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viernes, 30 de octubre de 2015

Todo se distribuye con equidad, no hay pobres ni mendigos y aunque nadie posee nada todos sin embargo son ricos. ¿Puede haber alegría mayor ni mayor riqueza que vivir felices sin preocupaciones ni cuidados?

Para meditar (De la Utopia de Tomas moro. Publicada en 1516).
" Conclusion final
Os he descrito con la mayor sinceridad el modo de ser de su República a la que considero no sólo la mejor, sino la única digna de llevar tal nombre. Porque en otros sitios los que hablan de la República lo que buscan es su interés personal. Pero en Utopía, como no hay intereses particulares, se toma como interés propio el patrimonio público; con lo cual el provecho es para todos.
En otras repúblicas todo el mundo sabe que si uno no se preocupa de sí se moriría de hambre, aunque el Estado sea floreciente. Eso le lleva a pensar y obrar de forma que se interese por sus cosas y descuide las cosas del Estado, es decir, de los otros ciudadanos. En Utopía, como todo es de todos, nunca faltará nada a nadie mientras todos estén preocupados de que los graneros del Estado estén llenos. Todo se distribuye con equidad, no hay pobres ni mendigos y aunque nadie posee nada todos sin embargo son ricos. ¿Puede haber alegría mayor ni mayor riqueza que vivir felices sin preocupaciones ni cuidados? Nadie tiene que angustiarse por su sustento, ni aguantar las lamentaciones y cuitas de la mujer, ni afligirse por la pobreza del hijo o la dote de la hija. Afrontan con optimismo y miran felices el porvenir seguro de su mujer, de sus hijos, nietos, bisnietos,
tataranietos y de la más dilatada descendencia. Ventajas que alcanzan por igual a quienes antes trabajaron y ahora están en el retito y la impotencia como a los que trabajan actualmente.
Bien quisiera que alguien midiera este sentido de justicia con el que rige en otras partes. Yo tengo que confesar que apenas he encontrado un leve rastro de justicia y equidad en ninguna de ellas. ¿Qué justicia es la que autoriza que un noble cualquiera, un orfebre, un usurero o cualquier otro que no hacen nada o hacen cosas contrarias al Estado, puedan llevar una vida regalada sin mover un dedo. o en negocios sucios y sin responsabilidad? Entre tanto el criado, el cochero, el artesano, el labriego andan metidos en trabajos que no aguantarían ni los animales por lo duros y al mismo tiempo tan necesarios que sin ellos la República se vendría abajo antes de un año. Apenas les llega para alimentarse malamente y llevan vida peor que la de las mismas bestias. Estas, al menos no soportan trabajo tan continuo; aunque les den peor comida la soportan más fácilmente y además no tienen las preocupaciones del futuro. A todos estos los mata el trabajo presente, tan estéril como infructuoso, y les desazona el pensamiento de su pobre ancianidad. Si no les llega para mal vivir, ¿cómo pueden ahorrar para su ancianidad?
¿No es injusta una sociedad que se vuelca con los llamados nobles, los manipuladores y los traficantes de cosas inútiles, aduladores y perezosos? Por el contrario deja en el olvido a los labradores, los carboneros, los braceros, - caballerizos y obreros sin cuyo trabajo no puede subsistir la república ni obtenerse bien alguno. ¿No es injusto abusar de su trabajo cuando están en pleno vigor y cuando el peso de los años, las privaciones y la enfermedad cae sobre ellos, condenarles a una muerte miserable sin tener en cuenta sus muchos desvelos y trabajos? ¿Qué podemos pensar de esos ricos que diariamente expolian al pobre? En realidad lo hacen al amparo, no de sus propias maquinaciones, sino amparándose en las mismas leyes. De esta manera, si antes parecía una injusticia no recompensar debidamente a quienes lealmente lo habían servido, estos tales se han ingeniado para sancionar legalmente esta injusticia con lo que la república viene a ser más aborrecida.
Cuando contemplo el espectáculo de tantas repúblicas florecientes hoy en día, las veo -que Dios me perdone-, como una gran cuadrilla de gentes ricas y aprovechadas que, a la sombra y en nombre de la república, trafican en su propio provecho. Su objetivo es inventar todos los procedimientos imaginables para seguir en posesión de lo que por malas artes consiguieron. Después podrán dedicarse a sacar nueva tajada del trabajo y esfuerzo de los obreros a quienes desprecian y explotan sin riesgo alguno. Cuando los ricos consiguen que todas estas trampas sean puestas en práctica en nombre de todos, es decir, en nombre suyo y de los pobres, pasan a ser leyes respetables.
Pero estos hombres despreciables que con su rapiña insaciable se apoderan de unos bienes que hubieran sido suficientes para hacer felices a la comunidad, están bien lejos de conseguir la felicidad que reina en la república utopiana. Allí la costumbre ha eliminado la avaricia y el dinero, y con ellos cantidad de preocupaciones y el origen de multitud de crímenes. Pues todos sabemos que el engaño, el robo, el hurto, las riñas, las reyertas, las palabras groseras, los insultos, los motines, los asesinatos, las traiciones, los envenenamientos son cosas que se pueden castigar con escarmientos, pero que no se pueden evitar. Por el contrario las elimina de raíz la desaparición del dinero que elimina al mismo tiempo el miedo, la inquietud, la preocupación y el sobresalto. La misma pobreza que parece que se basa en la falta de dinero, desaparece desde el momento en que aquel pierde su dominio
Quiero poner esto en claro con un ejemplo que vamos a examinar. Pensemos en un año malo y de poca cosecha en el. cual han perecido de hambre miles de hombres. Estoy seguro que, si al cabo de esta catástrofe se abren los graneros de los ricos, se encuentra en ellos tanta cantidad de grano que si se hubiera repartido entre todas las víctimas de la peste y el hambre no se habría enterado nadie de los rigores de la tierra ni del cielo. Nada más sencillo que alimentar a la humanidad. Pero el bendito dinero, inventado para lograr más fácilmente el camino del bienestar, es el cerrojo más duro que cierra la puerta del mismo.
Pienso que los ricos se dan cuenta de esto. Saben que no hay nada mejor que tener lo que se necesita. Sin abundar en superficialidades, es multiplicar disgustos vivir asfixiados por tantas riquezas.
Creo además que o bien por interés personal o por seguir la voz de Cristo, todo el mundo hubiera seguido hace tiempo las leyes de esta república utopiana. Cristo, dada su sabiduría, no pudo ignorar lo que más nos convenía, ni, dada su bondad, aconsejarnos lo más conveniente.
Pero se opone tenazmente nuestra soberbia, bestia maligna y madre de todos nuestros males. Su felicidad se mide no por el propio bienestar, sino por las desgracias de los otros. Dejaría incluso de ser diosa si desaparecieran los hombres sobre los que puede ejercer su dominio exultante. Su felicidad comprada con la desgracia de los otros se satisface mostrando unas riquezas que pisan y atormentan la pobreza ajena. Esta serpiente infernal se enrosca en los pechos de los hombres y les impide seguir el buen camino. Como una rémora los entretiene y los disuade. Está tan enraizada en los hombres que no es fácil extirparla.
Mucho me alegra que esta forma de gobierno que yo quisiera que la tuvieran todos, la hayan
conseguido al menos los utopianos. Basados en las instituciones que he descrito han fundado una república que se desarrolla no sólo prósperamente sino que, en cuanto se puede conjeturar humanamente, creo que ha de durar para siempre. Han sido eliminadas en ella las raíces de la ambición y las disensiones. No hay por lo mismo peligro de disturbios internos, que en más de una ocasión han echado por tierra las ciudades más ricas y sólidas. Lograda esta armonía interior y gracias a sus magníficas organizaciones la envidia de los reyes vecinos no ha sido capaz de derribar esta república ni aun siquiera conmoverla, caso que inútilmente intentaron ya algunas veces en tiempos antiguos.
Al terminar de hablar Rafael, me vinieron a la mente no pocas reflexiones sobre cosas que me parecían absurdas en sus leyes e instituciones. Por ejemplo, su modo de entender la guerra, sus creencias y religión y otros muchos ritos. Pero, sobre todo, lo que está en la base de todo ello, es decir, su vida y gastos comunes sin intervención alguna del dinero. Con ello se destruye la raíz de la nobleza, la magnificencia y el lujo, y la grandeza, cosas que en el común sentir constituyen el decoro y el esplendor de un Estado. Me di cuenta, sin embargo, que estaba bastante cansado de tanto hablar. No sabia, por otra parte, si aguantarla que opinásemos en contra de sus teorías, máxime que a lo largo de su relato ya se había manifestado contra quienes piensan no ser suficientemente discretos si no critican las invenciones ajenas. Así pues, le cogí de la mano y tras alabar su exposición y las costumbres de los utopianos le introduje en la casa para cenar. Le dije que tendríamos tiempo de discurrir con más profundidad sobre estos temas y discutir más Profusamente. ¡Ojalá. que algún día pueda realizarlo!
Entre tanto tengo que confesar que no puedo asentir a todo cuanto me expuso este docto varón, entendido en estas materias y buen conocedor de los hombres. También diré que existen en la república de los utopianos muchas cosas que quisiera ver impuestas en nuestras ciudades. Pero que no espero lo sean.
(Utopia de Tomas Moro Utopía, cuyo nombre original en latín es Libellus . . . De optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopiae (en español, Libro Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía) es un libro escrito por Tomás Moro y publicado en 1516).

viernes, 16 de octubre de 2015

P. Samir Youssef: «El invierno llega para los refugiados de Mosul. Necesitamos de su ayuda».


(Asia News/InfoCatólica) El P. Samir es párroco de la diocesis de Amadiya-Dohuc, en el norte del Kurdistan, donde encontraron la hospitalidad 3.500 familias cristianas, musulmanas y yazide que huyeron de Mosul y de la llanura de Nínive el año pasado, perseguidos por la violencia del Estado islámico. Gracias a su ayuda, explica el Padre Samir, «nos ayudan a mantenerlos en la esperanza de que nuestro Señor Jesucristo está con ellos, si han dejado todo en su nombre y por su amor, Él nunca los abandonará».
AsiaNews ha decidido apoyar los proyectos sugeridos por Padre Samir Youssef. Por lo tanto, invita a todos sus lectores y amigos a hacer donaciones en la forma mostrada en la campaña «Adopte un cristiano de Mosul» (Click aquí).
Estimado Padre Bernardo,
En primer lugar, me gustaría darle las gracias por lo que Ud. y AsiaNews están haciendo por nosotros y por nuestra causa: cuando hablais de nuestra tragedia, la tragedia de los refugiados cristianos y yazidis, nos ayudaiis a encontrar la solidaridad, a no sentirnos solos. Miles de personas que huyen sin nada vinieron aquí hace un año para escapar de una muerte segura; las raíces de nuestros hermanos cristianos en la llanura de Nínive, que datan del siglo I d.C., han sido eliminadas en cuestión de una noche.
Luego del primer acogimiento de emergencia para ayudar a las personas a escapar de la furia de Isis, nosotros, como Iglesia caldea local, desde hace un año venimos haciendo lo imposible: les damos comida, les damos alojamiento, ofrecemos medicinas y atención médica. De esta manera, los ayudamos a mantener la esperanza de que nuestro Señor Jesucristo está con ellos, siendo que ellos han dejado todo en su nombre y por amor a Él, Él no los abandonará jamás.
Pero nuestro objetivo es también mostrar que el amor de Dios es igual para todas las personas que estamos hospedando: no sólo hay cristianos (de todas las denominaciones), sino también yazidis y musulmanes. Y nosotros, para poder hacerlo, contamos con la caridad de la Iglesia Católica en el mundo, de nuestro patriarca de la Iglesia caldea Mar Louis Sako y con la buena voluntad de muchos cristianos y benefactores, como los lectores de AsiaNews.
Desde hace más de un año que vivimos en una situación difícil: las personas están sin trabajo y tenemos que darles no sólo alimentos, sino también «dinero en efectivo» para comprar pan y leche y para otras pequeñas necesidades, para ellos y para sus hijos. Cada tanto, tenemos cuentas que pagar (combustible, agua, electricidad). Nuestro trabajo diario no se limita únicamente a las necesidades de ayuda: nuestra misión como Iglesia es también confirmar en la fe a estas personas que son probadas y que desesperan, y alentarlas para que no tengan miedo.
Y ahora estamos a las puertas del invierno y nuestras preocupaciones son las siguientes:
1) Encontrar los medios para el transporte de los estudiantes a la escuela, así no perderán otro año escolar.
2) Dar a 200 familias el dinero para comprar ropa para sus hijos y otras necesidades que deben ser atendidas, especialmente en vista del invierno.
3) Comprar dos generadores de electricidad, para dos centros para refugiados, debido a que la corriente eléctrica se suministra sólo unas pocas horas al día y muchas veces no todos los días.
Nos encomendamos con confianza a su generosidad y le damos las gracias de antemano por la ayuda y apoyo. Oramos por ustedes, y les pedimos que hagan lo mismo por nosotros.
Saludos fraternales a ti, para la redacción de AsiaNews y todos los que nos ayudan.
Samir Yousif Al-Khoury

viernes, 26 de junio de 2015

Proponen sustituir en el Capitolio de EE.UU la imagen de Fray Junípero Serra por la de una astronauta lesbiana .

Los círculos laicistas han comenzado una campaña contra un español presente en el Capitolio de EEUU: el sacerdote y misionero franciscano Junípero Serra, que llevó la civilización a California y cuyo decreto de canonización firmó recientemente  el Papa.

La campaña la comenzó el miembro del Senado estatal de California Ricardo Lara, del Partido Demócrata y activista gay. Su propuesta consiste en sustituir en la Galería de Hombres Ilustres la estatua de quien fue beatificado en persona por Juan Pablo II en Los Ángeles en 1988 por otra que represente a Sally Ride, fallecida en 2012. Como explicó El País, se honraría así a dos minorías (sic): «Las mujeres en la ciencia y la comunidad LGTB», ya que los méritos de Ride consisten en haber sido primera mujer astronauta de la NASA y lesbiana, según declaraciones de su compañera, ya que murió sin revelar nada sobre sus preferencias sexuales.


(ACI Prensa) En declaraciones a ACI Prensa el 25 de junio, el profesor Carriquiry -el laico uruguayo con el cargo de más alto rango en el Vaticano- dijo que la decisión del Senado de California de sacar a Serra del Capitolio «es un sinsentido y por consiguiente es muy difícil que otras instancias del país apoyen semejante decisión»,
«No va a seguir adelante porque para ella se requiere muchos trámites, muchas decisiones ulteriores y es algo, obviamente, que va a quedar en los papeles», espera Carriquiry.
Las declaraciones de Guzmán Carriquiry se dan cuando el Senado de California ha anunciado que el martes 30 de junio los legisladores reabrirán el debate para retirar del Capitolio la imagen del sacerdote hispano y reemplazarla por la de Sally Ride, una fallecida astronauta gay, pese a que más de cincuenta mil personas han protestado ante esta medida.
Los organizadores de la campaña «Salvemos a Serra» www.salvemosaserra.com pidieron esta semana a los católicos contactar a los legisladores involucrados en esta decisión para solicitarles que se mantenga la imagen del sacerdote beatificado por San Juan Pablo II que será canonizado en septiembre durante el viaje que el Papa Francisco hará a Estados Unidos
Estos son los datos de contacto de los congresistas que liderarán el debate:
Toni G. Atkins
Teléfonos: +1(916) 319-2078 / +1(619) 645-3090
Formulario de contacto: http://bit.ly/1kJoGbb
Twitter: http://www.twitter.com/toniatkins
Facebook: https://www.facebook.com/SDToni
Ian Calderon
Teléfonos: +1(916) 319-2057 /+1 (562) 692-5858
Twitter: http://www.twitter.com/IanCalderon
Facebook: https://www.facebook.com/AssemblymemberIanCalderon
El Capitolio de Estados Unidos acoge en su rotonda 100 estatuas que recuerdan a importantes figuras de la historia de la nación. Entre ellas la imagen de Fray Junípero Serra, misionero español del siglo XVIII y llamado Padre de lo que es actualmente California, al haber fundado 18 misiones sobre las cuales se erigieron las ciudades más importantes del estado.
El Papa canonizará a Fray Junípero Serra en Washington el 23 de septiembre



¿Quien fue Fray Junipero Serra.?.

Junípero Serra nació en Petra, en una familia de labradores mallorquines, el 24 de noviembre de 1713. Recibió el nombre de Miguel José. Pese a ser analfabetos, sus padres procuraron darle educación en la escuela que regentaban los franciscanos en su pueblo. En 1729 se trasladó con sus padres a Palma para proseguir sus estudios. En 1730 tomó el hábito franciscano y en 1731 emitió su profesión religiosa. Los años siguientes siguió sus estudios hasta ser ordenado sacerdote.
A la vista de su inteligencia, que acompañaba con la pequeñez de su cuerpo, sus superiores le destinaron a la enseñanza de sus hermanos. En 1737 ganó por oposición una cátedra de filosofía en el convento de San Francisco de Palma.
Por fin, en 1748, con 35 años de edad, pudo cumplir su sueño de viajar a las Indias para convertir a los indios, en unión de quien sería su inseparable compañero, fray Francisco Palou. Los dos franciscanos desembarcaron en el puerto de Veracruz, junto con otros franciscanos y dominicos.
Aunque la Corona pagaba a los misioneros la comida y las monturas, hicieron el viaje a pie y de limosna hasta México. En ese viaje, y probablemente por la picadura de los insectos, fray Junípero contrajo una llaga en un pie que le causó una cojera durante el resto de su vida. ¡Qué paradoja que Dios permitiera que el franciscano quedase cojo justo al iniciar su vida misionera!
Los superiores de su orden se resistían a enviar a las peligrosas misiones a un hombre de su formación y prestigio, y además en ese estado. En junio de 1750 Serra y Palou marcharon a las misiones franciscanas de Sierra Gorda, fundadas en 1744. Aparte de catequizar y bautizar, allí se dedicó a aprender la lengua de los nativos y a formarles en el trabajo (ganadería, agricultura). También encontró personas, sobre todo de origen europeo, que se dedicaban a la hechicería y la «adoración de los demonios», lo que denunció como comisario de la Inquisición al tribunal son sede en México.
En 1758 se le llamó a la capital del virreinato con la finalidad de enviarle como presidente de las misiones franciscanas de Texas, que los apaches habían destruido. Pero las autoridades civiles paralizaron el proyecto y fray Junípero quedó como profesor en el Colegio de San Fernando, de su orden, hasta 1767.
Las misiones de los jesuitas
La expulsión de los jesuitas de los dominios de la Corona española en ese año dejó vacías las quince misiones que ellos habían fundado en California. Aparte de la evangelización de los indios, las autoridades querían controlar el territorio, sobre todo al norte, donde ya habían aparecido los rusos.
Con 54 años de edad, fray Junípero encabezó una expedición de unos 45 franciscanos. Al final, el virrey les destinó al norte, a la Alta California, hoy bajo soberanía de EEUU, mientras que las misiones de la Baja California se asignaron a los dominicos. De acuerdo con el gobernador Gaspar de Portolá, fray Junípero decidió levantar las primeras misiones californianas en las bahías de San Diego y Monterrey. Para ello se enviaron expediciones por tierra y mar compuestas de frailes y soldados.
El franciscano mallorquín fue andando y llegó a San Diego el 1 de julio de 1769. Les aguardaban los dos navíos, pero en uno había muerto toda la tripulación, salvo dos marineros, de escorbuto.
En los años siguientes, Serra dirigió o participó en la fundación de nueve misiones: San Diego (1769), San Carlos Borromeo (1770), San Antonio de Padua (1771), San Gabriel Arcángel (1771), San Luis Obispo (1772), San Francisco de Asís (1776), San Juan de Capistrano (1776), Santa Clara de Asís (1777) y San Buenaventura (1782). También tuvo enfrentamientos con las autoridades civiles y militares.
Sobre su trato a los indios, se puede citar el siguiente hecho. Después de un ataque de los kumiai a la misión de San Diego, en el que murieron tres españoles, fray Junípero Serra se opuso a la ejecución de los prisioneros con el siguiente argumento: «La salvación de los indios es el propósito de nuestra presencia aquí y su única justificación».
El 28 de agosto 1784, a los 70 años y nueve meses de edad, fallecióen San Carlos de Monterrey, que fue capital de la Alta California entre 1777 y 1849, hasta la conquista por Estados Unidos. Aparte de los españoles, asistieron a sus funerales unos 600 indios. Está enterrado en la Basílica de la Misión de San Carlos Borromeo, en Monterrey.
Fray Junípero Serra había recorrido casi 10.000 kilómetros. Palou le atribuyó la conversión de 4.646 indios y la administración de 6.736 bautismos y de 4.723 confirmaciones.
En 1948 se abrió su proceso de beatificación en Monterrey; se le declaró venerable en 1958; y Juan Pablo II le beatificó en 1988. Cuando el papa polaco ofició la ceremonia, nadie se habría atrevido a sospechar que 25 años después la mayoría de los políticos del llamado Estado Dorado, demócratas y también muchos republicanos, estarían a favor de retirar la estatua del misionero católico y español colocada en 1931.

sábado, 4 de abril de 2015

“Tenéis un sitio privilegiado en la Iglesia”. Estas palabras, que Pablo VI dirigió a las Comunidades Fe y Luz (creadas en torno a personas con discapacidad intelectual) en 1975, constituyen uno de los retos más importantes que tiene hoy en día la Iglesia:

 Esta es ya una noticia antigua pero no por ello deja de ser actual.
Continua siendo una realidad en la Iglesia. mas aún, en pleno siglo XXI, la iglesia continua cosntruyendo iglesia en las que la participación de discapacitados en imposible por la cantidad de escalones que hay. Alguien en silla de ruedas nunca podrá acceder al AQmbón de la Palabra o al altar.
Lo grave es que se incumplen no solo lo minimo de la COMUNION CRISTIANA, sino tambien las normas de edificabilidad y acceso. Todo ante el silencio de los organismos competentes civiles y religiosos.

 Además, continúa Liliana López, se trata esencialmente de poder participar igual que el resto de miembros de la comunidad. Esto implica, por ejemplo, encontrar una solución para los escalones que llevan al ambón o que los lugares o edificios de reunión y encuentro tengan las infraestructuras adaptadas. “Que no se diga que porque los enfermos y discapacitados no vamos a las iglesias y parroquias no hace falta superar estas barreras, cuando no vamos porque existen estas trabas”, finaliza.


(Marina de Miguel) “Eres amado por Dios tal y como eres…”. “Tenéis un sitio privilegiado en la Iglesia”. Estas palabras, que Pablo VI dirigió a las Comunidades Fe y Luz (creadas en torno a personas con discapacidad intelectual) en 1975, constituyen uno de los retos más importantes que tiene hoy en día la Iglesia: la plena y verdadera integración de todos sus miembros. En ello se está trabajando, con gran implicación de los laicos, por cierto, aunque de vez en cuando asomen a las páginas de la actualidad gestos y actitudes por parte de algunos que evidencian que todavía quedan barreras físicas y mentales que superar.
Tenemos una realidad, nuestra enfermedad o limitación, pero también somos testigos de Jesús y tenemos una misión que realizar”, señala al respecto Liliana López, presidenta de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (Frater). Fundada por el sacerdote enfermo Henry François en Verdún (Francia) en 1942, llegó a España en 1952, donde está implantada en 42 diócesis y extiende su labor a 7.000 personas.


TEMPLOS INACCESIBLES

Tenemos derecho a entrar en los templos y parroquias. Nosotros también construimos el Reino de Dios y, para ello, la Iglesia no debe tener barreras”, la primera premisa para que haya una integración es el libre acceso. En este campo se enmarca la campaña Una Iglesia para todos, una Iglesia sin barreras. Desde  2002 hasta hoy más de la mitad de los inmuebles de la Iglesia (el 63,5%) son inaccesibles para los fieles con algún tipo de limitación física. Lo mas grave la tendencia de interiores de templos continua sienso inaccesible a discapacitados. Se han hecho ciertos progresos, pero no los suficientes. Mientras que los principales avances se están dando en algunos  templos de nuevo cuño, el gran caballo de batalla son los que forman parte del patrimonio histórico. “Parece que algo que tiene muchos años de antigüedad no se puede tocar, aunque por ello los enfermos y discapacitados no puedan tener derecho de entrar en ellos”. Aunque es consciente de que la eliminación de barreras en estos sitios es más lenta y dificultosa, muchas veces el problema es la falta de sensibilidad y comprensión. “A veces, con un poco de imaginación y esfuerzo, se encuentran alternativas viables, pero se suele pensar que el pobre discapacitado encontrará alguien que le ayude en la entrada y en el interior.

La FRATER. esta nmarcada en el Apostolado Seglar e integrada en la Acción Católica, asume la misión evangelizadora de la Iglesia en el mundo de la enfermedad y la discapacidad física. Su principal característica es que este trabajo, así como las tareas de organización, las realizan los propios enfermos y personas con algún tipo de traba física. “Uno de nuestros lemas es que nuestras capacidades superan nuestras limitaciones, pues sabemos que éstas se superan en la medida en que hacemos algo por lo demás. El mejor apóstol de un enfermo o discapacitado es una persona en la misma situación”. Por esa razón, el movimiento se apoya en la creación de una red de contactos personales y un intenso plan de formación, dos herramientas dirigidas a proteger “la dignidad de cada persona y animarla a que, a pesar de todo, se convierta en la protagonista de su propia vida”.
Desgraciadamente, señala la presidenta, esta labor a menudo choca con “actitudes paternalistas” que entorpecen el progreso. “Se tiende a creer que somos personas que necesitamos atención y que no podemos prestarla. En la Iglesia, aún seguimos insistiendo para que nos miren en el mismo plano de igualdad que al resto de los fieles, no en el plano de asistidos”, reconoce.

Ante esto, el trabajo de la Frater consiste en realizar acciones dirigidas a “cambiar las mentalidades”. Un trabajo para el que, según reconoce, cuentan con el apoyo de los obispos y órganos diocesanos, que en algunas ocasiones les han animado a fundar nuevas delegaciones de Frater. Sin embargo, a la presidenta le gustaría que este apoyo fuera más activo y se tradujera en la presencia de los obispos en las campañas y encuentros que realizan. “La Pastoral de la Salud trabaja con los enfermos, pero nosotros vamos un paso más allá: queremos que se reconozca nuestra labor evangelizadora. Que nos vean como adultos dentro de la Iglesia, no sólo como personas a las que asistir”.



Luis García, presidente de Ciegos Españoles Católicos Organizados (CECO), sostiene que la integración depende tanto de la propia persona como del resto de los miembros de la Iglesia. “Intentamos convencer al ciego para que no tenga miedo de hacer en público lo que sabe, y a la Iglesia, de que esta persona es un miembro más. Puede ser un buen lector, un buen catequista o alguien que trabaje en Cáritas. Hay muchas posibilidades, y, quizás, lo único que necesite para desempeñarlas es el brazo de un hermano que le lleve al punto de destino”.



Participación activa
En ello está trabajando CECO desde que se creó, en 1994, en Zaragoza. En noviembre de 2008 fue reconocida por la Conferencia Episcopal Española como asociación de carácter nacional, lo que la llevó a expandirse por otras diócesis: Bilbao, Barcelona, Alicante, Valencia, Jaén, Sevilla y Madrid, donde se va a fundar el próximo septiembre. En la actualidad, tiene 250 socios.



Uno de los aspectos de los que se ocupa es de facilitar la participación activa en la vida parroquial. Para ello convierten, a través del ordenador, las lecturas dominicales del Evangelio al braille. En la misma línea, García ve interesante pasar a este código o grabar en un archivo de audio todos los documentos sobre los que se apoya la formación de un cristiano: textos bíblicos, conciliares, hojas diocesanas o revistas de información religiosa…

En el problema religioso, España está a la cola. Contar con la ONCE ha sido una ventaja en muchos aspectos, pero también ha retrasado la toma de conciencia de la importancia de organizarse para favorecer la integración de las personas con esta discapacidad en la Iglesia”, reconoce comparando la situación del país con la del resto de Europa.

Antonio Martín, miembro de la Junta de CECO en Zaragoza, añade una importante tarea que lleva a cabo la asociación: el servicio y acompañamiento. “Hay personas que se quedan ciegas en un momento determinado de su vida y deben aceptar todo lo que implica este cambio. Es una labor importante que realizar y en la que, junto a los profesionales, nosotros podemos ayudar mucho”. También acuden a las residencias para visitar a las personas mayores que han perdido parte de visión y se sienten aisladas.

En el caso de las personas sordas, la comunicación resulta crucial para que puedan realizar su misión evangelizadora. Alfonso Muruve, director de la Pastoral del Sordo de la Conferencia Episcopal, señala que el resto de las necesidades que pueda tener (acceso a la información, crecimiento personal y social, identidad personal, autocontrol, etc.), así como la formación que debe recibir, se circunscribe en torno a ella. “La atención pastoral ha de comenzar con un acercamiento a su realidad como persona sorda y atendiendo a la especificidad de su comunicación”, por lo que tiene que basarse en un sistema (o apoyo) visogestual.



Luego, como en los casos anteriores, entraría en juego la confianza de la persona y la aceptación de la comunidad, dos aspectos sin los que la integración no sería plena. “Las personas sordas no pueden integrarse si la comunidad no es abierta y libre de barreras comunicativamente”, añade al respecto Juan Ramón Jiménez Simón, responsable de esta pastoral en la Archidiócesis de Sevilla, recordando cómo Jesús, en el relato de Marcos, referido a la curación del sordomudo, es quien se acerca a la persona sorda y la libera de las ataduras de la comunicación: lo retira del grupo con el fin de que pueda oírle, le toca la lengua, símbolo de cercanía a su principal necesidad de comunicación y de apertura a la realidad misma de la persona sorda, y lo sana devolviéndolo de nuevo a su grupo de referencia. “En este sentido –señala–, Jesús facilita la integración de la persona sorda en el seno de la comunidad e invita a ésta a abrirse a la realidad de la sordera”.

Difícil integración
“No basta estar juntos para estar integrados”, matiza el sacerdote sordo Agustín Yanes Valer, nombrado por el Papa Prelado de Honor en 2008 en reconocimiento a su gran labor. Para el director honorífico de la Pastoral del Sordo de la Conferencia Episcopal, y encargado de este Departamento en Tenerife, lo ideal sería que la comunidad eclesial viviera el espíritu de las primeras comunidades cristianas: “Tenían un solo corazón y lo compartían todo. Eso facilitaría mucho la convivencia en la comunidad. El amor es lo que más une”.

Cuando la limitación auditiva es total, como es su caso y el de los fieles con los que trabaja, la situación se dificulta. “Somos creyentes y vamos a la Iglesia, pero actuando como francotiradores con el Señor. Todos cantan, oyen música, predicaciones, y nosotros estamos aislados o marginados. Creemos en el Amor del Padre Dios, pero dudamos del amor de los miembros de la comunidad porque, generalmente, no nos acogen, no nos hacen caso, no se preocupan de nosotros. Muy difícil es la integración en esas condiciones”.



Desde hace muchos años, Yanes celebra la misa en lengua oral y, al mismo tiempo, en lenguaje de signos, igual que la homilía. Las lecturas las hacen personas sordas en lenguaje de signos y, al lado, un oyente pone la voz para que así el mensaje llegue a todos. “Son muchos años haciéndolo así, aquí, en la península, y por América Latina, y estamos muy contentos del resultado”.

Toda persona, aun la más despojada, está llamada a ser fuente de gracia y de paz para toda la comunidad, y también para toda la Iglesia y para toda la humanidad. Así lo sostiene en sus documentos fundacionales Fe y Luz, creado en 1971. Para hacer frente a la historia de segregación que han padecido las personas con discapacidad mental, sitúa a este colectivo en el corazón mismo de las comunidades que funda. Como explica Miguel Reyes, coordinador de una de las dos provincias en las que se ha dividido la agrupación en España (hay 46 comunidades y unas 1.300 personas), cada integrante pone al servicio de los demás y de su misión los dones y límites, y alimenta su vida a través de la celebración, la fiesta y la amistad.

Más que plantearse la integración, el movimiento se deja llevar por la convicción fundacional de que “toda persona es amada por Dios y de que todo discapacitado es una persona plena”, que requiere progresar en todos sus aspectos, tanto espirituales como humanos. “Jesús vive en estas personas, que son, paradójicamente, las que Dios eligió para confundir a los fuertes y a los sabios”.

Para que haya una participación real, más que dificultades, ve una serie de exigencias, resumidas en la adaptación a sus peculiaridades para que puedan crecer en su experiencia de creyentes. “Es preciso una sensibilidad que posibilite el acompañamiento de todas las personas para un mayor crecimiento en la fidelidad de las exigencias evangélicas”.

Y, como retos, tanto de las Comunidades Fe y Luz como de toda la Iglesia, enumera una vida interior personal anclada en la búsqueda del deseo de Dios sobre cada uno; una vida comunitaria que viva el Amor fraterno como lugar de encuentro misterioso pero real con el Amor de Dios a cada persona; un anhelo de testimoniar al Señor… “Todo ello –dice–, desde el gesto de lavar cotidianamente los pies a todos los hermanos, especialmente a los que la sociedad siempre colocó en sus propios márgenes”.

TEMPLOS INACCESIBLES

Tenemos derecho a entrar en los templos y parroquias. Nosotros también construimos el Reino de Dios y, para ello, la Iglesia no debe tener barreras”, afirma Liliana López, indicando que la primera premisa para que haya una integración es el libre acceso. En este campo se enmarca la campaña Una Iglesia para todos, una Iglesia sin barreras, con la que en 2002 denunciaron que más de la mitad de los inmuebles de la Iglesia (el 63,5%) son inaccesibles para los fieles con algún tipo de limitación física. “La campaña sirvió para ver lo que estaba mal y sensibilizar un poco a obispos, párrocos y demás agentes de pastoral”, valora la presidenta de Frater, indicando que se han hecho ciertos progresos, pero no los suficientes. Mientras que los principales avances se están dando en los templos de nuevo cuño, el gran caballo de batalla son los que forman parte del patrimonio histórico. “Parece que algo que tiene muchos años de antigüedad no se puede tocar, aunque por ello los enfermos y discapacitados no puedan tener derecho de entrar en ellos”. Aunque es consciente de que la eliminación de barreras en estos sitios es más lenta y dificultosa, muchas veces el problema es la falta de sensibilidad y comprensión. “A veces, con un poco de imaginación y esfuerzo, se encuentran alternativas viables, pero se suele pensar que el pobre discapacitado encontrará alguien que le ayude en la entrada. Nosotros queremos desarrollar nuestra autonomía”.



Además, continúa Liliana López, se trata esencialmente de poder participar igual que el resto de miembros de la comunidad. Esto implica, por ejemplo, encontrar una solución para los escalones que llevan al ambón o que los lugares o edificios de reunión y encuentro tengan las infraestructuras adaptadas. “Que no se diga que porque los enfermos y discapacitados no vamos a las iglesias y parroquias no hace falta superar estas barreras, cuando no vamos porque existen estas trabas”, finaliza.



En el nº 2.670 de Vida Nueva.


sábado, 4 de enero de 2014

Nueva Evangelización en el ámbito económico.


Nueva Evangelización en el ámbito económico
La profunda desigualdad socio-económica que prevalece en el mundo se origina en una concepción de los valores.
Nueva Evangelización en el ámbito económico
Nueva Evangelización en el ámbito económico


1. Egoísmo reciclado
La profunda desigualdad socio-económica que prevalece en el mundo se origina en una concepción de los valores.

Las aspiraciones puramente utilitarias orientan la producción económica hacia conveniencias de uso que crecen infinitamente sin conseguir precisamente la plenitud que se pretende.

Y como para marchar a ese paso se requiere individuos y no personas, predomina también la idea de que el hombre no es un fin por sí mismo sino un instrumento que cada uno utiliza como una herramienta más.

Esa observación no va sólo contra la persona sino contra la naturaleza misma del sentido del universo. En efecto, al aceptar una escala de valores que quiebran la justicia, el sistema se vuelve contra la naturaleza del orden social y por lo mismo se aleja de Dios.

Esto se prueba al ver todo el planeta plagado de frustraciones debido a las exigencias orientadas a satisfacer principalmente anhelos materiales, que sólo se consiguen en una lucha desigual que tiene más perdedores que ganadores.

La desesperación para ser cada vez más por ser más ricos, nos hace olvidar intentar ser más porque somos mejores.

Después de la Mater et Magistra, podría decirse que el egoísmo se ha "reciclado" en la centuria que termina. Por ejemplo ya no se "coloniza" países, pero se disemina entre ellos las políticas armamentistas que tanto benefician a los países más ricos.

Otro ejemplo: quizás ya no se hace pillaje con las obras de arte de los países pobres, pero se impulsa una teórica "protección" de patrimonios culturales en el que los coleccionistas privados, a través de una supuesta revalorización del arte, lo reducen al gozo exclusivista de las elites.

2. El mercado y la persona
De otro lado, al convertir a la competencia en un valor por sí mismo, ésta queda exacerbada, transformándose en una lucha sin limitaciones, donde todo vale, e inclusive esa actitud es vista como una necesidad para el "triunfo".

Así, por ejemplo, la prédica por un marketing "agresivo" es hoy inseparable de la promoción para el crecimiento de las ventas de cualquier negocio.

Tal concepto de la competencia perjudica al orden social porque impone dentro de él rasgos de choque frontal, como si cada etapa fuera como destrozar un bosque día a día a puro machetazo, sin cuidarse de cuántos árboles puedan haber caído en el camino.

Así, el trabajo es hoy tan individualista como lo era cien años atrás. La solidaridad es... con nadie. Ser solidario suena no sólo anticuado sino principalmente "ineficiente", con lo que la medida del acierto también pasa por otra escala de valores que acepta cualquier medio con tal de obtener fines utilitarios.

Si el ser humano es inmerso dentro de unas supuestas leyes infalibles del mercado, entonces Dios ya casi no sería necesario. Porque si el mercado es capaz de colocar todas las cosas en su justa medida, ya no se requiere una acción humana inspirada en valores que orienten su acción en función de principios que no son automáticos.

Es decir que no son consecuencias del mercado sino sujetables a la acción de la inteligencia humana, buscando un interés general superior, que es posible de ser hallado con o sin las reglas del mercado, a través de ellas o fuera de ellas, pero nunca sólo determinado por ellas.

Además, mirando a todos los lados del mundo, en ninguna parte puede observarse que el mercado haya generado una situación de felicidad de total complacencia. ¿En qué lugar?

No, por supuesto, en la actual Rusia, donde tales leyes radicalmente ensayadas están a punto de devolver el poder a los extremistas. Tampoco en Estados Unidos, donde quieren obligar a un cambio constitucional que impida al gobierno gastar más de lo que tiene. ¿Dónde entonces el mercado solo, por sí mismo, ha hecho que la convivencia social sea feliz?

Como ya lo han dicho autores católicos, hay necesidades humanas que no tienen "salida" en el mercado y que por tanto no pueden ser satisfechas por éste. Además un mercado sin ninguna regulación le quita a éste su contenido social, ya que ¿cómo puede lo "social" ser considerado válido, si no se le concede papel de interlocutor a la organización estatal que es la que mejor lo debe representar?

3. La persona y el Estado
Así llegamos a lo que podría llamarse un proceso de devaluación de lo colectivo. Como el mercado ha dejado "suelto" a todo el mundo en una degeneración de la libertad, el individualismo se convierte en la conducta natural. El interés general, el bien común, "lo colectivo" aparece como innecesario y frecuentemente es hasta presentado como un estorbo o un retroceso histórico.

Para los católicos, para quienes la solidaridad es un concepto crucial y la autoridad terrenal es necesaria y útil, resulta repudiable intentar disminuir el Estado a su mínima expresión o, peor aún, olvidar que la defensa de lo colectivo es central en nuestra doctrina. En efecto, nadie da si no sale de sí mismo, nadie llega a Dios si no va hacia el prójimo y con el prójimo hasta Dios.

Lo anterior no implica desconocer una crisis en el manejo del Estado, tal como es hoy. Actualmente el Estado en muchos países subdesarrollados aparece "desbordado" por la realidad. El cumplimiento de la ley ya no es una regla, sino la excepción, lo que significa la imposibilidad del Estado como representación del cuerpo social de legitimarse ante la base de la que reclama ser su mandatario.

El incremento de la delincuencia y la infiltración del narcotráfico dentro del Estado, por ejemplo, demuestran la incapacidad de éste para defender el orden y la paz social, que son su partida de nacimiento (recordemos que la búsqueda de interés común es una elaboración posterior).

4. El Estado y la Iglesia
Lo dicho nos conduce a un tema central: Aceptado que la organización social no puede fundarse sino bajo una escala de valores y si para los cristianos los valores comienzan con Dios y su existencia, la pregunta es si no es tiempo ya de revisar aquella tesis según la cual la secularización de los Estados es símbolo de modernidad.

En otras palabras nos preguntamos si en un Estado mayoritariamente religioso, ¿no debería esta mayoría tener el derecho de asegurarse que las leyes respeten sus principios cristianos?

Por ejemplo en el caso de la esterilización como política de "planificación familiar"; o en el "derecho" de los homosexuales a adoptar niños; o en el respeto a las fiestas religiosas que las autoridades civiles quieren "trasladar" a otras fechas.

Pienso que es hora de luchar para exigir que no se pretenda divorciar la vida política de las convicciones religiosas.

Autor: Carlos Ferrero | Fuente: VE Multimedia 

jueves, 5 de diciembre de 2013

“Hay quienes, si no escuchan hablar de Cristo en internet, no lo hacen en ningún lado”:

“Hay quienes, si no escuchan hablar de Cristo en internet, no lo hacen en ningún lado”: Entrevista a Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, a su paso por Valencia | PARAULA El presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, monseñor Claudio Maria Celli, visitó el pasado fin de semana Valencia para participar en un encuentro de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, entidad de la que es asesor internacional. La reunión tuvo lugar en la Universidad Católica de Valencia ‘San Vicente Mártir’, donde el arzobispo italiano dirigió una profunda y sugestiva meditación, y ofició una posterior misa. Experto en pastoral de las comunicaciones, estrecho colaborador del Papa y hombre del que, al escucharle, se intuye una acendrada espiritualidad, monseñor Celli concedió a PARAULA una entrevista, en la que habló del papa Francisco como comunicador, del potencial evangelizador de internet, así como de modos y actitudes de anunciar a Cristo.

- Don Claudio Maria, a la hora de evangelizar desde los medios de comunicación es casi inevitable enfatizar algunos aspectos y dimensiones de Cristo y de la Iglesia, en detrimento de otros. En este momento actual, qué perspectiva debería ser especialmente resaltada a este respecto por los medios católicos e incluso los fieles en general?
- Yo resaltaría la simpatía de la Iglesia para con el hombre de hoy. Una Iglesia que, como tarea primaria, no tiene la de criticar, sino la de acercarse, compartir, caminar juntos. Recuerdo el documento de Juan XXIII ‘Mater et magistra’. A veces hemos desarrollado un gran papel al hacer de maestros, peo creo que la Iglesia ha de mostrar también que es madre. Y lo hace con esta simpatía para con el hombre de hoy. En cualquier situación que se encuentre, debe recordar continuamente cómo Dios acoge al hombre, su misericordia, que no está reprochando continuamente. Indudablemente, la Iglesia no puede separar la bondad de la verdad.
Recuerdo que el papa Francisco decía días después de su elección a un periodista: en su trabajo recuerde no separar nunca la verdad de la bondad y la belleza, los tres conceptos deben estar continuamente unidos. Pero, insisto, la Iglesia debe ser también madre, comprensiva.

- ¿Estamos cerca o lejos de esa actitud?
- Me encontraba hace unos días en un encuentro donde se hablaba de “no ser indiferentes”. Confieso que todavía estamos en la negativa. Hoy no se nos pide sólo no ser indiferentes, sino que debemos ir en busca del hombre. La situación bíblica quizás sería la del pastor va en busca de su oveja, la mujer que va en busca de su moneda, el padre que está siempre esperando al hijo que regresa… La Iglesia no debe vivir sólo de no indiferencia, yo creo que hay que ponerle más pasión: padecer con, caminar con, ir al encuentro y con una actitud de simpatía.

- Son aspectos que está enfatizando también el Papa… ¿Qué está aportando Francisco, con su cercanía, su sencillez, su manera de expresión… a la pastoral de las comunicaciones sociales y a la evangelización en general? ¿Está cambiando el paradigma de comunicación?
- En cierto modo, creo que sí. Por eso sus discursos hacen percibir otra dimensión de eclesiología. Esto es fundamental. Yo diría que cada comunicación presupone una eclesiología. Hoy el Papa, dándonos estas coordenadas eclesiológicas, nos ayuda a comprender también las coordenadas de nuestra comunicación.

- ¿Cómo valora la respuesta tan positiva que están teniendo todos los medios de comunicación, en general, hacia la figura del papa Francisco?
- El Papa es consciente de esto, y al mismo tiempo dice sonriendo: este entusiasmo ¿cuánto va a durar? Él mismo dice: “mire, en unos meses esto va a pasar”. Sin embargo, estamos viendo en estos meses que en vez de bajar ese entusiasmo está creciendo. La gente está sorprendida con el Papa, que habla muy directo y con imágenes que la gente comprende.
Una pequeña anécdota en este sentido. Un cura amigo mío tiene una abuela que le decía: “sabes, me he dado cuenta de que haciéndome vieja he llegado a ser más inteligente”. Y él le pregunta: “abuela, ¿por qué dices esto?”. “Porque ahora entiendo lo que el Papa dice”… Lo cierto es que el Papa emplea palabras directas, concretas, evangélicas… Y tiene unos gestos que la gente entiende perfectamente.
Creo que la Iglesia tiene que emplear un lenguaje que la gente entienda. A veces eso no sucede. Yo confieso que soy un inútil para hablar con los chicos porque estoy más acostumbrado a hablar con adultos. Cuando hablo con los chicos, ni me miran, miran hacia otro lado porque no me entienden. Empleo un lenguaje que no es el suyo.
A veces pregunto sobre la catequesis a nuestros chicos. Piense en un chico que pasa horas delante del ordenador y jugando a la ‘play station’, y que cuando va a la catequesis muchas veces se encuentra una señora mayor que emplea la misma fórmula desde hace años, y que el chico no entiende. Yo tengo mucho aprecio por estas personas dedicadas y generosas, pero a veces tenemos que hacer un discurso con un lenguaje distinto.

- Hemos llegado al final del Año de la Fe, que hemos celebrado con motivo del 50º aniversario del Concilio Vaticano II. Se cumplen también 50 años, por ejemplo, del decreto conciliar ‘Inter mirifica’ sobre los medios de comunicación social. ¿Cuál es el mensaje de aquel documento más fuerte para hoy día?
- Para mí, lo importante es el hecho de que un concilio ecuménico considere la importancia de los medios de comunicación en la vida social y en la Iglesia. En aquel entonces no había internet. Sólo había prensa, radio, televisión y cine. Pero ahora tenemos las nuevas tecnologías, que para el magisterio pontificio ya no son instrumentos, sino originantes de una cultura. Los medios de hoy han originado una cultura distinta, han tocado nuestra manera de vivir, de ser.

- ¿Qué aspectos destacaría a la hora de evangelizar a través de las redes sociales?
- Por un lado, que hay personas que si no escuchan la palabra de Jesucristo en la red, no lo encuentran en ningún lado. Esto es muy importante, es un desafío para la Iglesia. Ahora bien, esto no implica solamente poner frases del Evangelio. Eso lo podría hacer un ordenador. Antes bien, el internauta cristiano ha de testimoniar, como también supo ver y enseñar el papa Benedicto, la autenticidad de su fe, no sólo con palabras, sino también con su actitud. Ha de haber una síntesis existencial de Evangelio y de vida.
Es interesante aquí recordar también lo que el Papa decía en Asís evocando a san Francisco. Éste decía a sus hermanos que hay que anunciar siempre el Evangelio… si hace falta también con las palabras. Porque es indudable que el primer anuncio se da con el testimonio personal, un testimonio comprometido. El evangelio dice: “en esto reconocerán que sois mis discípulos: en que os amáis los unos a los otros”.

- El lema para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tendrá como lema ‘Comunicación al servicio de una cultura del encuentro’. ¿Qué idea fundamental quiere hacernos ver el Papa?
- Francisco habla a menudo de la “cultura del descarte”, una cultura donde incluso nosotros, los cristianos, nos estamos acostumbrando a evaluar a las personas en base al poder que tienen, a la riqueza que tienen. Esos son como los criterios de éxito de una persona. Frente a ello, el Papa está proponiendo una cultura del encuentro. Y esto obliga a la Iglesia no sólo a una reflexión sino a una acción concreta. Un día el Papa decía de una manera muy provocativa que en la prensa se hacen más noticias si la economía ha bajado dos puntos que si hay personas que mueren de hambre.

- Acabamos de conocer el nombramiento del sacerdote y periodista José María Gil Tamayo como secretario general de la Conferencia Episcopal Española. ¿Cómo ha recibido la noticia?
- Ya le he escrito. Es consultor de nuestro Consejo y le aprecio mucho como sacerdote y como profesional de la comunicación, como persona madura y equilibrada que ama a la Iglesia. Así es que yo veo el nombramiento con la satisfacción de un amigo y del bien que podrá hacer para la Iglesia en España. Y para la relación de la Iglesia en España con otras Iglesias del mundo. Yo le diría: adelante, con confianza en el Señor y en su Madre Santísima.

A los empresarios: “La fe exige amor compartido y una atención especial a los pobres”
- ¿Qué mensaje traslada a los empresarios y demás participantes en el encuentro de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice desarrollado en Valencia?
- Que la fe en Dios hace siempre comprender más la dignidad de cada persona humana. Esto exige una actitud de amor compartido, pero con una atención especial a los pobres. Este amor debe traducirse en gestos concretos. Y no sólo se trata de hacer gestos de amor solidario, hay que mirar también a las estructuras que crean situaciones de este tipo. A veces creemos que nuestra bondad debe quedarse en gestos concretos. Digamos que hay que mirar no sólo a la microeconomía, sino también a la macroeconomía. Creo que los cristianos debemos interrogarnos también sobre qué es lo que está causando la crisis. No tenemos soluciones baratas. Se debe estudiar los temas con profundidad, pero para mí lo que es importante es asumir un compromiso concreto.
El Papa nos recuerda que la Iglesia debe caminar con el hombre y la mujer de hoy. Tiene una expresión muy simpática, como el camino del peregrino: no debe caminar ni por delante ni por detrás, sino al lado. Prefiero una Iglesia accidentada -dice el Papa-, pero comprometida concretamente, que una Iglesia que está libre de todo, muy limpia, pero que no sale afuera. La otra imagen que ha dado es que la Iglesia es como un hospital de campaña después de una batalla, porque la gente está herida.

Claudio Maria Celli nació en Rímini (Italia) el 20 de julio de 1941. Fue ordenado sacerdote en 1965. Doctor en Teología y en Derecho Canónico, en 1970 entró a formar parte del cuerpo diplomático de la Santa Sede. Trabajó en las nunciaturas apostólicas de Honduras, Filipinas y Argentina. En 1990 fue nombrado secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado vaticana. Durante años, participó también en las relaciones diplomáticas de la Santa Sede con China, Vietnam o Israel.
En 1995 fue nombrado por el papa Juan Pablo II arzobispo titular de Civitanova y secretario de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. En 2007, el papa Benedicto XVI lo nombró presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, así como de la Filmoteca Vaticana.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Respondiendo a Pérez Reverte.

Da miedo su antipatía manifiesta a los cristianos.

"Está diciendo usted que la religión es esencialmente dañina"

La religión que usted satiriza, pese a los "errores históricos" cometidos, profesa un credo que, además de reconocer el misterio de la Santísima Trinidad, protege la vida indiscriminadamente e impulsa la fraternidad
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Arturo Pérez-Reverte.

  • Arturo Pérez-Reverte.
  • Arturo Pérez-Reverte.
  • Arturo Pérez-Reverte.
(Marta Caño).-Ante la imposibilidad de publicar siquiera esta contestación al Sr. Pérez Reverte en el mismo grupo editorial que difunde sus artículos semanales, recurro a Religión Digital para hacer valer las voces de quienes interpretan la realidad española en clave no sectaria.
Ignoro cómo congeniaríamos el Sr. Pérez Reverte y yo si tuviera el gusto de conocerle. En lo que a mí respecta, disfrutaría de nuestras conversaciones cuestionando lo "políticamente correcto" frente a los dictados del sentido común, polemizaría con él sobre el buen o mal gusto de ciertos excesos, reiría muchas de sus sátiras, le haría cientos de preguntas y, seguro, más de dos veces le diría eso de: "¡mira que eres bruto!".
Por ser quien es, una tiende a disculpar el sarcasmo de sus escritos achacándolo a un estilo literario muy personal. Sin embargo, la ironía - como las bromas - deja de ser divertida cuando humilla o siembra discordia a través del chiste fácil que, mira por dónde, suele ser poco riguroso con la verdad.
Su artículo en el suplemento "Semanal" de La Rioja versionando la historia de España en la época visigoda, publicado el pasado 14 de julio, era provocador (aconsejo la relectura de la crónica histórica en esa etapa para saber de qué hablamos), pelín insolente (yo no me atrevería a llamar fanáticos a los españoles católicos que conocen y defienden las verdades de su fe, aunque sí llamaría "gilipollas" a los que están dispuestos a hacer de la fe una excusa para repartir "pifostios" a los que practican una u otra religión), y bastante manipulador (sienta el principio de que la religión es motivo seguro de disputa social e instrumento de poder para someter - sí o sí - al pueblo llano).
Si tuviera el placer de hablar personalmente con usted, don Arturo, este intercambio de opiniones sería más clarificador e interesante. Ante la imposibilidad de publicar siquiera esta contestación a su escrito en el mismo grupo editorial que difunde sus artículos semanales, deseo puntualizar lo que sigue.
Superstición y hecho religioso, ideología dominante y verdades de fe no son lo mismo. La religiosidad es una actitud personal, innata en el hombre, que le ofrece respuestas a la interpretación del mundo (origen y destino), y que configura la psicología del individuo aportándole tanto elementos de estabilidad emocional (sentido de la vida, salvación individual) como social (defensa de la familia, de la dignidad del hombre y del trabajo, sentido de la autoridad, reivindicación del sacrificio, control de los sistemas económicos y políticos mediante la crítica, etc.).
Hechos como las batallas medievales que glosa en su escrito no justifican el afán por apartar la idea de Dios de las sociedades desarrolladas, sobre todo cuando la religión que usted satiriza, pese a los "errores históricos" cometidos, profesa un credo que, además de reconocer el misterio de la Santísima Trinidad, protege la vida indiscriminadamente e impulsa la fraternidad.
No digo que su argumento defienda la segregación o la marginación de toda religión y sus prácticas, pero casi. Cuando equipara religión y conflicto social, o concordatos y privilegios históricos inmerecidos, u obispos como Rouco y afán de poder político, o religiosidad y sometimiento de las conciencias, está diciendo que la religión es esencialmente dañina.
Oírle hablar es otra cosa. A veces da miedo su antipatía manifiesta a los cristianos españoles. Cuando el domingo 27 de octubre, en La Sexta TV, contestando a una entrevista de Jordi Évole para Salvados, le oí culpar a la Iglesia española de obstaculizar el progreso de nuestra sociedad por no rendirse a los postulados protestantes y otras herejías entre 1478 y 1821, casi me echo a llorar de pena. ¿Ahora también somos culpables de la crisis?
Se podría hablar mucho de la evolución de las religiones y su impacto en las sociedades. Resumiendo demasiado puedo afirmar que la religiosidad condiciona el desarrollo de los grupos humanos en una doble vertiente: 1- promueve un sistema de valores que los individuos aprenden, sobre todo en las familias y que, en el caso del cristianismo, potencia un tipo de hombre culto, pacífico y benévolo respecto a los demás; 2- el crecimiento en número de una comunidad religiosa hace más visible su estructura moral, su ritual y la historia de una religión.
Esto hace que las religiones sean tenidas en cuenta en la explicación de la historia y la configuración de las naciones; que el impacto mediático de las palabras de un obispo católico sea mayor que las declaraciones de muchos políticos; y que ciertas agrupaciones (entre ellas la izquierda española) y algunos intelectuales (como es su caso) versionen la historia en clave de opresión social practicada por las iglesias del mundo.
Reconocer las obras de caridad de los monasterios y su contribución a la cultura europea después de flagelar sin miramientos a teólogos, obispos y reyes cristianos, es tanto como comprar la paz con limosna.
Estoy de acuerdo con el dicho que reza "cada palo que aguante su vela"; pero cuando está de moda apalear en público a la Iglesia católica, echo de menos a los caballeros del siglo XXI. Esos hombres racionales, ecuánimes, valientes y con autoridad literaria - o de cualquier índole - que movidos por el honor y la compasión ponderen la contribución elocuente del cristianismo a la sociedad europea actual, en lugar de levantar el pie para propinar una patada más a la Iglesia española mientras citan - como rarezas del cristianismo - el trabajo de misioneros y monjitas.

(Tomado de Religión Digital Marta Caño Montejo, 08 de noviembre de 2013 ).

lunes, 21 de octubre de 2013

Documentales gratis.

Ni leer un libro significa aprender ni ver un vídeo perder el tiempo. Un buen ejemplo de ello son los excelentes documentales que podemos encontrar en la Red, y lo más sorprendente: muchos de ellos están disponibles para su visualización totalmente gratuita online. Te presentamos un par de sitios donde poder pasarte horas aprendiendo. Documentales gratis. De historia, de ciencia, y de lo que se te ocurra: los documentales disponibles en Internet cubren todo tipo de temáticas, y te pueden convertir en la persona más cultivada de tu grupo de amigos, y eso a pesar de no gustarte los libros http://www.ciberdocumentales.com/ o http://www.documentalesgratis.es, o si los prefieres en inglés, http://documentaryheaven.com. Pero si eres de los que quiere tener los documentales físicamente, puedes encontrarlos a precios regalados en Documentales en Megavendo.es, ya que Megavendo.es reúne todos los anuncios clasificados de España en un solo sitio.
divulgativos. Si bien un documental no puede entrar al detalle debido a la limitación de tiempo y al ritmo televisivo, sí que te sirven para tener una amplia base de conocimientos que después puedes complementar con lecturas más profundas. El conocimiento está a tu alcance, y además formateado de manera atractiva y fácil de asimilar. Tan solo tienes que pulsar play y dedicarle unos minutos a cualquiera de los documentales gratuitos que hay colgados en portales como YouTube. Existen varias webs dedicadas a documentales gratis, entre las que encontramos o

viernes, 25 de enero de 2013

¡Que bien nos iria a los cristianos vivir lo que predicamos!.

 
Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todo el género humano. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma justa, bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad… Jamás se debe perder de vista este destino universal de los bienes” (Gaudium et Spes N. 69). 
 
«Para que el ejercicio de la caridad sea verdaderamente extraordinario y aparezca como tal, es necesario que se vea en el prójimo la imagen de Dios según la cual ha sido creado, y a Cristo Jesús a quien en realidad se ofrece lo que se da al necesitado; se considere con la máxima delicadeza la libertad y dignidad de la persona que recibe el auxilio; que no se manche la pureza de intención con ningún interés de la propia utilidad o por el deseo de dominar; se satisfaga ante todo a las exigencias de la justicia, y no se brinde como ofrenda de caridad lo que ya se debe por título de justicia; se quiten las causas de los males, no sólo los efectos; y se ordene el auxilio de forma que quienes lo reciben se vayan liberando poco a poco de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos»  (Concilio Vaticano II: Apostolicam Actuositatem: Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, nº 8.)
San Josemaría Escrivá - fundador del OPUS DEI-,  entre otras muchas ideas, escribió ésta: «Los bienes de la tierra repartidos entre unos pocos; los bienes de la cultura, encerrados en cenáculos. Y, fuera, hambre de pan y de sabiduría, vidas que son santas, porque vienen de Dios, tratadas como simples cosas, como números de una estadística».
Dice Benedicto XVI: hablando de los africanos,  «nuestro estilo de vida, nuestra historia, en la que estamos implicados, los ha explotado y los explota», añadiendo inmediatamente que «les hemos llevado el cinismo de un mundo sin Dios, en el que sólo importa el poder y las ganancias; hemos destruido los criterios morales, con lo que la corrupción y falta de escrúpulos en el poder se han convertido en algo normal. Y esto no sólo ocurre con África».


Todos cuantos de algún modo nos llamamos cristianos, además de bautizados con uso de razón, tendríamos que ser, por imperativo de nuestra condición de seguidores de Cristo, coherentes con lo que creemos y practicamos; sentimos y vivimos. La realidad es bien otra. El dicho popular afirma que “una cosa es predicar y otra dar trigo” (para curas y demás predicadores).

La ruptura  entre la fe y las obras; lo que se cree y se vive; constituye a la inmensa mayoría de cristianos-con rarísimas excepciones- en personas incoherentes, inconsecuentes y además en pecadores. Bien alto y claro lo decimos todos-desde el Papa al último monago- en la celebración de la misa (¡lo más sagrado¡): “Yo pecador me confieso a Dios y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa…”. No es esta confesión, ni mera retórica, ni tampoco hacer teatro, sino la constatación más clara, rotunda y universal, de que todos, ante Dios somos incoherentes pecadores. A lo largo de la celebración repetimos todos: “Porque solo tú eres santo”, y por si fuera poco por tres veces, proclamamos: “Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo”… Queda pues, claro que ningún humano se libra de ser o haber sido en su vida, por muy cristiano que se crea, alguien incoherente y pecador. No valen aquí las comparaciones, justificaciones ni distinciones.
 La Palabra de Dios, escrita en la Sagrada Escritura; o encarnada en la persona de Jesucristo, nos juzga a todos. Nadie está por encima de ella, ni excluido de este juicio, como quien se mira ante un espejo. La Palabra de Dios, infinitamente justo, sabio, poderoso y misericordioso, es la que nos juzga a todos y resuena en la conciencia, rectamente formada, de cada persona. Asumida esta realidad te invito, amable lector, a que sin más preámbulo te adentres en el contenido de este texto del Nuevo Testamento. “Cristo se ha manifestado una sola vez, al final de la historia para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte el juicio.. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez, aparecerá sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos” (He 9, 28). Esta es la fe de la Iglesia y de cuantos formamos la comunidad cristiana. Termino con una frase de San Agustín, aplicada a todos los bautizados: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Obremos pues, en consecuencia y no seamos incoherentes.