domingo, 11 de diciembre de 2011

Los cristianos de Beit Jala rezan para detener el muro en Belén.

Los cristianos de Beit Jala participaron en una misa al aire libre para rezar juntos contra la decisión de Israel de confiscar una parte de las tierras de la ciudad. Se trata de extender el muro de separación en la entrada del valle de Cremisan.


Para protestar contra esta decisión, los fieles se reunieron con el párroco de Beit Jala, padre Ibrahim Shomali, y el padre Mario Corniole en una misa al aire libre. De hecho, en septiembre, un comité israelí aprobó un plan para construir 1.100 nuevas viviendas en la ladera sur de Gilo. Con ello, el trazado del muro exige “la confiscación de tierras pertenecientes al pueblo cristiano y la iglesia cristiana”, informa un comunicado de la parroquia. La idea es simple: protestar no con la violencia, sino con la oración. En la misma declaración, el párroco y los cristianos de Beit Jala denuncian “la confiscación de la última zona verde de Beit Jala (distrito de Belén)” por Israel, y considera “la anexión de las tierras más hermosas de Belén un ataque directo contra el pueblo palestino y, en particular, contra los cristianos palestinos”.

Y, apelando a los miembros del Cuarteto para Oriente Medio (integrado por Naciones Unidas, la Federación de Rusia, los Estados Unidos de América y la Unión Europea) y al resto de la comunidad internacional, la parroquia de Beit Jala solicita al gobierno encabezado por el presidente Mahmoud Abbas, al Patriarcado Latino y a la sociedad civil que hagan “todo lo posible para mantener la tierra en manos de sus legítimos propietarios”.

Se cita también la declaración del Sínodo de Oriente Medio del año pasado en favor de la presencia cristiana en Tierra Santa: “Es un deber de la Iglesia apoyar nuestra presencia. Por tanto, solicitamos a la Santa Sede y al papa Benedicto XVI que actúen de inmediato y utilicen todos los medios posibles para proteger a nuestro pueblo”.

La santa misa se celebró en un olivar que será talado y arrancado. Como recordó el padre Mario Corniole, las aceitunas fueron los testigos mudos del sufrimiento y la agonía de Jesús en Getsemaní. Por eso, los feligreses de Beit Jala, apegados a su tierra y a sus olivos, se reunirán todos los viernes en ese “Gethésménai”, donde todavía viven con miedo; pero, también, con la esperanza de que se respetarán sus tierras…

Tomado de la web del patriarcado latino de Jerusalén

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