Cien seminaristas chinos rechazan el nombramiento de un político como su vicerrector.

(UcaNews/Aci) El pasado 11 de noviembre las autoridades de la oficina de Asuntos Religiosos y Étnicos de Hebei decidió que uno de sus jefes de sección, Tang Zhaojun, se convertiría en el Vicerrector del mencionado seminario, designación realizada sin consultar a las autoridades de la Iglesia local.

Por esa razón los seminaristas y profesores se declararon en huelga desde el 15 de noviembre. Con este nombramiento, explica la fuente consultada por UCAnews, "un vicerrector tiene el derecho de involucrarse en la administración del seminario. Esto podría generar como resultado que ninguna diócesis envíe a sus seminaristas a este centro de formación". Los seminaristas esperan que se reúna la junta a cargo del seminario para revisar la decisión.



El jueves 2 de diciembre los 100 seminaristas protestaron en silencio y de forma pacífica ante la oficina de Asuntos Étnicos y Religiosos de Hebei, exigiendo la revocatoria del nombramiento, pero aún no se ha tomado ninguna decisión al respecto. Esta protesta, explica uno de los seminaristas "fue decisión de los estudiantes" y no tiene nada que ver con los sacerdotes o los obispos. "De otra forma, los funcionarios políticos los presionarían y tendríamos que protegerlos". Otro de los alumnos afirmó que está preparado para las consecuencias de esta protesta.



Difícil situación

Con la reciente ordenación cismática de un obispo el pasado 20 de noviembre en la diócesis de Chengde, en Hebei, rechazada por el Vaticano por no tener permiso del Papa, otra fuente consultada por UCAnews expresa tener pocas esperanzas de que esta situación se vaya a revertir.



China permite el culto católico únicamente a la Asociación Patriótica Católica China, subalterna del Partido Comunista de China, y rechaza la autoridad del Vaticano. La Iglesia Católica, fiel al Papa y clandestina en China, es perseguida permanentemente.



Las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano se rompieron en 1951, dos años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron a los clérigos extranjeros.