jueves, 28 de julio de 2011

Hambre e hipocresía. ¡hace dos años! las organizaciones humanitarias (entre ellas la Iglesia Católica),empezaron a denunciar que la situación empeoraba día a día.

MADRID, 27 Jul. (OTR/PRESS) -


La FAO ha celebrado una reunión urgente el pasado fin de semana para debatir qué hacer ante la tragedia que viven millones de personas en el Cuerno de África. La FAO no ha dicho qué va a hacer aunque se ha comprometido a dar "una respuesta inmediata y adecuada". No hay prisa. Seguramente no sabían qué es lo que estaba pasando meses atrás ni tenían información sobre los miles de refugiados ni sobre el medio millón de niños que está en "inminente riesgo de muerte", a pesar de que ¡hace dos años! las organizaciones humanitarias empezaron a denunciar que la situación empeoraba día a día.

El Banco Mundial se ha comprometido ahora a destinar 350 millones -25 de los cuales los aportará España- pero para muchos llegarán tarde. Ya habrán muerto. La mayoría de los niños está en la fase 4 de malnutrición, es decir que han pasado por la 1, la 2 y la 3 sin que nadie moviera un dedo y tienen tan sólo un cuarenta por ciento de posibilidades de sobrevivir. Pero hasta ahora no les veíamos. No existían.

La guerrilla islamita Al Shabab niega que exista hambre en la zona, bloquea la escasa ayuda humanitaria que llega e impide que se reparta. Las imágenes que envían los fotógrafos y los reportajes que emiten las televisiones vuelven a ser la más terrible de las denuncias. Pero los ejércitos occidentales siguen en Libia intentando acabar con el dictador, ignorando la tragedia del sur de Somalia. Y la de Etiopía, que ya sufrió un millón de muertos en 1990 por la hambruna. Y la de Kenia. ¿Dejaremos que todos ellos mueran?

Somalia sufre la mayor sequía de los últimos sesenta años, una fuerte subida del precio de los alimentos, la inexistencia de un Estado, una guerra civil enquistada, millón y medio de desplazados Pero eso no ha sido de repente. Los sabían las ONGs, los países de alrededor, los organismos internacionales, los Gobiernos occidentales, libres y prósperos, a pesar de la crisis: Seguramente lo sabíamos todos. Y nadie ha hecho nada.

Ahora han llegado los periodistas y las cámaras de televisión y gracias a ellos no podemos eludir la verdad de una terrible situación. Hasta que se vayan. Durante días o, tal vez, semanas, tendremos las imágenes en las portadas y en los telediarios, crecerán las cuentas bancarias que abrirán las ONGs y todos nos doleremos de esa terrible indignidad. Y luego, ¿qué? Habrá otros asuntos. Se quedarán algunos cooperantes de Médicos sin Fronteras, Acción contra el Hambre o ACNUR y los misioneros que ya estaban y que seguirán estando como en tantos otros lugares. Y no volveremos a hablar de la hambruna en África, de unos países sin futuro, de miles de niños condenados a muerte. Vergüenza e hipocresía de una sociedad rica a pesar de la crisis, instalada en la opulencia frente a decenas de miles de niños que no tienen nada. Ni la esperanza de sobrevivir. francisco.muro@planalfa.es

1 comentario:

  1. Andrés Aberaturi
    La hambruna declarada.
    MADRID, 26 Jul. (OTR/PRESS) -

    "El Cuerno de África sufre la peor sequía en los últimos 60 años, una situación que amenaza a más de doce millones de personas en Somalia, donde la hambruna fue declarada la semana pasada por Naciones Unidas". Hasta aquí la noticia mientras el nuevo presidente de Extremadura reducía la flota de coches oficiales de 1.623 a tan solo 200, mientras la cuentas del CAM reavivaban la polémica sobre la verdad de nuestro sistema financiero o mientras se de barajaban cifras de lo que iban a costar los últimos fichajes de algunos clubes de fútbol.

    Pero al margen de estas intencionadas y demagógicas noticias que he unido con la peor/mejor de las intenciones, está el hecho de que la hambruna sea ya una realidad que se declare solemnemente por Naciones Unidas. Es ridículo y esperpéntico y soy consciente de que las cosas sean así y hasta en nuestro país es un consejo de ministros quien declara zona catastrófica a una región asolada por una desgracia. Pero te imaginas a los representantes de Naciones Unidas, condecorados y con grandes bandas declarando solemnemente la hambruna en el Cuerno de África y es como uno de aquellos chistes terribles de Chumi, aquel genio.

    Doce millones de personas muriéndose de hambre, de guerra y de olvido. Doce millones de seres humanos -y son muchos más porque estas son solo cifras oficiales- que ni siquiera existen para las agencias de rating a no ser como posible mercado de armas o petróleo. En un comunicado, el Banco Mundial ha anunciado que entregara 500 millones de dólares como ayuda inmediata pero que hace falta más dinero y, sobre todo, ayudar a estos países a desarrollar su propia agricultura.

    Lo del Cuerno de África es una vergüenza global. La crisis endémica alimentaria, afecta en esa zona a más de 35 millones de personas y el problema no sólo no se resuelve nunca sino que va empeorando cada año. Las guerras civiles y tribales van diezmando una población aterrorizada y hambrienta que se desplaza a ninguna parte y en la que los niños se mueren por docenas cada día. Son niños como los nuestros, niños inocentes, niños como su nieto o el mío pero que apenas van a vivir unas horas. Y ya se sabe que va a ser así. Es previsible y hasta cuantificable. Y no pasa nada.

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