Negocios manchados con sangre: el nuevo nazismo europeo.

(Navarra Confidencial/InfoCatólica) Según el Boletín Oficial del Registro Mercantil, Cannaregio SL se constituyó el 30 de noviembre del año pasado y su objeto social es “la intermediación y coordinación en las actividades propias de una clínica ginecológica, a través de personal debidamente cualificado. La compra, venta y alquiler de todo tipo de inmuebles”.
Como se puede comprobar en la nota del propio Ayuntamiento de Ansoáin, aparecida en el bloque en el que se instalará próximamente la clínica, en el caso que nos ocupa se trata de la apertura de un “centro sanitario de interrupción voluntaria del embarazo”.
Un negocio de 45 millones de euros declarados que podría ser el doble o el triple

Según los propios datos del Ministerio de Sanidad, sólo una pequeña minoría de los abortos en toda España se realizan en centros públicos. Esto significa que, pese a las proclamas abortistas de algunas fuerzas políticas navarras, el aborto en España constituye casi en su totalidad un negocio privado. La consulta de las tarifas de cualquier clínica abortista, teniendo en cuenta los plazos más habituales en los que se realizan y el número total de abortos (11.482 en 2009), permite cifrar en al menos 45 millones de euros el volumen total en España de la cifra de negocio del aborto que fuera de los datos oficiales puede duplicar o triplicar esa cifra.

Teniendo en cuenta que los abortos llevados a cabo por navarras no superan los 700 casos, la cifra de negocio en Navarra para la clínica del doctor Gurrea podría rondar desde 280.000 euros .

Apoyo de la consejería de Salud

María Kutz, consejera de Salud del gobierno foral navarro, explicó ayer que su departamento tiene tres meses para estudiar la solicitud y, si cumple con los requisitos, "sin ninguna duda se autorizará".

El propietario de la clínica asegura que desde que el pasado 24 de febrero presentó la documentación solo ha recibido “apoyo, facilidades y buena educación” por parte del departamento de Kutz. “Pertenece a un Gobierno serio”, que “como no puede ser de otra forma, cumplirá la ley, le guste más o menos”.