando uno a uno, ahora puedes contar a los activistas con los dedos de una mano». «Muchos están dejando el país: somos un blanco fácil.» «Ya no se puede tener un debate fundado en la lógica, porque la gente está obligada a callar y reina la apatía general».

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